sábado, agosto 30, 2008

Presentación de Lim Li Ching en GenØk

Presentación de Lim Li Ching by aburridoguaynabocom.
Lim Li Ching de la Red del Tercer Mundo, experta internacionalmente reconocida en materia de bioseguridad, presentando sobre la trifulca entre Europa y Estado Unidos sobre los transgénicos.

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viernes, agosto 29, 2008

LA AGRICULTURA MODERNA CONDUCE AL DESASTRE ECOLÓGICO Y HUMANO

Por Hans R. Herren (*)

WASHINGTON DC, Abr (IPS) Para la mayoría de la gente en el mundo industrializado y en las clases media y alta de los países en desarrollo, la agricultura moderna puede ser considerada como un acontecimiento exitoso sin precedentes en la historia de la humanidad, pero la cruda realidad contradice ese juicio.

Entre 1960 y 2000 la población mundial se duplicó al pasar de 3.000 a 6.000 millones de personas, mientras la producción de alimentos se incrementó en 2 ½ veces. Los beneficiarios de esta munificencia saben que sus alimentos son seguros y variados. Sin embargo, esos beneficios estás distribuidos desigualmente y llegan a un precio cada vez más alto para los pequeños agricultores, los trabajadores, las comunidades rurales y el ambiente. Por lo tanto, es necesario un cambio en la ciencia y en la tecnología de la agricultura.

La agricultura moderna, tal como hoy se practica en el mundo, significa que nos estamos devorando nuestro patrimonio. Está explotando excesivamente el suelo, nuestro recurso natural básico, y es insostenible porque hace un uso intensivo tanto de la energía proveniente de los combustibles de origen fósil como del capital, al mismo tiempo que básicamente no tiene en cuenta los efectos externos de su actividad. A esto se ha agregado recientemente el empleo de algunos productos básicos como el maíz para producir biocombustibles, llevando a las nubes los precios de esos productos. El mundo en desarrollo va en la misma dirección, salvo que hace un uso menos intensivo del capital y emplea en su mayor parte energía humana.

Un estudio elaborado durante cuatro años, la Evaluación Internacional de la Ciencia y la Tecnología Agrícolas para el Desarrollo (IAASTD), fue acometido por iniciativa de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible realizada por el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2002 en Johanesburgo. El informe final de este estudio será divulgado el 15 de abril en Londres, Washington y Nairobi.

Nuestro cometido era el de analizar no sólo la producción de alimentos aisladamente sino también en relación al hambre, la pobreza, el ambiente y la equidad en relación. De modo que nos propusimos estudiar de qué modo la sabiduría agrícola acumulada de la humanidad –conocimientos, ciencia y tecnología- nos ha conducido durante el último medio siglo a la actual situación. También debíamos sugerir opciones para enfrentar los conocidos desafíos de cómo alimentarnos de un modo sostenible tanto social como ambientalmente en los próximos 50 años. Hemos llegado a la conclusión de que sin cambios radicales en el modo en el que el mundo produce sus alimentos el planeta sufrirá daños duraderos.

Nuestro informe es abiertamente a favor de los pobres. Toda nuestra evaluación rotó alrededor de los objetivos de rediseñar la agricultura para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de la vida rural y la salud humana. Pero eso no nos hace enemigos de los ricos, aunque debemos reconocer que algunos pueblos están consumiendo más de lo que les correspondería de existir un reparto equitativo de los recursos del planeta. En el informe decimos explícitamente que China e India están ahora compitiendo seriamente por porciones cada vez más grandes de los recursos naturales globales, tal como lo han hecho los países desarrollados durante muchas décadas. La realidad es que cada país necesita vivir de acuerdo con sus medios, de modo que América del Norte y Europa deberían hacer ajustes al respecto y aprender a hacer más con menos.

Una de nuestras conclusiones es que los países más pobres del mundo son netos perdedores en la mayoría de los escenarios de la liberalización comercial. Identificamos algunas “actitudes políticas y económicas conflictivas”. Específicamente, ello se refiere a los muchos países desarrollados que se oponen profundamente a cualquier cambio en los regímenes de comercio o en los sistemas de subsidios. Sin reformas en estos aspectos muchos países más pobres tendrán tiempos muy difíciles porque necesitan en primer lugar proteger su propio desarrollo.

También somos críticos acerca de la agricultura de las grandes corporaciones orientada al lucro, que continúa prosperando en el no reformado sistema que tenemos actualmente. Este sistema mantiene su dominio en el Norte y ahora está siendo exportado cada vez más hacia los países pobres del Sur.

El informe está dirigido a los hacedores de políticas que deben tomar decisiones financieras y también al público en general. En muchos países los alimentos son algo que en gran parte se da por sentado que están disponibles, mientras que los agricultores son pobremente recompensados por su papel consistente en poner los comestibles en la mesa. Las inversiones en ciencia agrícola y su extensión a los agricultores han disminuido a lo largo del tiempo, aunque siguen siendo urgentemente necesarios el desarrollo y la difusión de soluciones sostenibles, ambientalmente seguras y equitativas para la producción de alimentos.

Si seguimos con las actuales tendencias en materia de producción de alimentos agotaremos nuestros recursos naturales y pondremos en peligro el futuro de nuestros niños. Invertir en nuestro sustento debería ser el más básico empeño de la humanidad. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Hans R. Herren, copresidente de
la Evaluación Internacional de la Ciencia y la Tecnología Agrícolas para el Desarrollo (IAASTD) y presidente del Millenium Institute.

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domingo, agosto 24, 2008

What to eat

What to Eat

Marion Nestle

Marion


http://whattoeatbook.com/

This is a link to nutritionist Marion Nestle's blog. I first met her when she visited Puerto Rico with her NYU students in 2004, and have remained in touch ever since. Her books on nutrition, which cover everything from nutrition politics to biotechnology, are extremely useful.

