CHILE: Mobilization against GM crops

by CARMELO RUIZ-MARRERO

CIP Americas Policy Program, http://www.cipamericas.org/archives/2528

Dozens of Chilean civil society organizations are standing together in the fight against a so-called “Plant Breeders’ Rights” Senate bill. According to the protest campaign, the project “implies that the genetic contamination of vegetable species, would put in danger native seeds, would have negative impacts on consumer health, would threaten all agricultural exports, organic agricultural production, and also the competitiveness of exports in this sector. Furthermore, it would dramatically increase the dependence of farmers on transnational agrochemical corporations, and would raise the price of food.”

“We are talking about a direct attack on food production which was, until now, in the hands of campesinos and medium-sized producers and who will find themselves subject to greater costs and greater controls,” said an open letter signed by many groups including the National Committee For the Defense of Flora and Fauna (CODEFF) and the National Association of Rural and Indigenous Women (ANAMURI).

“(Genetically modified) crops are harmful for flora and fauna, the soil, and human health, the open letter affirmed. “Until now no biotechnology company has presented studies which prove the safety of (GM foods) in human and animal health. On the contrary, there is an increasing number of studies that show there is a significant threat to health and the environment, which generates great uncertainty and more precautionary measures around the world. But the authorities do not heed these reasons, nor do they seem interested in protecting producers’ organic and traditional crops, despite their internationally recognized quality.”

The open letter’s signatories warned that the bill in question will not make Chilean agricultural exports more competitive, but rather the contrary. “It could mark the closing of markets which demand non-GM products and products free of pesticide residue, that is to say food products that are safe and healthy, that are worthy of a country which is trying to turn itself into a food producing power and where consumers are also increasingly conscious of their rights.”

Source: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Noticias/Chile_productores_organicos_ambientalistas_y_consumidores_se_movilizan_contra_liberacion_de_transgenicos

For more information:

http://www.thepetitionsite.com/1/noprivaticenlassemillas

http://bioseguridad.blogspot.com/search/label/Chile

Honduras: MONSANTO AMENAZA A LA AGRICULTURA CAMPESINA

MONSANTO (CROPLIFE) DESATA NUEVA OFENSIVA PARA ESTABLECER LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS EN EL CAMPO HONDUREÑO

Nuevamente las compañías que pregonan las “bondades” de los cultivos transgénicos intentarán obtener la “bendición” del Estado de Honduras para establecerse de una vez por todas en nuestro país.

Las empresas, Monsanto, Syngenta, Bayer, Dupont y otras, que se aglutinan en la mal llamada CROPLIFE, en complicidad con las secretarías de Estado SAG, SERNA y SEPLAN realizarán un show mediático en Honduras desde el 27 al 30 de junio de 2010, para promover los cultivos transgénicos.

Desde ya tienen listos a periodistas harto conocidos por apoyar los intereses oligarcas, quienes en sus programas estelares les darán cabida tarifada para que los expertos de CROPLIFE hablen al pueblo hondureño “de las bondades de los transgénicos que saciarán el hambre de la población”.

Tan inmensa mentira ha sido combatida en el mundo entero y rechazada por pueblos más empobrecidos que el hondureño, tal es el caso de las recientes y multitudinarias manifestaciones del pueblo haitiano, cuando descubrió que la MONSANTO les había donado maíz y semilla transgénica después del terremoto del pasado 12 de enero.

Esta cruzada a la que CROPLIFE y sus socios eufemísticamente han denominado “Biotecnología y Seguridad Alimentaria”, queriendo indicar con ello que con el uso de los transgénicos se resuelve el hambre en el mundo, lo que en realidad pretenden es acabar con la economía campesina, al despojar a campesinos y campesinas de las semillas nativas, recurso valioso para su libre producción alimentaria. Semillas que hoy son patrimonio de la humanidad ya que ellas han sido domesticadas, conservadas y mejoradas por los campesinos y campesinas desde hace más de 10,000 años.

Para esta cruzada mediática, CROPLIFE contará con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el Colegio de Ingenieros Agrónomos (CINAH), El Colegio de Profesionales en Ciencias Agrícolas (COLPROCAH), La Fundación Hondureña de Investigación Agrícola, el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA), y otros entes privados que seguramente han recibido o recibirán beneficios de las empresas transgénicas multinacionales como la Monsanto.

Los cultivos transgénicos están siendo cultivados en Honduras desde 2002, violando acuerdos internacionales que establecen el principio de precaución, el cual obliga al Estado de Honduras a no permitir la experimentación con organismos vivos mientras no se demuestre que estos no significan ninguna amenaza a la salud, el ambiente o la sociedad. Sin embargo, aprovechando el vacío legal existente en materia de protección a la biodiversidad local, las organizaciones claves del Estado de Honduras han sido infiltradas por funcionarios tarifados por estas compañías internacionales, agrupadas en CROPLIFE. Ellos tienen gente inamovible en la SAG, SERNA, Escuela Agrícola del Zamorano, Biología de la UNAH y muchas más.

Los cultivos transgénicos son un monocultivo más, que arrasará con los intereses de 385,000 familias campesinas que viven del maíz criollo o nativo, lo cual agrava aun más la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, que de por si ya padecen miles de hondureños y hondureñas.

Las organizaciones sociales que nos oponemos al establecimiento masivo de los cultivos transgénicos en Honduras, La Alianza por la Soberanía Alimentaria (SARA), el Foro Agrícola (FA) y la Asociación Nacional para el Fomento de la Agricultura Ecológica (ANAFAE) y la Campaña Vamos al Grano (que agrupan más de 60 organizaciones de base) después de informar al pueblo hondureño sobre este nuevo ataque al derecho a la alimentación de las y los hondureños,

Exigimos:

1. Se ponga un alto a la siembra de cultivos transgénicos en Honduras, mismos que solamente significan un negocio para las compañías extranjeras y algunas nacionales, agrupadas en CROPLIFE, sin importar el daño ocasionado a los pequeños productores y productoras.

2. Que las secretarías de Estado, SAG, SERNA y SEPLAN, asuman su responsabilidad de proteger los intereses del pueblo hondureño y no continúen haciendo negocios permitiendo la experimentación, el cultivo, la comercialización y el consumo de transgénicos en Honduras.

3. Se detenga, en el Congreso Nacional de la República cualquier intento de adaptar el marco legal para la experimentación, producción, comercialización y consumo de transgénicos agrícolas en Honduras.

4. Vigilar permanentemente la ayuda alimentaria y la merienda escolar para que la misma no contenga productos transgénicos, como ha sucedido en otros países de la región centroamericana.

Advertimos:

Que las organizaciones que luchan por una economía campesina digna, por una soberanía alimentaria que responde a los intereses y necesidades del pueblo, junto a las organizaciones campesinas, indígenas y movimientos sociales, estaremos vigilantes y en pie de lucha para evitar el zarpazo, que la MONSANTO quiere dar, en complicidad con las organizaciones antes mencionadas. Y que, frente a los millones de dólares de MONSANTO y CROPLIFE, aun existe un pueblo en resistencia que no les dejará tener paz a los ricos mientras exista hambre para los pobres.



Tegucigalpa 15 de junio de 2010

1. Alianza por la Soberanía Alimentaria y la Reforma Agraria (SARA)

2. Campaña Vamos al Grano

3. Asociación Nacional para el Fomento de la Agricultura ecológica en Honduras (ANAFAE)

4. Foro Agrícola de Honduras (FA)

5. Madre Tierra/ Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad

Bayer finally gets the message – we don’t want GE!

