lunes, julio 19, 2010

Modelo soyero agroindustrial biotecnológico asistencialista impuesto con discurso progresista

EDITORIAL DE HORIZONTE SUR A LA INTEMPERIE 8 DE JUNIO DE 2010


Durante casi diez años señalamos de modo reiterado desde el GRR , cómo se iba instalando gradualmente en la Argentina, el modelo de la soja dependencia; a la vez que, denunciamos la mentira de las cadenas agroalimentarias y de cómo encubrían el modelo de los Agronegocios que, a poco andar, convertiría el arraigo y la agricultura en agro Business y los alimentos argentinos en comida chatarra... Develamos, asimismo, los terribles peligros de la Biotecnología y el avance de las empresas sobre el pensamiento científico y sobre las instituciones académicas, mucho antes que se hiciera público que las grandes Corporaciones subsidiaban a las Universidades argentinas de manera oficial. Fuimos no obstante, sistemáticamente ignorados, cuando no desestimados como enemigos de la modernidad y del progreso, se nos acusó de pretender retrotraer la Argentina a producciones primarias, de estar en contra de las tecnologías, de oponernos al crecimiento y de favorecer los intereses de Europa, a cuyos consumidores y según mandatos revelados de que parecían disponer, muchos funcionarios en los años noventa, debíamos obligar en nombre de una insólita idea de progreso, a la ingesta de transgénicos. Aún en medio de la fiesta inocua de piquete y cacerola, se continuaba pretendiendo ignorar con tenacidad y aún luego del estallido del 2001, que el desempleo masivo de los argentinos y la constante llegada de nuevos contingentes de migrantes internos a las extensas periferias urbanas, estaba originada en el cambio de patrón de la agricultura y en el despoblamiento causado por el extendido y creciente modelo biotecnológico.

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Si revisamos los diarios de esos días del 2002 nos encontraremos asimismo, con numerosos artículos laudatorios de intelectuales que... aprobaban y festejaban esta supuesta unidad de sectores medios y pauperizados en un proyecto que les era común. Hoy, todos ellos al igual que los dirigentes que participaron en aquella concentración de la Plaza de Mayo... se encuentran ocupando importantes puestos de gobierno, embajadas, son directivos de bancos oficiales o disponen de puestos de poder significativos. Todos ellos, sin excepción, tanto con sus silencios como con sus manifestaciones explicitas, respaldan el modelo impuesto agroexportador basado en la producción de harinas y aceites de soja, así como ahora de Biocombustibles… Eso sí, al viejo modelo de sojización salvaje impuesto por el menemismo en los años noventa, le han incorporado el barniz de los discursos progresistas, en que se ataca a la oligarquía en la persona del multimedios Clarín o de la Mesa de Enlace del llamado campo, y la vaselina de nuevos y masivos planes asistenciales que, junto con pensiones, distribución de raciones y subsidios encubiertos de diferentes tipos, contienen y controlan socialmente a la mayoría de la población real de la Argentina.

Yo creo que aún rebuscando en los mayores estercoleros de la historia humana, en que las traiciones y defecciones de las élites dirigenciales son frecuentes, nos resultará difícil hallar situaciones semejantes a las vividas contemporáneamente en la Argentina, en que es evidente cómo enormes porciones de una generación que en un momento dado desbordó con sus exigencias de izquierda tremendista toda posibilidad de tránsitos pacíficos hacia situaciones de mayor justicia social, se reconvirtió a lo largo de no muchos años, en gerenciadora y propagandizadora de una presunta modernidad basada en el extractivismo de los recursos naturales y en la agro exportación de comodities transgénicas para los nuevos mercados globales. Es evidente que un modelo tan injusto e irracional como el de la explotación y exportación petrolera, de la sojización y de la mega minería, no podía conducirlo la derecha, simplemente porque el país les hubiese estallado entre las manos. Las Corporaciones transnacionales necesitaban a la izquierda y a los post o pseudoperonistas que, traicionando todas las banderas y profanando todas las herencias, se han prestado a gerenciar con sus cuadros militantes, sus discursos y sus banderas, una Argentina brutalmente neocolonizada por las empresas transnacionales, que como mero y sustituto proyecto nacional , se propone nuevos record de cosechas a la vez que de asistencialismo de los sectores excluídos.

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Aún más todavía, en esas mismas tierras, y según tiene a bien informarnos Jorge Avila en el diario La Nación de mediados del mes de febrero de este año: Una legión de empresarios, productores e ingenieros agrónomos explota grandes campos en Sudáfrica, y se extiende a países de África central como Mozambique, Zambia, Swazilandia y Zimbabwe. La razón fundamental de la mudanza es siempre la misma: la carga impositiva es baja; no hay retenciones; tampoco hay impuestos a la tierra, tasa vial, impuesto al cheque o al patrimonio. Demás está agregar que los productores rurales argentinos han introducido en Sudáfrica la siembra directa, cultivan casi todo (soja, maíz, trigo), invierten en agroalimentos y bíocombustibles y evalúan proyectos de molienda de soja, molinos de maíz y producción de pollos, entre otros… Sí, parece que la Argentina republiqueta sojera se desborda hacia otros horizontes y lo hace por varias razones, porque está agotando las tierras agrícolas donde extender la sojización, porque extenúa su recurso suelo y porque a pesar de los esfuerzos del progresismo post peronista, este país de profundidades socialmente volcánicas, continúa siendo una incógnita y no dando garantías de previsibilidad... Por ahora y mientras aguardamos el próximo estallido, pensemos que la fiesta del futbol no solo reunirá en aquellas tierras que fueran del apartheid, a jugadores con simpatizantes y barras bravas de pesados prontuarios, sino también a traficantes de armas y otras mercaderías, algunos emigrados del terrorismo de Estado, muchos sojeros y empresarios argentinos de los agronegocios transterrados y unos cuantos ex revolucionarios vernáculos que al igual que en estas tierras rioplatenses, aprendieron rápidamente a disfrutar de las mieles del poder a la vez que de los favores de las empresas de Biotecnología.

Jorge Eduardo Rulli http://horizontesur.com.ar/radio/

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