Diez años de la Red en Defensa del Maíz y por la autonomía de los pueblos
Las estrategias para lograr la invasión transgénica van de la contaminación intencional hasta los cambios legales. Ante ello, las comunidades y organizaciones de la Red insisten: para defender el maíz, hay que sembrarlo.
Hace diez años que las comunidades que siembran maíz en sistemas complejos como la milpa insisten en que para defender el maíz hay que sembrarlo; que para defender la libertad de las semillas hay que seguirlas custodiando e intercambiando; que la autonomía más primera es sembrar los propios alimentos, y de ahí la defensa integral del territorio se vuelve posible.
Las empresas buscan quebrar la producción independiente de alimentos como un modo brutal de quebrar la idea de la comunidad, la defensa territorial, la autonomía de los pueblos, para así inundar de monocultivos, paquetes tecnológicos, programas autoritarios de intensificación de cultivos con mecanización y paquetes de agrotóxicos, o invadir de plano buscando acaparar la tierra, el agua o los minerales y la biodiversidad, ambicionando además la mano de obra fragilizada del campesinado para volverlos esclavos en las ciudades o en los proyectos agroindustriales, mientras las corporaciones predan el bosque o especulan vendiendo bonos de aire en las bolsas internacionales de valores.
Texto: Verónica Villa (Grupo ETC) y Ramón Vera Herrera (GRAIN)Etiquetas: Contamination, es, maiz
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