Blogpost by gtyler - June 24, 2010
http://www.greenpeace.org/international/en/news/Blogs/makingwaves/bayer-finally-gets-the-message-we-dont-want-g/blog/12546

It has taken a long time - 8 years to be precise. In 2002 Bayer first applied for approval for Brazilian farmers to be allowed to grow their genetically engineered (GE) rice. The only problem with their plan is that Brazilian rice farmers and producers don’t want GE rice. Bayer has finally gotten the message, and yesterday they finally withdrew their application.

Bayer is saying publically that they have withdrawn their application “to broaden the dialogue with key members in the production of rice in Brazil”. I would think 8 years would be more than enough time to broaden the debate on how GE crops are becoming less effective in the face of weeds that are resistant to herbicides, how rice producers have lost financially due to GE rice and how we continue to see unexpected side effects from GE crops.

It might have been more than just the Brazilian’s rejection of GE rice that made Bayer act. They are also currently taking a pounding in the US courts, having to pay out tens of millions of dollars to rice producers affected by their contamination of the US rice supply in 2006.

Despite this, the message from Brazilian rice producers is clear – GE rice is not wanted in Brazil. To broaden the debate Bayer will need to do some serious searching for other players in the Brazilian rice production chain, as already most of these players have voiced their opposition to GE rice. Amongst these groups is the Rice Federation of Rio Grande do Sul, the region which accounts for 60% of Brazilian rice production.

It’s time for governments everywhere to stand up for what people and producers want and stop GE rice.

Haitian Peasants March against Monsanto - By La Via Campesina

On June 4th about ten thousand Haitian peasants marched to protest U.S.-based Monsanto Company’s ‘deadly gift’ of seed to the government of Haiti. The seven-kilometer march from Papaye to Hinche—in a rural area on the central plateau—was organized by several Haitian farmers’ organizations that are proposing a development model based on food and seed sovereignty instead of industrial agriculture. Slogans for the march included “long live native maize seed” and “Monsanto’s GMO & hybrid seed violates peasant agriculture.”

The poorest country in the Western Hemisphere, Haiti shares the Caribbean island of Hispaniola with the Dominican Republic. About 65 percent of Haiti’s population lives in rural areas as subsistence farmers. On January 12 2010, a devastating earthquake leveled Haiti’s capital city Port au Prince, and 800,000 urban refugees migrated to rural areas. According to Chavannes Jean-Baptiste, coordinator of the Papaye Peasant Movement (MPP) and a member of La Via Campesina’s international coordinating committee, “there is presently a shortage of seed in Haiti because many rural families used their maize seed to feed refugees.”

With sales of $11.7 billion in 2009, U.S.-based transnational corporation Monsanto Company is the world’s largest seed company, controlling one-fifth of the global proprietary seed market and 90 percent of seed patents from agricultural biotechnology. In May Monsanto announced that it had delivered 60 tons of hybrid seed maize and vegetables to Haiti, and over 400 tons of its seed (worth $4 million) will be delivered during 2010 to 10,000 farmers. The United Parcel Service is providing transport logistics, while Winner—a $127 million project funded by the U.S. Agency for International Development (USAID) and focused on ‘’agricultural intensification’—is distributing the seed.[i] Monsanto stated that it made the decision to donate seed to Haiti at the World Economic Forum in Davos, Switzerland: “CEO Hugh Grant and Executive Vice President Jerry Steiner attended the event and had conversations with attendees about what could be done to help Haiti.”[ii] It is unclear whether any Haitians were included in the conversations in Davos.

Some have charged that the Monsanto representative in Haiti is Jean-Robert Estimé, who served as foreign minister during the brutal 29-year Duvalier family dictatorship.[iii] While Monsanto vehemently denies this claim[iv], Estimé is included in an email exchange about the donation between Elizabeth Vancil, Director of Global Development Partnerships at Monsanto and Emmanuel Prophete, a Haitian agronomist working for the Minister of Agriculture.[v] The domain for Estimé’s email address is Winner (www.winner.ht), which implies he works for the U.S. government.

The Haitian rural organizations consider Monsanto’s seed donation part of a broader strategy of U.S. economic and political imperialism. “The Haitian government is using the earthquake to sell the country to the multinationals,” stated Jean-Baptiste. Vancil stated that opening up Haitian markets to Monsanto’s products “would be good.”[vi]

READ THE REST: http://www.cipamericas.org/archives/2591

The resistance to resistance: What is a weed?

By Dennis Keeney

The ability of natural systems to overcome assaults by outside forces that threaten their livelihood is nothing short of phenomenal. When I was kid growing up in Iowa in the 1950s, I recall when we sprayed DDT on the cows to control flies, except the flies soon fought back, so we had to use more. First used as an outgrowth of nerve gas from WWII, DDT was regarded as a lifesaver for control of mosquitoes carrying malaria but it soon became ineffective. Never mind that the full health and environmental risks of toxic DDT were never fully evaluated before it was in widespread use, and when it was found in milk, some people began to worry. Other pesticides, such as dieldrin and aldrin, were substituted, but mosquitoes again became resistant in 18 months or less.

Not to be deterred, humanity has continued to try to use pesticides to control pests over and over—only to find that pests continue to fight back over and over. Now more than 500 species of insects and fungus are resistant to pesticides and the list continues to climb.

Even corn rootworm, which used to be controlled by alternating corn with another crop such as soybeans, has figured out that it can exist nicely with the soybean and come back the next year, a phenomenon known as extended diapauses.

Aside from insects, resistance also operates efficiently in the plant world. Weeds are ever with us. Indeed they are called weeds because they end up where they are not wanted and cause economic damage. In 1943 Aldo Leopold wrote a classic essay called “What is a Weed.” The essay, published in River of the Mother of God (UW Press), said “To live in harmony with plants is, or should be, the ideal of good agriculture. To call every plant a weed which cannot be fed to livestock or people is, I fear, the actual practice of agricultural colleges. [...] The first false premise is that every wild species occasionally harmful to agriculture is by that reason of fact to be blacklisted for general persecution.”

I spent many hot days chopping weeds out of corn and soybean fields when I was a youth. When a miracle product called 2,4-D (an early Monsanto product) came along to use on the corn fields, I rejoiced. But lo and behold, by 1957, weeds were reported in Hawaii sugarcane fields that were resistant to 2,4-D. Weed scientists did not worry much. The slow growth pattern of weeds meant it would take many years before widespread resistance would occur. But weeds did not wait.

The triazines, especially atrazine, came into widespread use the 1960s. Predictably, weed resistance soon developed. While triazine resistance is commonplace, atrazine remains a major herbicide for corn.

But all was not lost. In the 1970s a Monsanto organic chemist named John Franz found a triamine salt, called glyphosate, that had broad spectrum toxicity toward green plants. Glyphosate was branded as Roundup and formulations were first marketed in 1976. Over the last three decades, glyphosate has brought enormous profits to Monsanto, which had exclusive U.S. rights until 2000 when the patent expired. Roundup has been the most widely sold herbicide worldwide since 1980.

The company’s profits greatly expanded with the introduction of crops genetically engineered to be tolerant of Roundup. With the introduction of Roundup Ready (RR) crops patented by Monsanto, the company's sales not only of the chemical but also of the seed and associated patents skyrocketed.

Over 90 percent of soy, 75 percent of cotton and 70 percent of corn grown in the U.S. in 2009 contains the RR trait. This amounts to 130 million acres of corn and soy, according to the U.S. Department of Agriculture.

While Roundup has been touted as safe and environmentally friendly, much data indicates the contrary. Of particular concern are the “inert” adjuvants (chemicals added to enhance the activity of the pesticide) that often are not disclosed nor tested by EPA.

