jueves, julio 15, 2010

Destrucción de campo transgénico en Cataluña

"Los OMG agrícolas hacen imposible el desarrollo y la consolidación de modelos de producción, de distribución, de consumo y de sociedad alternativos al dominante, basados en la agroecología y la lucha por la soberanía alimentaria de los pueblos."

Comunicado 12 de julio

Hoy, 12 de julio de 2010, decenas de personas hemos saboteado dos campos experimentales de maíz transgénico propiedad de Syngenta situados en el término municipal de Torroella de Montgrí (Baix Empordà, Girona, Catalunya).

Hemos destruido el experimento transgénico a cielo abierto de Syngenta porque entendemos que este tipo de acciones directas son la mejor manera de responder a la política de hechos consumados mediante la cual la Generalitat, el Estado y las multinacionales biotecnológicas llevan doce años imponiéndonos unilateralmente los organismos modificados genéticamente (OMG) en la agricultura y la alimentación.

El Estado español, con más de 75.000 hectáreas sembradas el año 2009, concentra aproximadamente el 80% de la superficie cosechada con OMG en Europa.[1] Después de Aragón, Cataluña es con unas 27.000 hectáreas la región europea con más hectáreas de OMG cosechadas. A la vez, durante los últimos años el 42% de los campos experimentales a cielo abierto de OMG en la UE se han sembrado en el Estado.[2]

Syngenta es la tercera empresa de semillas más grande del mundo (después de Monsanto y de Dupont). Su objetivo es dominar de manera monopólica el mercado mundial de semillas para que todas las agricultoras y toda la producción agrícola del planeta dependa de sus ventas de semillas.[3] Syngenta, junto con el conjunto de empresas transnacionales (ETN) que controlan a) los mercados mundiales de insumos agrarios (semillas, fertilizantes, agroquímicos...)[4], b) los circuitos de distribución y comercialización de alimentos y materias primas agroalimentarias, y c) el mercado mundial de productos transformados, es una de las principales promotoras y beneficiarias del modelo agroalimentario corporativo e industrial actualmente hegemónico.[5] Después de haber sido impuestos durante décadas a escala planetaria, cada vez más voces señalan que 1) este nefasto modelo productivo y social es uno de los principales responsables de la crisis alimentaria, ecológica y climática a la que se enfrenta actualmente la humanidad,[6] y 2) los transgénicos agrícolas representan una nueva vuelta de tuerca del modelo agroindustrial, el cual no hace nada más que profundizar los gravísimos impactos sociales, culturales y ambientales asociados al agronegocio transnacional.[7]

Según la legislación europea, los campos experimentales de OMG representan un paso intermedio indispensable para que la Comisión Europea (CE) apruebe la cosecha comercial en territorio europeo de variedades transgénicas que hasta ahora no estaban autorizadas en la UE. Como llevan años denunciando diversos actores europeos [8], el protocolo que han de seguir las ETN biotecnológicas para obtener la aprobación de sus semillas transgénicas está lleno de trampas e irregularidades. Entre ellas, destacan, por un lado, los varios escándalos que han salpicado a la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea, (EFSA) los cuales han dejado claro que este organismo pretendidamente científico está al servicio de la industria transgénica.[9] Por otro lado, también hay que señalar el papel de promoción encubierta de los OMG agrícolas que está jugando la propia CE.[10]

Doce años después de que se iniciase el cultivo de maíz transgénico en Cataluña la aparición de decenas de casos de contaminación genética de las producciones agrarias, ecológica y convencional (contaminación de partidas de semillas, a nivel de campo, de piensos para el engorde animal y de productos para la alimentación directa humana) ha demostrado reiteradamente que la pretendida coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos es totalmente imposible, además de absolutamente indeseable.[11] La proliferación de la agricultura transgénica en nuestro territorio ha supuesto la extinción de como mínimo dos variedades de trigo tradicional (“morat” y “del queixal”) y la disminución en un 95% del cultivo de maíz ecológico entre los años 2002 y 2008.[12]