Industry funding has no effect on research quality!

August 20, 2008

I love the way sponsored science works. We now have data claiming that there is no difference in the quality of controlled clinical weight loss trials whether they are funded by industry or independently. The senior author on this comparative study is the very same person who was relieved of his responsibilities as head of a national obesity society because he wrote a letter opposing calorie labeling without disclosing that he was paid to do it (see previous post on this topic). NIH paid for this study in part (the other parts aren’t attributed). For this study, as the paper says, “Ethical approval is not required.”


GM foods: the solution to world hunger?

Proponents of genetically modified foods as the solution to the world food crisis have been busy. Dennis Avery of the Hudson Institute blames Prince Charles for the crisis because of the Prince’ distaste for GM foods. In a quotation dear to my heart, he asks: “How would the future king tell the cat and dog owners of Britain that, because of his anti-science elitism, pet food sales must be banned so people could eat?” So without GM foods, we won’t have by-products of human food production to feed to pets? And then today’s Science Times interviews Dr. Nina Federoff, science advisor to Condoleeza Rice. She says all foods are GM anyway. Without them, we will have to destroy the world’s forests. And heaven help us if we rely on organics: “If everybody switched to organic farming, we couldn’t support the world’s population–maybe half.” Why do I think there are some logical pieces missing here? Maybe because the Hudson Institute is not exactly free of corporate influence? Or Dr. Federoff really is, as the interview suggests indirectly, the “ambassador from Monsanto?”

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jueves, agosto 21, 2008

Biodiversity Training Project por Biodiversity Training Project.


THIRD WORLD NETWORK INFORMATION SERVICE ON SUSTAINABLE AGRICULTURE



Dear friends and colleagues,

Re: Biodiversity key to climate change adaptation in agriculture

We would like to draw your attention to the following Greenpeace publication entitled “Food Security and Climate Change: The answer is biodiversity. A review of scientific publications on climate change adaptation in agriculture”, which outlines the role biodiversity can play as a solution to climate change and decreasing food security.

Climate change will profoundly affect agriculture worldwide. Food security in many countries is under threat from unpredictable changes in rainfall and more frequent extreme weather. Farmers in poorer countries with harsh climate conditions will likely be most affected.

This report is a review of recent scientific literature, and underlines that the most effective strategy to adapt agriculture to climate change is to increase biodiversity. A mix of different crops and varieties in one field is a proven and highly reliable farming method to increase resilience to erratic weather changes.

The report finds that the best ways to increase stress tolerance in single varieties are modern breeding technologies that do not entail genetic engineering, such as Marker Assisted Selection. In contrast, there is no evidence that genetically engineered (GE) plants can play a role to increase food security in a changing climate.

The full publication can be downloaded at http://www.greenpeace.org/raw/content/international/press/reports/food-security-and-climate-change.pdf

With best wishes,

Lim Li Ching
Third World Network
131 Jalan Macalister
10400 Penang
Malaysia
Email: twnet@po.jaring.my
Websites: www.twnside.org.sg, www.biosafety-info.net

Biodiversity_2 por KurtFML.

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Female flower, called silk


México: pase, toque y lléveselo

SILVIA RIBEIRO

En el Proyecto maestro de maíces mexicanos (PMMM) participan Monsanto, la CNC y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, junto con el gobierno del famosísimo Mario Marín, de Puebla. Esperan el apoyo de los gobiernos de Tlaxcala, de Enrique Peña Nieto y de Ulises Ruiz para extender el proyecto al estado de México y Oaxaca. Finísimas personas.

Según un artículo publicado en CNN Expansión, “Pase, toque y lléveselo”, será la fórmula que aplicará el Proyecto maestro de maíces mexicanos (Diana Teresa Pérez, 28/4/2008). Muy sincero. Otras versiones de tal proyecto tratan de vendernos que Monsanto, con la Confederación Nacional Campesina (CNC), se propone “conservar” las razas de maíces mexicanos, por lo cual la CNC hizo el cínico planteo al Congreso de apoyar el proyecto con egresos del presupuesto 2009. Como el citado artículo se dirige principalmente al medio empresarial, muestran el producto tal cual es. A pie de página, resume: “El proyecto ofrece el ADN de las semillas, las pruebas suficientes para mejorarlas y la venta de granos a medida de las necesidades de las compradoras”.

El PMMM tiene varios componentes y se dirige a todo tipo de agricultores y campesinos. Uno de éstos es la creación de un banco de germoplasma de maíz campesino, pretendida coartada pública del resto del proyecto. Otros componentes, mucho mayores, comprenden incentivar la agricultura por contrato y el uso de maíces híbridos y semillas transgénicas, con el correspondiente paquete de agrotóxicos que éstos requieren, ya que sin ellos no producen. Agrotóxicos que también son vendidos por las mismas compañías.

Nada tiene que envidiarle este proyecto a otros contratos anteriores y en curso que la Universidad de Guadalajara firmó también con Monsanto para entregar a dicha trasnacional la investigación de la institución sobre teocintle y maíces nativos de la Sierra de Manantlán. Son complementarios: se trata, en ambos casos, de usar recursos y fondos públicos para facilitar a Monsanto la apropiación del patrimonio genético más importante de México y, de paso, lavar la sucia imagen (misión imposible, pero tratan) a la empresa trasnacional que detenta el mayor monopolio de semillas en la historia de la agricultura. Dueña de más de 80 por ciento de los agrotransgénicos del mundo, Monsanto es también la mayor empresa global de semillas de todo tipo. Junto a Dupont-Pioneer y Syngenta, controlan 47 por ciento por del mercado mundial de semillas comerciales y son agresivas promotoras de la legalización del maíz transgénico en el país, además de responsables impunes de la contaminación transgénica del grano en México.