READ THE REST: http://iatp.typepad.com/thinkforward/2010/06/the-resistance-to-resistance-what-is-a-weed.html

Campesinos haitianos forman barricada contra Monsanto

Por Peter Costantini


PÉTIONVILLE, Haití, jun (IPS) - Pequeños agricultores de Haití temen que gigantes trasnacionales como Monsanto procuren ganar más terreno en la economía local bajo el disfraz de la ayuda a la reconstrucción tras el terremoto.

"Las semillas representan una suerte de derecho a la vida", dijo a IPS el líder campesino Chavannes Jean-Baptiste. "Es por eso que hoy tenemos un problema con Monsanto y con todas las multinacionales que venden semillas. El agua y las semillas son patrimonio común de la humanidad".

El 4 de este mes, en la plaza central de Hinche, localidad agrícola en la región de Plateau Central, una multitud de campesinos vestidos de camisetas rojas y sombreros de paja quemaron una cantidad simbólica de maíz híbrido donado a Haití por esa firma estadounidense proveedora de insumos y tecnología para la agricultura.

Llamaron a todos los granjeros del país a quemar cualquier semilla de la empresa y exigieron al gobierno que rechazara nuevos embarques.

Las acciones en Hinche fueron encabezadas por Mouvman Peyizan Papay (MPP), movimiento regional campesino con 50.000 miembros, y la coalición nacional con unos 200.000 integrantes a la que pertenece. A pesar de las divisiones entre las organizaciones agricultoras haitianas, varios de los grupos más importantes se unieron para participar.

Jean-Baptiste lidera el MPP desde 1973 y tiene un rol destacado en el movimiento campesino internacional.

"Nuestra primera meta es defender la pequeña agricultura", añadió, "una agricultura orgánica que respete el ambiente y luche contra su degradación. Defendemos las semillas nativas y los derechos de los campesinos a su tierra".

El movimiento campesino internacional defiende la "soberanía alimentaria", subrayó Jean-Baptiste, el derecho de cada país a definir su política agrícola, de las comunidades a decidir qué producen y de los consumidores a saber si lo que reciben es saludable.

"Además trabajamos con grupos indígenas, y con ellos creemos que, así como los pueblos tienen derechos, la Tierra también y los debemos respetar", indicó.

Las acciones contra Monsanto estuvieron asimismo dirigidas "contra las políticas del gobierno (haitiano) que no ayudan a los campesinos, y en cambio aceptan productos que envenenan el ambiente, matando la biodiversidad y destruyendo la familia y la pequeña agricultura", señaló.

Según Monsanto, 130 toneladas de maíz híbrido y semillas vegetales de unas 475 prometidas ya han sido enviadas a Haití. La primera embarcación llegó en la primera semana de mayo.

Las 345 toneladas restantes serán enviadas en los próximos 12 meses.

La compañía subrayó en un comunicado de prensa que las semillas no eran genéticamente modificadas, como habían señalado reportes iniciales, pero reconocieron que algunas estaban recubiertas con fungicidas y pesticidas.

Monsanto consultó al Ministerio de Agricultura de Haití sobre cuáles semillas serían aceptables para los granjeros locales y más adecuadas para las condiciones del país, aseguró a IPS vía correo electrónico Darren Wallis, portavoz de la firma.

Además, el programa WINNER, de la gubernamental estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional y del Earth Institute, distribuirá semillas con insumos, como fertilizantes, y proveerá apoyo técnico, destacó Monsanto. Se trata de "un proyecto por 127 millones de dólares... que busca mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales de Haití".

Pero oradores en la manifestación del 4 de este mes cuestionaron el programa, acusando el presidente René Préval de "connivencia con el imperialismo" y de "vender el patrimonio nacional".

Aunque Jean-Baptiste fue un arquitecto clave en la elección de Préval para su primer periodo de gobierno en 1995, el líder campesino cuestiona ahora duramente al jefe de Estado: "Simplemente ha traicionado las ideas que defendía".

Para Jean-Baptiste, la donación de Monsanto es el avance de una batalla entre las organizaciones populares haitianas y las corporaciones transnacionales europeas y estadounidenses que, sostuvo, dominan a Puerto Príncipe y controlan los esfuerzos de reconstrucción.

"El gobierno está vendiendo al país o regalándolo. No sólo Monsanto intenta entrar. También hablan de que Coca Cola quiere venir a plantar mangos. El pueblo haitiano lucha para asegurarse que toda generosa ayuda internacional sea canalizada a genuinos programas de desarrollo sostenible".

La desconfianza hacia las intenciones de las corporaciones trasnacionales y hacia el gobierno de Estados Unidos es fuerte entre muchos haitianos y se basa en una larga historia.

La plaza en Hinche donde se celebraron las manifestaciones lleva el nombre de Charlemagne Péralte, líder un levantamiento campesino contra la ocupación de Haití por los infantes de marina (marines) de Estados Unidos entre 1915 y 1934.

La historia de los daños causados a los agricultores haitianos por la ayuda extranjera es también larga y dolorosa.

En los años 80, los cerdos criollos fueron prácticamente erradicados en Haití bajo la fuerte presión del presidente Ronald Reagan (1981-1989). Los animales eran otrora conocidos como "las cuentas bancarias del campesino haitiano", y su crianza era parte importante de la economía.

Una epidemia de gripe porcina africana que comenzó en la vecina República Dominicana fue matando a los cerdos, y las autoridades estadounidenses temían que se propagara a América del Norte.

La variedad de cerdos enviados de Estados Unidos como reemplazo era mucho menos resistente y requería de insumos e instalaciones más caras. Prácticamente ninguno de los animales sobrevivió. Muchas familias haitianas nunca fueron compensadas y su sustento se vio duramente comprometido. En algunos casos, sus hijos debieron abandonar la escuela, según la organización estadounidense Grassroots International.

El grupo ha estado trabajando con organizaciones campesinas haitianas desde 1997 para repoblar el país con cerdos criollos.

Supreme Court’s ruling on Monsanto’s GE alfalfa: Who won?

by Tom Laskawy

21 Jun 2010 12:27 PM

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Updated 2:20 pm Pacific, June 21

The sustainable agriculture world is abuzz today with news of the Supreme Court's ruling regarding an earlier lawsuit, brought by alfalfa farmers, that sought to stop any planting of Monsanto's genetically engineered Roundup Ready alfalfa seed. While the press coverage heralds the ruling as a decisive victory for Monsanto, a close reading shows that, in fact, it's a fairly significant win for opponents of biotech crops.

Hay dudes, not so fast

The background: As the fourth most-planted U.S. crop behind corn, soybeans, and wheat, alfalfa is worth $9 billion a year -- the dairy industry is the biggest consumer -- with annual seed sales valued at $63 million, according to a USDA study. Monsanto's Roundup Ready alfalfa seed has been genetically engineered to be tolerant of glyphosate, the active ingredient of Monsanto's herbicide Roundup.

Earlier this year, the U.S. District Court in San Francisco found that the USDA had illegally approved Roundup Ready alfalfa for planting -- which the agency refers to as "deregulating" -- by allowing Monsanto to sell and farmers to plant the seeds without the USDA completing a required full Environmental Impact Statement. (A preliminary one was under way.)

In response to a lawsuit filed by GMO-opposed alfalfa farmers along with the Center for Food Safety on behalf of consumers, the District Court halted all planting of Roundup Ready alfalfa until the USDA completes the EIS, which could take years. It also issued two injunctions: one that prevented the USDA from performing a so-called "partial deregulation" of Roundup Ready alfalfa, i.e. allowing restricted and otherwise limited planting, while it prepared the final environmental statement; the other stopping farmers from planting any Roundup Ready alfalfa starting with the 2010 crop year. (For a deeper look into the lead-up to the case, read Matt Jenkins' excellent 2007 feature "Brave New Hay" from High Country News.)