Todo indica inequívocamente que los OMG agrícolas hacen imposible el desarrollo y la consolidación de modelos de producción, de distribución, de consumo y de sociedad alternativos al dominante, basados en la agroecología y la lucha por la soberanía alimentaria de los pueblos. Es por eso que rechazamos frontalmente tanto los transgénicos agrícolas como la sociedad tecno-industrial capitalista que los hace posibles y necesarios (… necesarios para que unos pocos actores muy poderosos consoliden su dominio sobre la población mundial, y perfeccionen sus estrategias de negocio). Es por eso que hacemos una llamada a pasar a la acción para destruir tanto sus cultivos transgénicos como el orden social que perpetúan los actores que los promueven.


Notas

[1] Para más información sobre la evolución durante los últimos años de la superficie cosechada con OMG en el Estado es posible descargar una tabla con formato PDF desde el sitio web del MARM: aquí

[2] www.tierra.org

[3] Con tal de alcanzar estos objetivos Syngenta no duda en emplear los métodos más expeditivos que se puedan imaginar. Sirva de ejemplo el ataque que llevó a cabo el año 2007 en Brasil una empresa de seguridad contratada por esta multinacional contra campesinas que habían ocupado una finca de su propiedad, acción que concluyó con un campesino del Movimento dos Sem Terra asesinado y cinco más heridos de gravedad.

[4] El año 2006 las cuatro principales empresas de semillas (Monsanto, Dupont, Syngenta y Groupe Limagrain) controlaban el 44% del mercado de semillas. Aquel mismo año Monsanto, Dupont, Syngenta dominaron el 46% del mercado mundial de semillas patentadas. A la vez, Monsanto, Bayer, Syngenta y DuPont-Pioneer controlaron el 100% del mercado mundial de semillas transgénicas: ETC Group, 2007. Las 10 compañías de semillas más importantes del mundo – 2006. Disponible aquí

[5] Durante los años 2007 y 2008, mientras la combinación de la crisis alimentaria y la crisis financiera mundial hacía aumentar el número de personas ambrientas más allá de los 1.000 millones, Syngenta y el resto de ETN agroalimentarias batían sus propios récords de ganancias: Grain, 2009. Las corporaciones siguen especulando con el hambre. Disponible aquí

[6] GRAIN, ODG, Entrepobles, Xarxa de Consum Solidari i Veterinaris Sense Fronteres, 2009. Cocinando el planeta. Hechos cifras y respuestas sobre cambio climático y sistema alimentario global: 6. Disponible aquí

[7] Aguado, J; 2010; Los transgénicos nos expulsan del campo y de nuestros pueblos. Disponible aquí. En el sitio web de la Plataforma Som Lo Que Sembrem hay relacionado un listado de los principales impactos de los OMG agrícolas, así como los enlaces a los estudios que los certifican (aquí).

[8] Mirar, por ejemplo, el articulo “La Ciencia basura de la EFSA” en el sitio web de Greenpeace: aquí

[9] Sirvan de ejemplo los casos del maíz bt176 de Syngenta, aprobado y labrado en Europa y en el Estado español durante años antes que sus evidencias respecto a sus riesgos para la salud obligasen a la CE a prohibirlo, o la repercusión que tuvo en la prensa europea y estatal el escándalo alrededor del MON863, el cual salió a la luz el mayo del 2005. Pueden consultarse al respecto la versión del 22 de mayo del diario inglés The Independent on Sunday, así como la versión del 24 de mayo de El Mundo (página 29).

[10] Amigos de la Tierra, 2008. Las Malas Compañías: La relación entre la Comisión Europea y la Industria de los transgénicos. Disponible aquí

[11] Plataforma Transgènics Fora!, Assemblea Pagesa y Greenpeace, 2006; La imposible coexistencia. Disponible aquí

[12] Binimelis, R., 2008. Coexistence of plants and coexistence of farmers: Is an individual choice possible? Journal of Agricultural and Environmental Ethics, 21(5): 437–457.



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