Con mínimos pagos de Monsanto, minoritarios en el total del presupuesto de los proyectos, queda por explicar al pueblo de México y a la historia por qué la Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro se prestan a ese tipo de proyectos contrarios a los intereses y la soberanía del país, aportando para ello fondos propios, locales e investigadores, incluyendo todas las cargas sociales de éstos. Disponiendo, además, del patrimonio genético del maíz, que de ninguna manera es de su propiedad.

Young stalks

Según declaran investigadores participantes en esos proyectos, la falta de recursos públicos para la investigación los “obliga” a tomar fondos de empresas privadas. No explican por qué la contribución pública es muchísimo mayor y por qué esos mismos fondos no se aplican a restablecer los bancos de germoplasma públicos que ya existen en el país y que han sido descuartizados por las políticas privatizadoras en beneficio de las mismas empresas que ahora quieren aparecer como caritativas. O cómo es que la eliminación de las variedades campesinas, sustituidas por híbridos, y la contaminación transgénica con genes patentados por Monsanto va a contribuir a “conservar los maíces mexicanos”.

O por qué no usan esos fondos públicos, en lugar de apoyar a Monsanto, a lo verdaderamente necesario, que es impulsar la agricultura campesina, ya que la diversidad del maíz no es, ni será nunca, la que se congela en un banco, sino el producto vivo del trabajo colectivo y milenario de millones de campesinos y campesinas, que deben existir para que esa diversidad siga viva.

Esos pueblos del maíz son los que sufren el embate privatizador en beneficio de las trasnacionales de los agronegocios como Monsanto, y su contaminación transgénica pasada y programada a futuro para que pierdan sus propias semillas y no tengan más opciones que comprar semillas patentadas a las trasnacionales.

Por todo esto, la Red en Defensa del Maíz Nativo se declaró, en su asamblea en julio 2008, enérgicamente contra esos proyectos. Rendirse, pese a trasnacionales, gobiernos y académicos que venden favores, no está en la agenda de estos tercos campesinos y campesinas.

Fuente: La Jornada

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lunes, agosto 18, 2008

Panoramic view of Tromsø from Fløya
Panoramic view of Tromsø

TROMSO!


I have just returned from Tromso, Norway, where I spent two weeks taking an international biosafety course offered by Genok, Centre for Biosafety in the University of Tromso. I was among 40 students chosen from all over the world, from countries like Iran, Guinea Bissau, Honduras, Indonesia, Palau, Nepal, Bhutan, Mozambique, Cuba, Rwanda, Chile and China. The faculty and presenters included instructors and resources from the US, New Zealand, Malaysia, Italy, Austria and England, and included personal heroes of mine, like Ignacio Chapela, David Quist, Arpad Pusztai and Terje Traavik.

Those two weeks were really was an inspiring, intense and exhilarating experience, which I hope to elaborate on in the following days. Here is the course description:

Biosafety course: Holistic Foundations for Assessment and Regulation of Genetic Engineering and Genetically Modified Organisms

04.04.2008

Date: 28 July – 08 August 2008
Venue: Science Park/University of Tromsø, Norway

Topics include:
• Holistic overview of genetics, genes and gene expression
• Hazard identification and molecular characterisation
• Critical evaluation of characterisation and profiling tools
• Sampling dynamics
• Risk assessment case studies
• Practical sessions in writing a risk evaluation that meets the Cartagena Protocol requirements
• Horizontal gene transfer (HGT) from GMOs
• Various application areas for genetic engineering
• Various risk areas connected to GE applications/GMOs
• Economic and legal aspects of GE applications/GMOs
• Socio-cultural, ethical, and political issues in GE applications/GMOs
• Policy and regulatory issues, including capacity building and biosafety implementation
• Future and emerging GE applications
• Gene ecology and alternatives to GE/GMO applications


Background
The Cartagena Protocol on Biosafety seeks to protect human health (including food safety) and biodiversity from the potential risks created by the use and dissemination of living “Genetically Modified Organisms” (GMOs), while taking into account socio-economic considerations. Implementation of biosafety regulation is therefore the focus of many countries to establish such safeguards. However, the process of implementing the Protocol has unveiled a limited capacity for science-based hazard identification that is necessary to perform risk assessments, including a holistic understanding of the policy, legal, regulatory, ethical, economic and social dimensions, which is also lacking in many cases.

Performing credible and relevant biological risk assessments requires multi-disciplinary scientific and social scientific competence that considers the local context of GMO introductions. Each country requires the capacity for general scientific risk assessment and management, tailored to their particular environmental, health, and community needs. Moreover, there is a need to assess GMOs developed domestically, or imported purposely or accidentally from others, into the context of their special cultural, ethical, socio-economic and policy frameworks. Such initiatives will require holistic approaches to develop adequate integration of diverse issues in the regulation of GMOs.

About the course
The course is designed to provide policy makers, regulators, scientists and NGOs/civil society leaders, specifically from developing countries (ODA-countries), the knowledge and training necessary to develop a holistic view on the issues surrounding GMOs. The goal is to empower the participants with balanced information on GMOs, in order to fairly, yet critically, evaluate the issue from their own perspective and country needs. Lectures, laboratory demonstrations, group work on case studies and discussions will form the basis of the course, which aims to offer biosafety capacity building within a holistic framework. Participants will also be required to submit a GE/GMO/biosafety country report in order to more broadly share their local experiences of the current status of GMOs/biosafety with other participants.