Today, in a 7-1 opinion written by Justice Samuel Alito, the Supreme Court reversed both District Court injunctions, saying that the Court had overreached itself procedurally in halting the plantings. (Both Justices Steven Breyer and Clarence Thomas had conflicts of interest in the case -- Breyer's brother was the District Court judge on the case, while Thomas was corporate counsel for Monsanto earlier in his career, but only Breyer saw fit to recuse himself.)

Despite the news reports claiming victory for Monsanto, the Supreme Court did not overturn the central tenet of the case: that the USDA prematurely approved Roundup Ready alfalfa. The District Court, in effect, made it once again illegal to plant Roundup Ready alfalfa -- and the Supreme Court endorsed that ruling. While the Justices did declare that the USDA, if it wants to, has the right to give the seed a preliminary approval (i.e. for limited, restricted planting), the Supreme Court decision does not by itself give Roundup Ready alfalfa the green light.

And it's important to note that the USDA has not yet formally announced any intention to re-authorize the restricted plantings, which would come in the form of a rule for "partial deregulation" of Roundup Ready alfalfa. In fact, the agency and Monsanto hed preciously submitted such a plan to the District Court in hopes that it would be incorporated into the final ruling, and instead, they received an injunction.

To some, that move appeared to be an attempt at an end run around the official rulemaking process. It's not clear if the USDA will move forward with anything other than the "final" environmental review.

[Update:] The USDA office that oversees biotech crops, the Animal and Plant Health Inspection Service (APHIS), just released a brief statement via email in response to the Supreme Court's ruling. In it, the agency leaves the door open to some sort of preliminary approval for the alfalfa seed, without indicating its intention one way or the other: "APHIS is carefully reviewing the Supreme Court ruling before making decisions about its next regulatory actions related to the deregulation of Roundup Ready alfalfa." It also announced its intention to complete the full environmental impact statement "in time for the spring planting of alfalfa crops in 2011." That start date presumes they get through the process without any more lawsuits or injunctions -- not a safe bet, at all.

No mo' gene flow?

More importantly, the Supreme Court has also now ruled for the very first time that "environmental harm" includes economic effects such as reduced agricultural yield or loss of market due to genetic contamination, as well as the concept of what biologists refer to as "gene flow" (in practice, the idea that genetically engineered material may get into conventional plants through cross-pollination). The Supreme Court now accepts that this phenomenon in and of itself is harmful and illegal under current environment protections.

"That’s a huge win for our side ... That’s gigantic!" Michael Hansen, senior staff scientist of Consumers Union, told me. Future lawsuits can now confidently use the gene-flow argument against approval and use of genetically engineered crops.

Others share his glee. The Center for Food Safety called the ruling "a victory for the Center for Food Safety and the farmers and consumers it represents."

For its part, Monsanto is spinning the ruling positively. In a statement posted on its website, the company said:

This is exceptionally good news received in time for the next planting season. Farmers have been waiting to hear this for quite some time. We have Roundup Ready alfalfa seed ready to deliver and await USDA guidance on its release. Our goal is to have everything in place for growers to plant in fall 2010.

Well, from all appearances Monsanto has this flat wrong. Farmers can't plant Roundup Ready alfalfa just yet. And even if the USDA tries for that preliminary approval, the Supreme Court made very clear that today's ruling does not presume that any preliminary approval is (or isn't) legal.

Indeed, the legal issues at the heart of the ruling aren't over the rights of corporations or the science behind genetically engineered seed, but about the separation of powers between co-equal branches of government. The Supreme Court today stopped a District Court from telling a federal agency that it couldn't make regulatory rules. For the judiciary to stop the government from doing its job requires meeting a very rigorous set of standards. After the Supreme Court decided to make this point the crux of its ruling, all the other issues fell by the wayside. Another way of looking at it is that the supposed "overreach" by the District Court was against the USDA, not Monsanto.

The Supreme Court has also made the point very clearly that outside groups have the ability to file lawsuits in order to stop any poorly conceived or improperly executed rule that a federal agency passes. And surprisingly enough, the Court -- with its expansion of the definition of "environmental harm" to include things like gene flow -- just gave consumer groups a whole new set of legal weapons to wield against the same companies currently crowing over the implications of today's events.

Monsanto, Opponents Both Claim Victory in Historic Genetically Modified Crop Case

Tuesday 22 June 2010

by: Mike Ludwig, t r u t h o u t | Report

(Image: Jared Rodriguez / t r u t h o u t; Adapted: Manuel W., swanksalot)

In a landmark case on genetically modified (GM) crops, The US Supreme Court ruled 7-1 on Monday in favor of agribusiness giant Monsanto and overturned a lower court's decision to ban the company's GM alfalfa until the US Department of Agriculture (USDA) fully analyzed the crop's potential dangers.

Monsanto applauded the decision and assured farmers that the alfalfa seeds, which are engineered to be resistant to Monsanto's glyphosate-based Roundup herbicide, could be available for planting as early as this fall. Monsanto's opponents, however, claim they won the day because, under the high court's ruling, the GM alfalfa remains illegal until the USDA officially deregulates the crop, a decision that can be challenged by the public.

A coalition of organic farmers and environmentalists sued the USDA in 2006 over its approval of the Monsanto's GM alfalfa. The groups cited concerns that the alfalfa could cross-pollinate and infect organic alfalfa farms, and the overuse of Roundup herbicide could contaminate soil and groundwater while promoting the growth of Roundup-resistant "super weeds."

Monsanto and its biotech allies jumped in to support the USDA, but, in 2007, a US District Court in San Francisco ruled the USDA failed to address these concerns and placed a nationwide ban on the alfalfa seeds until the department completed a full environmental impact analysis.

Supreme Court Justice Stephen Breyer did not participate in Monsanto v. Geertson Seed Farms because his brother, US District Judge Charles Breyer, made the initial ruling to ban the alfalfa.

An appeals court upheld the ban, so Monsanto took the case to the top. The company announced in March the completion of a nearly $200 million expansion of a chemical plant in Louisiana that manufactures the Roundup Ready herbicide.

The Supreme Court's ruling overturned the lower court's injunction because it was legal "overkill," according to the Center for Food Safety (CFS), Monsanto's lead opponent in the case.

"The bottom line is that the Supreme Court set aside the injunction because the vacating of the commercialization decision already gave us all the relief we needed, by forbidding RRA [Roundup Ready Alfalfa] planting until a new decision is made by the agency," CFS senior attorney George Kimbrell said in a release. "And at such time, farmers and consumers still have the right to challenge the adequacy of that process."

"The Court's decision affirmed that the threat of genetic contamination of natural plants posed by biotech crops is an issue of significant environmental concern now and in the future," Kimbrell said.

The case has been remanded to a lower court with the instruction to allow the USDA's Animal and Plant Health Inspection Service (APHIS) to make an interim decision and decide if some GM alfalfa can be planted while the USDA completes a full environmental impact statement.

"This is exceptionally good news received in time for the next planting season. Farmers have been waiting to hear this for quite some time," said Steve Welker, Monsanto's alfalfa business lead. "We have Roundup Ready alfalfa seed ready to deliver and await USDA guidance on its release."

The USDA, however, indicated during the case that the full deregulation is about a year away and interim deregulation will not be pursued, according to the CFS.

Organic food is the fastest growing sector of the food industry, and any move to deregulate GM alfalfa will be challenged, according to the CFS. More than 60 businesses, organizations and individuals supported the CFS case against the Monsanto's alfalfa, including the attorneys general of California, Oregon and Massachusetts, who filed a brief emphasizing "the States" interest in protecting its environment and natural resources

The majority opinion, written by Justice Samuel Alito, upheld the public's right to challenge future deregulation: "In sum ... the vacatur of APHIS's deregulation decision means that virtually no RRA (Roundup Ready Alfalfa) can be grown or sold until such time as a new deregulation decision is in place, and we also know that any party aggrieved by a hypothetical future deregulation decision will have ample opportunity to challenge it, and to seek appropriate preliminary relief, if and when such a decision is made."

