Al mismo tiempo, contra todas las evidencias y contra recomendaciones de autoridades de Naciones Unidas, el gobierno de México aprobó nuevas siembras a campo abierto de grandes extensiones de maíz transgénico, absurdamente llamadas experiencias piloto, pese a que no hay medidas de bioseguridad: el polen se difunde abiertamente, contaminando la biodiversidad y el maíz campesino en su centro de origen, cometiendo un crimen de proporciones históricas.
El nuevo estudio de los investigadores suizos, encabezado por la doctora Angelika Hilbeck, confirma resultados ya publicados en 2009, donde se muestra con pruebas de laboratorio que la toxina Cry1Ab del Bacillus thuringiensis (Bt) producida por el maíz transgénico, aumenta la mortalidad de las larvas de catarina (Adalia bipunctata L.). El estudio de 2012 fue publicado por la revista científica Environmental Sciences Europe (ver aquí)
Luego del primer estudio en 2009 –que arrojaba resultados equivalentes–, la doctora Hillbeck y su equipo fueron víctimas de un furioso ataque orquestado por varios científicos amigo$ de la industria de los transgénicos, que dijeron que haber repetido los mismos estudios, obteniendo resultados opuestos. El estudio de Hillbeck ahora publicado, además de confirmar el daño que produce el maíz Bt a las catarinas, demuestra que el método de investigación de los que la atacaron fue absolutamente inconsistente, ya que repitiendo el mismo protocolo ¡ni siquiera mueren las plagas del maíz para las que está diseñado el maíz Bt!
La muerte de las larvas de catarinas es un tema muy preocupante, porque son insectos que cumplen una función muy importante de control biológico, natural, de plagas. Las larvas de catarinas (o como se las llama en otros países, mariquitas, san antonios, joãninhas) se alimentan de pulgones, mosquitas blancas y otras plagas de cultivos y jardines. Su función es tan benéfica, que sumadas a su forma y alegres colores, son consideradas en muchos países como signo de buena suerte. En realidad traen buena suerte: si existen en su jardín y en sus cultivos, los cuidarán de muchas plagas.
Como el hecho de que los transgénicos maten las catarinas es muy grave, la industria y sus amigo$ científicos, están dispuestos a inventar, deformar y publicar cualquier falsedad, para defender los intereses de unas pocas multinacionales que controlan los transgénicos, que casualmente son las mismas que controlan los agrotóxicos para combatir las plagas –de algunas de las cuales se ocupan las catarinas sin cobrarnos nada más que la alegría de verlas.
Cada vez que algún científico independiente, no financiado directa o indirectamente por las empresas, se atreve a publicar la verdad sobre los efectos de los transgénicos, hay una serie de otros científicos, con intereses económicos en los transgénicos, que salen a defenestrarlos, defendiendo los transgénicos con falsedades y una gran falta de ética y de escrúpulos. En México tenemos un ejemplo reciente de ese tipo de cobertura, con la publicación titulada cínicamente Por un uso responsable de los organismos genéticamente modificados, compilada por Francisco Bolívar Zapata, quien tiene múltiples vínculos con la industria y reconocidos intereses económicos en el desarrollo de transgénicos.
Los daños comprobados a las catarinas, se suman al desastre que están produciendo los transgénicos en la biodiversidad y la apicultura –tanto por que usan muchísimo más agrotóxicos y matan las abejas, como porque al contaminar la miel con polen transgénico, impiden la exportación del producto, un importante rubro económico que es producido mayoritariamente por apicultores campesinos, no por grandes industrias. ¿Será por ello que al gobierno no parece importarle el daño a las 40 mil familias que hacen apicultura en el país? Porque sigue aprobando la siembra de transgénicos en la península de Yucatán y otras regiones donde existen la mayor cantidad de comunidades y ejidos productores de miel, pese a que Europa ya ha rechazado miel mexicana de allí por estar contaminada con transgénicos. ¿A favor de quién sacrificar a las familias campesinas, a las abejas, a la biodiversidad y hasta la exportación? De las transnacionales Monsanto, Syngenta, DuPont-Pioneer, Dow.
La reciente asamblea nacional de la Red en Defensa del Maíz denunció y rechazó estos ataques. A 10 años de su fundación, la red recordó que se formó justamente a partir de la comprobación de la contaminación transgénica del maíz campesino y que desde entonces, el gobierno ha trabajado para legalizar –y aumentar– la contaminación transgénica, regalando el patrimonio genético más importante del país a 4 trasnacionales que con sus transgénicos tóxicos contaminan irreparablemente la creación milenaria de millones de campesinos e indígenas. La red denunció también que el mapa de los centros de origen que usa el gobierno, fue amañado para señalar los lugares de interés de la industria como no centros de origen, cuando todo México y Mesoamérica es centro de origen y que en cualquier lugar del país que se plante, se contaminará el resto. Pese a que el gobierno apura las siembras transgénicas pensando que saldrá impune por estar al final de su sexenio, la red reafirmó la decisión y el trabajo para llevar el caso ante tribunales internacionales.
Fuente: La Jornada