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De los transgénicos a la biología sintética

Carmelo Ruiz Marrero
Semanario Claridad, Puerto Rico
19 de junio 2008

Los transgénicos están passé. Así como lo oyen. Al menos ése es el parecer de los científicos y empresarios en el nuevo campo de la biología sintética. Conocida también como “synbio” o “biología 2.0”, la biología sintética va más allá de la ingeniería genética, tecnología que se usa para alterar organismos existentes para crear organismos genéticamente alterados (transgénicos). Lo que busca la biología sintética es construir organismos nuevos desde cero.

“Usando una computadora tipo laptop, información pública de secuencias genéticas y ADN sintético ordenado por correo, prácticamente cualquiera tiene el potencial para construir genes o genomas enteros de la nada”, informó el Grupo ETC, organización no gubernamental con sede en Canadá.
En junio de 2007 tomó lugar en la ciudad suiza de Zurich el Tercer Encuentro Internacional de Biología Sintética, en el cual hicieron su presentación en sociedad varias iniciativas, como la fundación “Emergence” y el proyecto “Tessy” (“Towards a European Strategy for Synthetic Biology”), que promueven la biología sintética en Europa. De Estados Unidos participó el “Synthetic Biology Engineering Research Center” (www.synberc.org), institución financiada por la Fundación Nacional de las Ciencias.

Además de gobiernos y corporaciones transnacionales, también tenemos un puñado de científicos-empresarios montándose en el tren de la biología sintética. Están formando empresas, como LS9, Amyris y Codon Devices, utilizando fondos públicos y capital de riesgo. Ellos aseguran que la biología sintética se puede utilizar para crear organismos artificiales que harán de todo, desde combatir la malaria hasta producir combustible.

El más prominente y farandulero de estos tecno-capitalistas de nuevo cuño es el polémico J. Craig Venter, quien se hizo famoso haciendo un mapa del código genético humano con su compañía Celera Genomics.

En 2005 Venter fundó la compañía Synthetic Genomics, que aspira a crear microbios sintéticos que producirán combustibles como etanol e hidrógeno. El “Institute for Biological Energy Alternatives”, un ente sin fines de lucro fundado por Venter, recibe fondos del programa Genomas para la Vida del Departamento de Energía de Estados Unidos, que desarrolla el uso de plantas y microbios para faenas variadas desde generar energía hasta remover carbono de la atmósfera.

La mitad del capital inicial de “Synthetic Genomics” vino del magnate mexicano Alfonso Romo. El señor Romo tiende a aparecer dondequiera que se mueven los capitales de la biotecnología. Fundó en 1991 el Grupo Púlsar, poderoso conglomerado con operaciones en más de 110 países y grandes intereses en agroindustria, biotecnología y bioprospección.

En 1994 Romo fundó la empresa Seminis (www.seminis.com), un gigante de la agroindustria que en poco tiempo llegó a ser el mayor desarrollador, cultivador y mercader de semillas de frutas y vegetales del mundo, controlando 40% del mercado de semillas de vegetales de Estados Unidos, incluyendo 75% de los tomates vendidos en ese país, más numerosas variedades de lechuga, repollo, melón y espinaca. Hoy día tiene ventas en 156 países, sus réditos de 2007 fueron de $606 millones, y posee 20% del mercado mundial de semillas de vegetales.

Desde 2005 Seminis es subsidiaria del gigante de biotecnología Monsanto. La compra de Seminis, a un costo $1,400 millones, hizo de Monsanto la compañía de semillas más grande del mundo.

Biopiratería

Venter ya es bien conocido por los grupos de sociedad civil latinoamericanos, que lo han acusado de biopiratería. En 2004 navegó a Bermudas, México, Costa Rica, Panamá, Chile y las Galápagos en el Sorcerer 2, su laboratorio flotante de 90 pies de largo. Los participantes en el Foro Social de las Américas, que tomó lugar ese año en Ecuador, denunciaron la expedición como un intento de patentar y privatizar la biodiversidad.

“La expedición de Venter en busca de microbios pone sobre la mesa serias cuestiones aún sin resolver en torno a la soberanía sobre los recursos genéticos y la privatización de éstos mediante su patentamiento,” dijo Silvia Ribeiro, del Grupo ETC. “La pretensión de Venter es una de las mayores amenazas para la privatización y comercialización de la vida, por lo cual nos oponemos a su presencia acá y en el resto de países de la región”, declaró Lucía Gallardo, de Acción Ecológica, un grupo ambientalista ecuatoriano.

Romo también ha sido acusado de biopiratería. Por varios años fue miembro de la junta directiva de Conservación Internacional (www.conservation.org), uno de los grupos conservacionistas más adinerados del mundo. Con sede en Wáshington DC y operaciones en más de 40 países, CI administra áreas naturales protegidas y proyectos de bioprospección y ecoturismo en varios continentes, ha recibido fondos de corporaciones como McDonald’s, Exxon, Citigroup, Ford, Sony y el ya mencionado Grupo Púlsar, y su junta directiva tiene ejecutivos de Starbucks, Hyatt, Wal Mart, JP Morgan, UBS e Intel.

CI “representa el caballo de Troya de grandes corporaciones transnacionales y del gobierno estadounidense”, según el Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas de México (CAPISE). “La estrategia de CI es recabar información y comprar grandes extensiones de tierra con altos potenciales de bioprospección, lo que le permite administrar los recursos naturales y/o estratégicos y ponerlos a la disposición de las grandes transnacionales.”