In a brief filed in the Supreme Court supporting CFS, the Union of Concerned Scientists argued that genetically modified crops and their herbicides pose "substantial risks of harm to the human environment" because of their potential to spread unwanted genes to surrounding fields and promote herbicide resistant weeds. The brief states that both events are "likely" and the harm would be "irreversible."

Past reviews by the Food and Drug Administration and the Environmental Protection Agency found Roundup Ready alfalfa to be safe, according to Monsanto. The company claims Roundup Ready alfalfa was planted by 5,500 growers before the 2007 ban.

Supreme Court Case a Defeat for Monsanto's Ambitions

Andrew Kimbrell
Center for Food Safety

It should be no surprise that Monsanto's PR machine is working hard to spin the truth in this morning's decision in the first-ever Supreme Court case on genetically engineered crops (Monsanto v. Geertson Seed Farms). Despite what the biotech seed giant is claiming, today's ruling isn't close to the victory they were hoping for.

The 7-1 decision issued today by the Supreme Court was on the appeal of the Center for Food Safety's (CFS) successful suit, which resulted in a ban on GMO alfalfa. And, while the High Court ruled in favor of Monsanto by reversing an injunction that was part of the lower court's decision, more importantly, it also ruled that the ban on GMO alfalfa remains intact, and that the planting and sale of GMO alfalfa remains illegal.

This point, which seems to be lost in some news reports, is actually a huge victory for the Center for Food Safety and - most importantly - for the farmers and consumers who we represent.

The Supreme Court ruled that an injunction against planting was unnecessary since, under lower courts' rulings, Roundup Ready Alfalfa became a regulated item and illegal to plant. In other words, the injunction was "overkill' because our victory in lower federal court determined that USDA violated the National Environmental Policy Act and other environmental laws when it approved Roundup Ready alfalfa. The court felt that voiding the USDA's decision to make the crop legally available for sale was enough.

A different ruling could have had far-reaching ramifications that might have extended beyond our borders, affecting the health and status of world markets for U.S. alfalfa, and impacting the fastest growing sector of the US agriculture market - organic. But the court clearly saw that, and opted instead to rule very narrowly.

And yet, Monsanto is out there in a public statement saying that they've won a great victory. They claim that they're ready to sell Roundup Ready Alfalfa seeds now, and that they hope that their farmers should be able to plant by fall 2010. It's a canny statement, but neither of those potential situations is by any means possible at this point. The bottom line: the ban on planting Roundup Ready Alfalfa still stands.

The Center is victorious in this case in several other ways: most importantly, the High Court did not rule on several arguments presented by Monsanto about the application of federal environmental law. As a result, the Court did not make any ruling that could have been hurtful to National Environmental Policy Act or any other environmental laws. In addition, the Court opinion supported the Center's argument that gene flow is a serious environmental and economic threat. This means that genetic contamination from GMOs can still be considered harm under the law, both from an environmental and economic perspective.

This Court opinion is in many ways a victory for the environment, the Center for Food Safety, for farmers and for consumers and a defeat for Monsanto's hopes of a green light. To represent this opinion in any other way is just spin.

Generation Monsanto (GM)--Why We Need Labels on GM Foods

by Ronnie Cummins

http://www.commondreams.org/view/2010/06/19-5

Published on Saturday, June 19, 2010 by CommonDreams.org

Gen-M, the first Monsanto Generation of humans force-fed genetically modified foods hasn't reached reproductive age yet (they were born in the late 1990s). But, if a critical mass of animal feeding studies are any indication, the millennial generation, reared on Food Inc.'s unlabeled "Frankenfoods" can look forward to a long-term epidemic of cancer, food allergies, learning disabilities, sterility, and birth defects.

Corn (85% of U.S. production is GM), soy (91% GM), cotton (88% GM), canola (85% GM) and sugar beets (95% GM) are all genetically engineered by Monsanto to withstand massive doses of the company's glyphosate herbicide RoundUp, or else to exude their own pesticide, Bacillus Thuriengensis (Bt). RoundUp, the favorite weedkiller poison of non-organic farmers and gardeners, causes brain, intestinal and heart defects in fetuses. And scientists warn that RoundUp, the most extensively used herbicide in the history of agriculture, "may have dire consequences for agriculture such as rendering soils infertile, crops non-productive, and plants less nutritious." In addition, hundreds of thousands of US dairy cows are injected with genetically engineered Bovine Growth Hormone (developed by Monsanto) in spite of studies linking BGH with cancer, and longstanding bans on the drug in the EU, Japan, Canada, and other industrialized nations.

With genetically modified foods and crops threatening public health and the environment, not to mention the next generation's reproductive capacity, why isn't there a massive consumer outcry to restrain Monsanto's biotech bullying and ban genetically engineered foods and agriculture?

The answer is disturbingly simple. Collusion between Monsanto and elected public officials (including the current Obama Administration) has obscured the fact that almost all non-organic foods in the US contain GMOs. Despite poll after poll indicating that 85-95% of US consumers want mandatory labels on foods containing GMOs, Congress has heretofore listened to Monsanto and corporate agribusiness, rather than their own constituents. In the European Union, Japan, or South Korea, where GM foods must be labeled, there are no GM foods on grocery story shelves (and little or none served in restaurants), since most consumers would not buy them and a significant number would complain if they saw GMO labels on products. Consequently there are very few GM crops being cultivated in the EU (mainly a small amount of corn in Spain for animal feed).

Most Americans simply do not understand that 80% of non-organic supermarket processed foods (basically every product containing soy, corn, canola, cottonseed oil, or sugar beet derivatives) are contaminated with GMOs. While nearly everyone in North America has eaten genetically modified foods, only 26% believe that they have.

People don't think they're eating genetically modified foods because they have no way of knowing whether they are or not. Genetically modified foods aren't labeled.

If we're going to save this generation from reproductive dysfunction and save our farmland from the ravages of RoundUp, we need to stop Monsanto.

The first step is to protect consumers' right to know whether their food is genetically modified.

We need genetically modified food labeled now!

Write your Congresspersons and 2010 candidates for the House and Senate. Tell them to support mandatory labeling of all genetically modified foods.

Take Action: http://www.organicconsumers.org/articles/article_21060.cfm

Ronnie Cummins is national director of the Organic Consumers Association and the author of the recent book, Genetically Engineered Food: A Self-Defense Guide for Consumers.

CFS claims US Supreme Court ruling is a victory for us

SUPREME COURT ruling in monsanto CASE is victory for Center for Food Safety, Farmers

High Court Delivers Ruling That Leaves Ban on Planting of Roundup Ready Alfalfa in Place in First-Ever Case on a Genetically-engineered Crop


Washington, DC June 21, 2010 – The Center for Food Safety today celebrated the United States Supreme Court’s decision in Monsanto v. Geerston Farms, the first genetically modified crop case ever brought before the Supreme Court. Although the High Court decision reverses parts of the lower courts’ rulings, the judgment holds that a vacatur bars the planting of Monsanto’s Roundup Ready Alfalfa until and unless future deregulation occurs. It is a victory for the Center for Food Safety and the Farmers and Consumers it represents.

“The Justices’ decision today means that the selling and planting of Roundup Ready Alfalfa is illegal. The ban on the crop will remain in place until a full and adequate EIS is prepared by USDA and they officially deregulate the crop. This is a year or more away according to the agency, and even then, a deregulation move may be subject to further litigation if the agency’s analysis is not adequate,” said Andrew Kimbrell, Executive Director of the Center for Food Safety. “In sum, it's a significant victory in our ongoing fight to protect farmer and consumer choice, the environment and the organic industry.”