Peligro

La idea de organismos sintéticos novedosos levanta banderas rojas para los críticos de la biotecnología. Preocupa a muchos que la biología sintética se mueve a toda velocidad, sin debate en la sociedad o supervisión regulatoria. Advierte el grupo ETC: “En última instancia la biología sintética significa herramientas más baratas y ampliamente accesibles para construir armas biológicas, patógenos virulentos y organismos artificiales que podrían representar graves amenazas para la gente y el planeta. El peligro no es solamente bioterror, sino el ‘bio-error’.”

“La creación de nuevas formas de vida entraña complejidades enormes. ¿Cómo podría evitarse su liberación accidental al ambiente o cómo podrían evaluarse los efectos de su liberación intencional? ¿Quién los va a controlar, y cómo? ¿Cómo se fiscalizará la investigación? ¿Deberíamos rediseñar la vida de esta manera cuando los cuestionamientos ambientales y en torno a la seguridad humana son tan vastos? ¿Quién debería decidir?”

En 2006 una coalición internacional de 35 organizaciones, incluyendo científicos, ambientalistas, sindicalistas, expertos en guerra biológica y defensores de la justicia social exhortaron al debate público, regulación y fiscalización de la biología sintética. Los firmantes explícitamente rechazaron las propuestas de “autorregulación”.

“No se puede permitir que científicos que crean nuevas formas de vida actúen como juez y jurado”, declaró Sue Mayer, directora de GeneWatch UK. “Las posibles implicaciones sociales, ambientales y de armas biológicas son demasiado serias como para ser dejadas en manos de científicos bien intencionados pero con intereses propios. Se necesitan debate público, regulación y fiscalización.”

Para más información: http://bioseguridad.blogspot.com/search/label/Synthetic%20Biology

http://claridadpuertorico.com/content/view/402087/32/

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miércoles, agosto 13, 2008

Image:Corncobs.jpg

PRONUNCIAMIENTO DE LA RED EN DEFENSA DEL MAÍZ NATIVO

10 DE JULIO DE 2008

MEXICO D.F.

Reunidos ante las amenazas renovadas a nuestras semillas, alimentos, derechos y vida como pueblos, en la Red de Defensa del Maíz Nativo, y

Considerando

La intención del gobierno mexicano, en contubernio con las empresas transnacionales, de permitir el cultivo de maíz transgénico en varios campos experimentales, y que ésto necesariamente significará la contaminación de nuestros maices nativos y a la larga la pérdida de los mismos, atentando contra nuestra identidad, autonomía, economía y nuestra salud; destruyendo la madre tierra, la vida y contaminando la naturaleza.

Que para ello, pretende usar leyes y reglamentos que han sido aprobados ignorando a los pueblos y a favor de los intereses de las empresas, como la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, mejor llamada “Ley Monsanto”, que permite la entrada e invasión de las transnacionales a nuestros territorios, campos de cultivo y semillas, que por derecho ancestral e histórico nos corresponden.

Que la “Ley Monsanto” forma parte de una serie de leyes destinadas al despojo y privatización de nuestros recursos y derechos, —la reforma al art. 27 Constitucional, la Ley Agraria, la reforma constitucional en materia indígena, la Ley de Aguas Nacionales, la Ley Forestal, la Ley Minera, la Ley Gral. De Vida Silvestre, la de Productos Orgánicos, la de Certificación de Semillas— entre otras que han sido aprobadas a nuestras espaldas y atentan contra nuestra palabra, nuestros derechos, nuestra historia, y nuestra cultura.

Que ahora, a través de la farsa legal titulada irónicamente “Régimen de Protección Especial del Maíz”, se pretende negar que todo el territorio mexicano es centro de origen y diversidad del maíz.

Que las instituciones gubernamentales ejecutan los proyectos e intereses de las empresas transnacionales, y que los programas agrarios y sociales – como ahora el PROMAF (Programa de Maíz y Fríjol), diseñado para que perdamos nuestras propias semillas– están destruyendo la vida comunitaria de los pueblos y nos inducen a depender de las empresas, y a la homogeneización de los pueblos, destruyendo nuestras diversas culturas y convirtiéndonos a todos en clientes de las empresas.

Que los bancos de germoplasma, formados con semillas recogidas de nuestros territorios y fruto de nuestros saberes, están siendo controlados por las grandes corporaciones, como Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer, Basf, Dow, que se agrupan en la Asociación Mexicana de Semillas A. C. (AMSAC) como cártel para cabildear y defender sus intereses en el país, declarándose “protectores” de las semillas, cuando en realidad las están destruyendo. Que Empresas sin ninguna moral y grandes contaminadores de la naturaleza y destructores de la vida campesina como Monsanto, son miembros del “Comité de Honor y Justicia” de dicha asociación.

Que la AMSAC está exigiendo que se siembre sólamente semilla certificada, llamando a nuestras semillas originarias como “piratas”.

Que los pueblos, tribus y naciones indígenas somos los dueños y guardianes de las semillas y animales, bosques, selva, agua y plantas que existen en nuestro territorio; hacemos la siguiente


DECLARACIÓN

Los pueblos indígenas y los campesinos son los responsables y herederos de la perpetuidad de las diferentes clases de maíz que existen a lo largo y ancho de todo nuestro territorio mexicano y que todo México es centro de origen y diversidad del maíz.

Nos declaramos en contra de la liberación del maíz transgénico y de todos los organismos genéticamente modificados de manera experimental y comercial.

Los indígenas y campesinos son los verdaderos y más experimentados guardianes de los recursos naturales que existen en nuestro país.

Nos declaramos en contra de las leyes que están atentando contra nuestros derechos como pueblos y contra las empresas transnacionales que pretenden despojarnos de nuestras semillas, nuestras tierras, montes y aguas y demás riquezas naturales.

Denunciamos la injerencia que tienen dichas empresas en las políticas agroalimentarias, para que perdamos el derecho a producir nuestros propios alimentos libremente.

Declaramos a la AMSAC como una institución que atenta contra los derechos de los agricultores y su soberanía alimentaria.

Nos declaramos en contra de las estrategias que se implementan contra los pueblos desde instituciones y programas gubernamentales, para que cambiemos nuestras semillas propias por semillas híbridas y transgénicas.

Estamos en contra de los bancos de germoplasma ya que son centros de biopiratería que roban nuestras semillas y conocimientos ancestrales para favorecer los intereses de las empresas e investigadores ajenos a los intereses de los pueblos.

Estamos contra los proyectos biopiratas que Monsanto está haciendo con organizaciones agrícolas y académicas para robar maíces nativos y conocimientos a través del “Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos” y el contrato con la Universidad de Guadalajara para recolectar maíces y teocintle, ancestro del maíz, de la sierra indígena nahua de Manantlán en Jalisco.

Nos oponemos a la certificación y registro de semillas y lo denunciamos como una manera más de privatizar las semillas para controlar a los pueblos.

Rechazamos la promoción, difusión, experimentación, cultivo, comercialización y consumo de las semillas transgénicas. Estas semillas atentan contra el medio ambiente y ponen en peligro la salud y la soberanía alimentaria de millones de mexicanos.

El cultivar, guardar, cuidar e intercambiar libremente semillas propias, nativas que no tenemos porque certificar ni registrar ante nadie porque las tenemos desde antes de que existiera el Estado mexicano, es un derecho inalienable que nadie nos va a quitar y seguiremos ejerciendo de manera autónoma. Estas semillas son la esperanza del futuro de todos.

EXIGIMOS

El respeto al derecho a la soberanía alimentaria que parte de nuestra autonomía, costumbres, culturas, tradiciones y prácticas agrícolas.

Que se detenga el cultivo, experimentación, investigación, comercialización y consumo de transgénicos en el territorio mexicano.

Rechazamos la certificación, registro o patente ningún tipo de semilla o ser vivo. Por el contrario exigimos que se respete el libre intercambio de nuestras semillas como lo hemos hecho desde tiempos inmemoriales sin necesidad de paquetes tecnológicos.

Que se detenga la criminalización a la forma de vida campesina que se esta llevando a cabo a través de legislación hecha a favor de los intereses empresariales.

Seguiremos defendiendo la autonomía de nuestros pueblos, la comunidad, las asambleas y su autogobierno, cuya base fundamental es el territorio y el cultivo del maíz nativo como parte de nuestra vida.

Estaremos alertas para denunciar públicamente los cultivos de liberación experimental de maíz transgénico en nuestro país, que es su lugar de origen, y llamamos al pueblo de México a informarse y organizarse para no permitir esta imposición.


Comunidades indígenas y campesinas. Pueblo Wixárika, Pueblo Rarámuri, Tribu Yaqui, Pueblo Mayo-Yoreme, Comunidades Pure’pecha, Comunidad Totonaca de la Sierra Norte de Puebla; Comunidades Campesinas de Los Tuxtlas, Veracruz; Comunidades Campesinas del sur y del norte de Veracruz; Comunidades Zapotecas de los Valles Centrales de Oaxaca; Comunidad Tlapaneca, de Tlapa, Guerrero, comunidad mixteca de San Juan Mixtepec, Oaxaca, Comunidades campesinas del sur de Tamaulipas.

Organizaciones Indígenas y campesinas: Unión de Comunidades Campesinas del Norte de Guanajuato (UCANG), Organización de Agricultores Biológicos, AC, Oaxaca; Centro de Derechos Indígenas Flor y Canto AC, Oaxaca, Unión de Organizaciones de la Sierra Norte de Oaxaca, UNOSJO; Centro Regional para la Educación y la Organización (CREO), Los Tuxtlas, Veracruz; Radio Huayacocotla, Organizaciones de la sociedad civil: Centro Nacional de Apoyo a las Misiones Indígenas AC (CENAMI); Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM); Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC); Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (CASIFOP); Colectivo por la Autonomía (Coa AC); Comité de Derechos Humanos Sierra Norte de Veracruz; Consultoría Técnica Comunitaria AC (CONTEC), Chihuahua; Grupo de Estudios Ambientales (GEA AC), Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI-Universidad de Guadalajara), Jalisco; Centro de investigación y producción de tecnología ecológica para la vivienda (CIPTEV) Jalisco; Grupo Cultural Nivi Ñuu; GRAIN, Chile.Image:GEM corn.jpg

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lunes, agosto 11, 2008

A letter from A. Pusztai to GM Watch

Dear Claire and Jonathan,

I thought that I should write to you on the 10th anniversary of my 150 seconds of TV "fame" and tell you what I think now. It is very appropriate to write to you because you have provided the most comprehensive service to inform people about the shenanigans of the GM biotechnology industry and its advocates.

On this anniversary I have to admit that, unfortunately, not much has changed since 1998. In one of the few sentences I said in my broadcast ten years ago, I asked for a credible GM testing protocol to be established that would be acceptable to the majority of scientists and to people in general. 10 years on we still haven't got one. Instead, in Europe we have an unelected EFSA GMO Panel with no clear responsibility to European consumers, which invariably underwrites the safety of whatever product the GM biotech industry is pushing onto us.

All of us asked for independent, transparent and inclusive research into the safety of GM plants, and particularly those used in foods. There is not much sign of this either. There are still "many opinions but very few data"; less than three dozen peer-reviewed scientific papers have been published describing the results of work relating to GM safety that could actually be regarded as being of an academic standard; and the majority of even these is from industry-supported labs. Instead we have the likes of Tony Trewavas and others writing unsupported claims for the safety of GM food and defaming people like Rachel Carson who can no longer defend herself; not that she needs to be defended from such nonentities.