In the majority opinion written by Justice Samuel Alito, the Court held: “In sum…the vacatur of APHIS’s deregulation decision means that virtually no RRA (Roundup Ready Alfalfa) can be grown or sold until such time as a new deregulation decision is in place, and we also know that any party aggrieved by a hypothetical future deregulation decision will have ample opportunity to challenge it, and to seek appropriate preliminary relief, if and when such a decision is made.” (Opinion at p. 22).

The Court also held that:

* Any further attempt to commercialize RRA even in part may require an EIS subject to legal challenge.

* The Court further recognized that the threat of transgenic contamination is harmful and onerous to organic and conventional farmers and that the injury allows them to challenge future biotech crop commercializations in court.

USDA indicated at the Supreme Court argument that full deregulation is about a year away and that they will not pursue a partial deregulation in the interim. Any new attempt at deregulation in full or part will be subject to legal challenge.

“The bottom line is that the Supreme Court set aside the injunction because the vacating of the commercialization decision already gave us all the relief we needed, by forbidding RRA planting until a new decision is made by the agency. And at such time, farmers and consumers still have the right to challenge the adequacy of that process.” said George Kimbrell, senior staff attorney for CFS. “The Court’s decision affirmed that the threat of genetic contamination of natural plants posed by biotech crops is an issue of significant environmental concern now and in the future.”

In this case, CFS faced off against powerful opposing entities, including the Department of Agriculture and the agricultural biotech giant, Monsanto Corporation. The Center and the other respondents were supported by a broad array of diverse interests, marshalling no less than seven amicus briefs in support. The amici included three states’ attorneys general, leading scientific experts, legal scholars, former government officials, farmers, exporters, environmental groups, food companies and organic industry trade groups. The Organic Trade association and companies like Stonyfield Farms, Cliff Bar and Eden Foods voiced united concern over the threat a ruling for Monsanto would pose to the organic food businesses, the fastest growing sector in the American food industry. Attorneys general from California, Oregon and Massachusetts filed a brief on behalf of their citizens emphasizing “the States’ interests in protecting the environment, their natural resources and their citizens’ rights to be informed about the environmental impacts of federal actions.” A full list of the more than sixty organizations, companies and individuals who filed briefs in support of CFS and opposed to Monsanto can be viewed at http://truefoodnow.org/publications/supreme-court-briefs/.

Monsanto was supported by a bloc of powerful corporate interests and industry groups, including the American Farm Bureau, the Biotechnology Industry Organization, the American Petroleum Institute, the U.S. Chamber of Commerce, and CropLife America.

The environmental, health, cultural, and economic impacts of the genetically-engineered alfalfa seed, which is designed to be immune to Monsanto’s flagship herbicide Roundup, and the USDA’s plan to commercialize it, was at the heart of this dispute since 2006, when CFS filed a lawsuit against the USDA on behalf of a coalition of non-profits and farmers who wanted to retain the choice to grow non-GE alfalfa. Central to the issue is unwanted transgenetic drift: GE alfalfa can spread uncontrollably by way of bees that can cross-pollinate plants many miles away, contaminating both conventional and organic alfalfa with foreign DNA, patented by Monsanto.

“We brought this case to court because I and other conventional farmers will no doubt suffer irreversible economic harm if the planting of GE alfalfa is allowed,” said plaintiff Phil Geerston. “It was simply a question of our survival, and though we did not win on all points of the law, we are grateful that the practical result of today’s ruling is that Monsanto cannot take away our rights and Roundup Ready alfalfa cannot threaten our livelihoods.”

Alfalfa is the fourth most widely grown crop in the U.S., and a key source of dairy forage. Organic and conventional farmers faced the loss of their businesses due to widespread contamination from Monsanto’s patented GE alfalfa, and the foreseeable contamination of feral or wild alfalfa would ensure an ongoing and permanent source of transgenic pollution in wild places akin to that of invasive species. The New York Times (link) recently covered the epidemic of super-weeds Monsanto’s Roundup Ready crops are causing across the country.

Further background information on the history of this case and scientific studies are available at http://truefoodnow.org/publications/supreme-court-briefs/.

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The Center for Food Safety is national, non-profit, membership organization, founded in 1997, that works to protect human health and the environment by curbing the use of harmful food production technologies and by promoting organic and other forms of sustainable agriculture. On the web at: http://www.centerforfoodsafety.org

George A. Kimbrell | gkimbrell@icta.org
Senior Staff Attorney
The Center For Food Safety
2601 Mission Street
Suite 803
San Francisco, CA 94110
Ph: 415-826-2770 l Fax: 415-826-0507

Bayer y la investigación biotecnológica en caña de azúcar

RALLT

Bayer CropScience está trabajando en el desarrollo de variedades de caña de azúcar de alto rendimiento extiende de caña de azúcar y equipos de investigación en conjunto con el principal Centro Brasileño de investigación de caña,el CENTRO BRASILEÑO DE TECNOLOGÍA DE CAÑA DE AZUCAR - CTC., con base en Sao Paulo.

La idea es combinar las fortalezas de las dos empresas en la producción de plantas con alto rendimiento de azúcar. La CTC proveerá el germoplasma de caña adaptado a las diferentes condiciones ecológicas de Brasil, y Bayer con la aparte biotecnológica.

Se espera que las nuevas variedades biotecnológicas produzcan una cantidad significativamente mayor de azúcar: Los primeros resultados de investigación han indicado aumentos de entre 30 y 40 por ciento. Los productos resultantes de esta cooperación se prevé que esté listo para su presentación para la aprobación reguladora para el año 2015. Con la cooperación específica, CTC tiene por objeto ampliar su cartera de rasgos biotecnológicos y Bayer CropScience apoya con la expansión de las actividades en biotecnología vegetal para la caña de azúcar.

Las actividades de investigación y desarrollo de Bayer CropScience en caña de azúcar se centran actualmente en Brasil, donde se concentra casi el 40 por ciento de la producción mundial de caña.

"Bayer CropScience tiene más de 30 años de experiencia con la caña de azúcar. Estamos proporcionando productos innovadores y soluciones para el segmento entero - ya es un negocio importante para nosotros. A partir de esta fuerza, que tienen como objetivo un aumento significativo de productividad para la industria del etanol, totalmente en línea con nuestro compromiso de ofrecer soluciones integradas y sostenibles ", dijo Marc Reichardt, Jefe de Operaciones de Negocios de América Latina de Bayer CropScience.

"La caña de azúcar es el cultivo más productivo para la energía renovable económicamente viable con el mejor equilibrio de CO2", agregó Joachim Schneider, jefe de la Unidad de Operaciones Comerciales de BioScience de Bayer CropScience. "Comité contra el Terrorismo es uno de los líderes mundiales en la investigación de la caña de azúcar de cría a la transformación industrial, y con la experiencia combinada de ambas partes de la cosecha puede seguir mejorando."

El destino de esa caña es la producción de etanol.

Fuente: Development of high-yielding sugarcane varieties: bayer cropscience extends sugarcane-research and teams up with leading brazilian sugarcane technology center ctc - bayer cropscience. 25 de mayo del 2010. Boletín de prensa de Bayer Cropscience, Alemania

El Centro de Mejoramiento del Maíz y el Trigo – CIMMYT- establecen un acuerdo para trabajar en trigo transgénico

RALLT

El trigo fue uno de los cultivos más trabajados por la revolución verde, con el fin de desarrollar variedades de alto rendimiento, acompañados por una fuerte mecanización del campo y el uso intensivo de insumos agrícolas.
En esa época, la revolución verde fue implementada a través de los centros públicos de investigación en varios países.

Uno de sus principales gestores, el fallecido premio Nobel Norman E. Borlaug, se refiere a este proceso en los siguientes términos:

“La Revolución Verde comenzó en los años cuarenta cuando yo me uní a un programa nuevo de la Fundación Rockefeller cuya función era la de asistir a los agricultores pobres en México a aumentar su producción de trigo. Pasamos casi 20 años produciendo una variedad de trigo enano de alta producción, resistente a varias enfermedades y plagas y que producía de dos a tres veces más grano que las variedades tradicionales. Eventualmente, en los años sesenta, fuimos capaces de expandir el programa y enseñar a agricultores en Pakistán y en la India a cultivar apropiadamente esta nueva variedad de trigo”.

La nueva meta es la biotecnología, es decir, desarrollar trigo transgénico con el argumento del crecimiento poblacional y el cambio climático. Hans-Joachim Braun, Director del Programa Global de Trigo del Centro de Mejoramiento del Maíz y Trigo, CIMMYT, que pertenece al sistema CGIAR, dice que:

“El crecimiento reciente en el potencial de rendimiento de trigo no alcanza para cubrir la demanda mundial: ya mientras que la población mundial creció en alrededor de 1,5% durante 1993-2000, los incrementos anuales en la producción de trigo en todo el mismo tiempo fueron sólo el 0,9%, y añade que si el crecimiento demográfico sigue al doble de la crecimiento de la producción de trigo, es probable que haya graves dificultades para mantener un suministro de alimentos de trigo para las generaciones futuras”.

En relación al calentamiento global el CYMYT señala:

“El cambio climático y los sistemas de producción insostenibles en la actualidad son un desafío a la capacidad de los países en desarrollo producir trigo suficiente para sus necesidades”.

Con esos justificativos, el CIMMYT ha establecido una asociación colaborativa con Syngenta con el propósito de generar nuevas tecnologías de trigo. El acuerdo implica un esfuerzo conjunto de investigación y desarrollo en las áreas de materiales nativos y genéticamente modificados, híbridos de trigo y una combinación de semilla y protección de cultivos, para obtener variedades con mayores rendimientos.

En el boletín de prensa del CIMMYT se establece que el acuerdo aprovechará, por un lado, la tecnología de marcadores genéticos de Syngenta, su caracteres genéticos y su labor de “mejoramiento genético” de trigo para los países de primer mundo. Es importante mencionar que las características genéticas que han sido comercializadas exitosamente por Syngenta hasta el momento se restrieguen a cultivos transgénicos con resistencia a insectos (cultivos Bt) y con tolerancia al herbicidas glifosinato de amonio -producido por la misma empresa-, por lo que se esperaría que de lo que estamos hablando, a pesar de todos los argumentos con los que se lanza esta iniciativa, es de trigo que incorpore estas dos características que han sido ya probadas con otros cultivos, como el maíz., los mismos que ni aumentan la productividad ni están diseñados para enfrentar el cambio climático.

El CIMMYT por su parte, aportará con el acceso que tiene a la diversidad genética del trigo (proveniente de todo el mundo), su red mundial de cooperadores y su programa de mejoramiento de trigo para el mundo “en desarrollo”. Es decir, el CIMMYT entregará a Syngenta toda la diversidad genética que pose para desarrollar variedades de elite, las patente y cobrará las regalías a todos los agricultores alrededor del mundo que adopten estas semillas.

Su acuerdo con Syngenta es la participación de "investigación y desarrollo conjuntos en las áreas de trigo nativo y los rasgos transgénicos, híbridos y la combinación de semillas y protección de los cultivos para acelerar el rendimiento de la planta de rendimiento."

John Atkin, jefe de operaciones de Syngenta Crop Protection, dijo que los dos socios se han comprometido a "transformar la producción de trigo en todo el mundo, mediante la creación de nuevas plataformas de tecnología que fijan normas sin precedentes para el rendimiento y calidad del trigo."

Bajo este escenario, los expertos de renombre mundial de trigo se reunieron en la sede del CIMMYT para asistir al taller complementario de estrategias para aumentar el rendimiento de trigo, que fue patrocinado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID). En el evento se abordó algunos nuevos métodos para aumentar de manera significativa el potencial rendimiento de trigo, efectuar la fotosíntesis más eficiente, mejorar la adaptación al medio ambiente, los procesos físicos involucrados en la reproducción fisiológica y molecular.

Este taller fue el escenario para establecer un Consorcio Internacional para incrementar los rendimientos del trigo -International Wheat Yield Potential Consortium- , que involucrará a científicos que trabajan en todos los continentes con la estratégica de integrar componentes de investigación en una plataforma común para producir nuevos genotipos de trigo.

Históricamente, el mejoramiento de trigo ha sido principalmente una actividad del sector público, y los programas del CIMMYT se dirigían a los centros de investigación agrícola que existen en casi todos los países del mundo. Ahora vemos como la empresa privada está ingresando agresivamente en el tema y con el apoyo del sistema de investigación agrícola internacional, que nació como una grupo de instituciones públicas, y que manejan material genético procedente de todo el mundo desarrollado históricamente por campesinos.

Por eso las empresas biotecnológicas reconocen la importancia que ha tenido el sector público en el desarrollo de nuevas variedades de trigo, por lo que se propone trabajar con este sector en el desarrollo de variedades biotecnológicas. Syngenta considera que se necesita mejorar las alianzas público-privadas y añade que “tendremos que establecer la confianza. Confiando en la inversión por el sector privado, ayudarán a traer tecnologías agrícolas mejoradas al mercado global”. En realidad uno de los intereses más importantes de conformar estas asociaciones es acceder a la diversidad genética que reposa en los bancos de germoplasma de los centros del sistema CGIAR.

Monsanto está también trabajando en biotecnologías para el trigo. Esta empresa adquirió hace poco a WestBred, una compañía dedicada a la investigación y desarrollo y comercialización de nuevas variedades de trigo en Estados Unidos. Monsanto está también interesado en trabajar de cerca con el sector público.

Aceptación en el mercado

Joachim-Braun, un científico alemán basado en el CIMMYT en México, dijo que con el cambio climático en mente, "debemos evitar el riesgo de otra crisis alimentaria y garantizar que los agricultores de todo el mundo están equipados para satisfacer las demandas de una población mundial en aumento.

Asociaciones como ésta puede ser de gran beneficio de los agricultores del mundo, ricos y pobres. "Para facilitar su expansión, Syngenta considera que han habido muchas regulaciones al trigo transgénicos, y que estas han sido “regulación basada en políticas, lo que ha aumentado considerablemente los riesgos de inversiones”, por eso propone regulaciones basadas en la ciencia, porque la ciencia es neutral, lo que sabemos que no es verdad, a lo que se suma el gran desconocimiento que existe aun sobre los impactos de los transgénicos en el ambiente, la biodiversidad y la salud humana.

Uno de los sectores a los que estarán dirigidas estas nuevas semillas serán los agricultores de trigo del Canadá, aunque no todos están convencidos de adoptar estas semillas transgénicas. Citando la pérdida de mercados de canola como ejemplo, un grupo que productores de trigo de Canadá advirtieron que para avanzar en el trigo transgénico debe hacerse con la aceptación generalizada del mercado, de lo contrario se pondría en peligro varios mercados clave de exportación.

A este respecto, Atkin Syngenta dijo en un vídeo en el sitio web de la compañía de todos aquellos rasgos que el trigo transgénico desarrollado en el trabajo de la asociación no se introducirá a menos que exista una amplia aceptación entre los consumidores de trigo.

Syngenta, dijo, también está trabajando en encontrar la forma correcta de comunicar su tecnología y sus beneficios para el mundo en general.