In normal times one would not pay much attention to such people desperately trying to be seen as the advocates of true science, but these are not normal times. The mostly engineered (GM engineered) food crisis gives the GM biotech industry and its warriors an opportunity to come to the fore with claims that GM is the only way to save a hungry world; a claim not much supported by responsible bodies, such as the IAASTD. The advocates of GM also now think that they have found a chink in the armoury of people's resolve that they can exploit by telling us that we would not be able to feed our animals without GM feedstuffs. In this way, they hope to bring in GM by the backdoor. Please remember that whatever our animals eat, we shall also get back indirectly. Rather ominously, there has been no work whatever to show the safety of the meat of GM-fed animals.

We must not underestimate the financial and political clout of the GM biotechnology industry. Most of our politicians are committed to the successful introduction of GM foods. We must therefore use all means at our disposal to show people the shallowness of these claims by the industry and the lack of credible science behind them, and then trust to people's good sense, just as in 1998, to see through the falseness of the claims for the safety of untested GM foods.

Let's hope that on the 20th anniversary I shall not have to write another warning letter about the dangers of untested GM foods!

Best wishes to all
Arpad Pusztai

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domingo, agosto 10, 2008

Monsanto's Vultures are Closing In on the Food Crisis

by Annie Shattuck

The vultures of corporate America are closing in on the carcass of cheap food. With corn selling at $5.86 a bushel (up from just $2.00 in 2005, and $4.28 just six months ago), the food price crisis has been somewhat of a windfall for farmers. But the briefly glimmering hope for rural communities is about to go out.

Last week Monsanto announced it would increase the price of its corn seed by $100 a bag, or about 35%. $100 a bag! So if you are a farmer with 1,000 acres in corn, Monsanto will be demanding an extra forty grand this year.

The timing on Monsanto's unilateral price hike is especially heinous. With the world thrust into a profound food crisis, governments shaken, and children hungry, Monsanto is pushing the envelope on one of the world's most important grains. This in combination with the outrageous inflation in the price of fertilizer, (over 400% in the past two years, due to the increase in the price of natural gas, from which fertilizers are made) means farmers are once again barely braking even.

Agriculture is a particularly risky business. Vagaries of weather, markets, pests and floods make it impossible to guarantee that Jill Farmer's tomato or corn crop will actually make it to market this year, much less at a certain price. That is why large corporations generally deal in inputs, like seed and fertilizer, or in post-harvest processing and exporting. Farmers take the risks, while big business hides safely one step away from actual production. Large companies like Monsanto and Dupont have made millions selling seed and inputs, while Cargill and ADM, large food processors make a $40 billion a year business on the back end. Monsanto, through a rapid process of acquisition and attrition has swallowed up all but the largest of its competitors, controlling 20% of the global seed market and a near monopoly of its key crops.

Why is this so worrisome? At the UN Food Summit in Rome on June 5th of this year, Monsanto announced that the company would be here to save us from the food crisis, injecting millions of dollars in to public research on wheat and rice, and pledging to double yields on soy and cotton over the next 20 years. CNBC analysts are even saying “there is no hope” for the food crisis without Monsanto's wares. But it is precisely Monsanto's wares that are so worrisome.

Monsanto is using the food crisis to stack our food system on an increasingly genetically narrow and physiologically fragile set of genes. Remember the Irish potato famine? Genetic diversity keeps our food system resistant to disease. Planting all one variety is dangerous, like marrying your cousin: something is bound to go wrong. Not only is Monsanto leeching the first real profit in years from small farmers, but planting our food system in ever-more shaky ground. The irony of course, is that in establishing themselves as the white knights of the global food crisis, Monsanto puts us at risk of an even deeper hunger.

http://www.foodfirst.org/en/node/2177

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viernes, agosto 08, 2008

¿Coexistencia?: Monsanto y Dow Chemical buscan introducir más especies transgénicas en Uruguay

¿Coexistencia?: Monsanto y Dow Chemical buscan introducir más especies transgénicas en Uruguay

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Hasta ahora sólo eran soja y maíz, pero en breve el “menú” de transgénicos disponibles en Uruguay puede incrementarse, e incluso alcanzaría al arroz, pese a que el cultivo de este grano brinda un enorme saldo exportable al país llegando a mercados que se han cerrado ante variedades producto de la ingeniería genética.

A menos de un mes de caducada la moratoria oficial para la presentación de nuevas variedades transgénicas, la situación en Uruguay ofrece un panorama poco alentador: de un lado las corporaciones semilleras van por más y ya han anunciado que reflotarán sus pedidos para la aprobación de más eventos alterados genéticamente; en un segundo plano el gobierno, que alentó una hipótesis de “coexistencia”, brinda una señal de debilidad extrema en su argumentación, y en tercer lugar los pooles de siembra redoblan su expansión a costa de otros rubros e invaden zonas netamente identificadas con la agricultura familiar.

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jueves, agosto 07, 2008

Maíz transgénico termina con el maíz orgánico

SILVIA RIBEIRO

Las trasnacionales de los transgénicos pretenden hacernos creer que los transgénicos son solamente una opción de quien los elige. Debido a la inevitable contaminación –sea por polen en los campos, por mezcla en el almacenado, distribución o venta y hasta por granos que caen durante el transporte– los transgénicos son los cultivos más imperialistas de la historia. A la contaminación biológica, se suman los juicios por patentes que sufren los agricultores contaminados y la indefensión legal de los contaminados. Al contrario de lo que dicen las empresas, si hay transgénicos, todo el resto sufrirá.