Fuentes:

Reynorlds M y Eaton D. 2009. Complementary strategies to raise wheat yield potential. Taller del CIMMYT. 10- 13 de noviembre 2009.

Syngenta-cimmyt partnership to advance wheat research. CIMMYT - México

Boletín de prensa
http://www.cimmyt.org/english/wps/media/Syngenta-CIMMYT-partnership.htm
31.03.2010

Al Jazeera reports on Monsanto's "gift"

Con nuevos amigos

Monsanto experimenta con transgénicos en instituciones públicas de El Salvador

Descargar: MP3 – 5.6 MB

Comenzó a todo ritmo en el municipio de Santa Cruz Michapa, en el departamento salvadoreño de Cuscatlán, el primer foro regional contra los agronegocios y por la soberanía de los pueblos de Mesoamérica.

Unos 75 militantes de Amigos de la Tierra Internacional, La Vía Campesina y la Marcha Mundial de las Mujeres llegaron hasta territorio salvadoreño para analizar críticamente el papel de las corporaciones del agronegocio que operan en América Latina y sus impactos sobre las comunidades campesinas.

Silvia Quiroa de Cesta - Amigos de la Tiera El Salvador explicó a Radio Mundo Real que en la introducción del Foro Mesoamericano se han puesto sobre la mesa temas como el acaparamiento de tierras, los daños a la biodiversidad, el monopolio de las semillas criollas y el avance de los productos transgénicos.

“Será fundamental en este foro discutir cómo avanzamos en la construcción de alternativas para resistir el avance de los agronegocios en Mesoamérica”, aseveró la representante de Cesta - Amigos de la Tierra.

La ambientalista salvadoreña relató además que las trasnacionales semilleras Monsanto y Syngenta ingresaron al país a través de la representación de empresarios nacionales prestigiosos en ese país, y que hoy monopolizan las semillas criollas y ocultan los “verdaderos intereses” que hay detrás de sus inversiones en países como El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras.

Ambientalistas salvadoreños han denunciado ante parlamentarios nacionales que la estadounidense Monsanto realiza experimentaciones con eventos transgénicos en coordinación con instituciones públicas que han cedido sus predios, entre ellos el Ministerio de Agricultura y Ganadería.

En la previa a la conmemoración de un nuevo Día Internacional del Medio Ambiente, la valoración que hacen las organizaciones salvadoreñas de la gestión del presidente Mauricio Funes, que asumió el primero de junio de 2009, no parece ser demasiado alentadora.

“¿Cómo es posible que en un primer gobierno de izquierda, que supuestamente está consciente de las vulnerabilidades ambientales, se reduzca el presupuesto anual del ministerio de Medio Ambiente?”, se quejó Quiroa.

Un cuento repetido

Monsanto controla el mercado de insumos y semillas en El Salvador

Descargar: MP3 – 1.8 MB

Las organizaciones campesinas de El Salvador acusan a la semillera estadounidense Monsanto por su propósito de “acaparar todo el mercado” nacional, al punto que ha llegado a “robar semillas criollas” para instaurar un régimen monopólico.

Eso expresó en diálogo con Radio Mundo Real el dirigente Oscar Recinos Morales, de la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria Región Central (Fecoracen), integrante de la Vía Campesina Internacional.

La Fecoracen trabaja a nivel local en el rescate de semillas autóctonas y la consolidación de cooperativas agropecuarias como una forma de contrarrestar el modelo agroexportador que se promueve desde las altas esferas gubernamentales en el país centroamericano.

La mayoría de los políticos salvadoreños, según Recinos Morales, son “empleados” de los grandes productores y las corporaciones del agronegocio que se instalan en el país.

Grupos como la Fecoracen están impulsando la aprobación de paquetes de leyes que incentiven el consumo de la producción nacional. Además reclaman mayores controles fitosanitarios para las importaciones de maíz desde Estados Unidos, y hacen hincapié en que las organizaciones campesinas y ambientalistas son las únicas que tienen una “preocupación real” por encontrar soluciones reales al cambio climático.

Fotos de protesta haitiana contra Monsanto

Cortesía de Isabella Kenfield

Haití: marcha contra Monsanto y por la soberanía alimentaria

VIA CAMPESINA

"El viernes 4 de junio del 2010, se manifestaron juntos y juntas todos y todas saliendo del centro de formación del MPP 'centro Lakay' hasta Hinche (alrededor de 7 Km.) para exigir el respeto a la soberanía alimentaria del país y en contra de Monsanto y sus cómplices en Haití".

Varios miles de campesinos y campesinas de todo el país se manifestaron contra Monsanto y sus cómplices en Hinche después de la convocatoria del Movimiento de Papaye (MPP), de las organizaciones campesinas y movimientos sociales como Movimiento de los Campesinos del Congreso de Papaye (MPNKP), de TK (Tèt Kole), de la Coordinación Regional de las Organizaciones del Sur Este (CROSE), del Movimiento Reivindicativo de los campesinos de Artibonite (MOREPLA), de la Plataforma haitiana de apoyo por un desarrollo alternativo (PAPDA), Red Nacional Haitiana por la Seguridad y la Soberanía Alimentaria (RENAHSSA), de la Plataforma de las organizaciones campesinas haitianas (PLANOPA), del grupo « Kaba grangou » (para acabar con el hambre) junto con la Vía Campesina (Haití , Republica Dominicana, Brasil y Canadá) y otros países amigos como Estados Unidos, Francia e Italia , sin olvidar a los periodistas de varios medios de comunicación nacionales e internacionales.

El viernes 4 de junio del 2010, se manifestaron juntos y juntas todos y todas saliendo del centro de formación del MPP “centro Lakay” hasta Hinche (alrededor de 7 Km.) para exigir el respeto a la soberanía alimentaria del país y en contra de Monsanto y sus cómplices en Haití.

El día 3 de junio por la noche, se emitió un documental en la sala cultural de la iglesia Católica en Hinche, explicando las consecuencias negativas de los productos de Monsanto en lugares como América Latina y el apoyo que recibe dicha empresa multinacional por parte de la Administración para el Control de Alimentos y Medicinas de EEUU (FDA) para distribuir sus productos en el territorio americano.

El viernes 4 de junio, para iniciar la marcha los y las manifestantes sembraron simbólicamente maíz criollo en una granja experimental de MPP que simboliza la determinación de consumir maíz criollo a partir de semillas locales orgánicas y también plantaron árboles para marcar el día internacional de medio ambiente.

Después, al ritmo del tambor e instrumentos de viento como el bambú, la música y los gritos, los manifestantes caminaron hasta Hinche con sombreros artesanales en los que se podía leer “ABAJO Monsanto” y “ABAJO Preval” y con camisetas rojas reclamando, entre otras cosas, el fin de la soberanía alimentaria. En la plaza Charlemagne, el director ejecutivo de MPP y miembro de la CCI de la Vía Campesina, D. Jean Baptiste Chavannes, leyó la declaración final escrita por las organizaciones campesinas haitianas y movimientos sociales haitianos para luego quemar parte del maíz en venenoso como gesto de rechazo del regalo mortal de Monsanto al gobierno haitiano. Después de quemar el regalo maldito, se distribuyeron semillas criollas como maíz y varios tipos de frijoles a los y las participantes.

Los y las participantes no solamente se solidarizaron con el sector campesino, sino que también aprovecharon el momento para mostrar su oposición a la política del gobierno de Rene García Preval (Presidente desde el 14 de mayo del 2006) y Joseph Jean Max Bellerive (Primer ministro desde el 11 de noviembre del 2009), acusándoles de ser cómplices del imperialismo al vender el patrimonio nacional del país.

Vía Campesina Caribe
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Tel :(509)3427-5622

Fuente: Vía Campesina