Un reciente estudio científico conducido por Rosa Binimelis, de la Universidad Autónoma de Barcelona (publicado en 2008 en el Journal of Agricultural and Environmental Ethics), concluye, luego de analizar la situación del maíz en Cataluña y Aragón, que la siembra de maíz transgénico llevará al fin de la producción de maíz orgánico. Desde 1998, cuando comenzó la siembra de maíz transgénico en la región, hasta ahora, hay una reducción drástica de la producción de maíz orgánico. Esto se debe tanto a la contaminación transgénica, que inhabilita la venta del producto como orgánico, como a las múltiples dificultades técnicas y burocráticas que deben enfrentar quienes pretenden defender sus cultivos de la contaminación, lo que finalmente los hace abandonar la producción.

La contaminación ya es una violencia para quien siembra orgánicos y semillas tradicionales. Además, debido a la pesada influencia y corrupción que ejercen las transnacionales, las leyes que acompañan los transgénicos, colocan la carga de la prueba en la víctima, que debe lidiar primero con los aspectos técnicos de las pruebas de contaminación, cargar con el costo que significan y con la incertidumbre de este tipo de pruebas, que se basan en información de las propias empresas. A esto sigue el proceso legal, que es complicado y costoso.

En México todo esto sería aún peor, porque la Ley Monsanto (mal llamada de bioseguridad), no prevé ninguna protección a las víctimas ni permite responsabilizar a los contaminadores.

Agrobio México (organización de fachada de las transnacionales de transgénicos) esgrime un estudio de la biotecnóloga Joaquima Messeguer, del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), España, que sostiene que la contaminación transgénica del maíz se puede evitar con 20 metros de separación entre campos y una diferencia de siembra de 12 días en la siembra entre los transgénicos y otros tipos de maíz. Messeguer declaró a la prensa mexicana, que “los temores de que el cultivo mexicano “se contamine” de los transgénicos es una falacia (sic)” (Notimex, 26/7/2008). Al parecer, Messeguer aún no se entera que la contaminación transgénica del maíz mexicano no es un “temor”, sino una triste realidad comprobada por instituciones del propio gobierno mexicano hasta por pruebas que han realizado cientos de campesinos e indígenas de todo el país. Como el cultivo de maíz transgénico hasta ahora es ilegal en México, seguramente hubieron no 20 metros, sino miles de kilómetros del campo de transgénicos en Estados Unidos a los campesinos mexicanos, y aún así se contaminaron.

Ya en el 2007, investigadores independientes de la Universidad de Exeter, Reino Unido, mostraron que la contaminación del polen de maíz transgénico puede alcanzar cientos de kilómetros, dependiendo del viento, la ubicación y altitud de los campos entre sí, la temperatura, etcétera. Existen muchos otros estudios que llegan a conclusiones parecidas, además de que la contaminación por polen es apenas uno de los muchos factores de contaminación.

Pero a los tecnócratas del IRTA, institución que cuenta entre sus “clientes y colaboradores” a Monsanto, Syngenta, Novartis, Pioneer, Basf y Dow, dueños de la producción de agrotransgénicos en el mundo, este tipo de pensamiento complejo y análisis de la realidad fuera del computador, no les interesa. ¿Para qué ser objetivos, si nadie les paga por ello?

Ante esta realidad de contaminación inevitable, la reciente declaración de Felipe Calderón sobre “proteger el maíz criollo” es demagogia perversa e ignorante (para empezar, el maíz en México es nativo, no criollo), dictada probablemente por algún “asesor” transnacional.

Es criminal que el gobierno mexicano insista en abrir la experimentación con maíz transgénico, y que invente “polígonos” que serían los únicos centros de origen del maíz –que de todas maneras se contaminarán tarde o temprano si se planta maíz transgénico. Como afirma la Red en Defensa del Maíz Nativo, todo México es centro de origen y diversidad del maíz, porque en todo México hay pueblos del maíz. Pueblos que saben que más allá de lo que digan políticos, científicos y agricultores comprados, la contaminación del maíz no será impune.

Fuente: La Jornada

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lunes, agosto 04, 2008

  • Is Bigger Better, or is Small The Future ?

    Organic Consumers Association, August 2, 2008

by Jim Goodman, Wisconsin Organic Farmer and Member of the Policy Advisory Board of the Organic Consumers Association

Bigger is always better isn't it? Big cars, big houses, big business, big farms. If you were big you made more money. Clearly, that is way of the world. When Europeans colonized the Americas they wanted more land, not some of, all of it. Napoleon wanted more land. Nothing stopped him until Waterloo.

Perhaps we, the human race, have reached our Waterloo? Have we finally hit the wall with our never ending desire for "bigness"? I decided years ago that I didn't want my farming operation to get bigger. I liked milking 45 cows, raising their feed and doing a little direct marketing. I liked being small.

"Hopelessly behind the times" I was told. Local cheese makers were giving up, local meat processing was a thing of the past. Small farming was dead. The developing world couldn't feed itself and needed industrial farming systems.

Who could argue with the Green Revolution? Until the current food crisis. Not so much a shortage of food, but a shortage of cheap food. The poor can't afford to eat and the middle class feels the pinch. Why wasn't industrial agriculture, farming fence row to fence row, feeding the world?

And there's the rub, feeding the world was never the intention. Back in the 70's well meaning researchers and eager graduate students, myself included, were convinced we could eliminate hunger in our lifetime. We had good intentions, but the big picture was always about making a profit.

Farmers, using cheap fuel, fertilizer and plenty of chemicals, could plant more acres, produce enough volume and generally make a profit. This, of course, benefited the seed and chemical companies who long ago figured out that small farmers saving their own seed and tending small acreages didn't spend much money.

The big meat packers and dairy processors anticipated the end of local processing. Their market share increased and they grew larger. By breaking the labor unions they could pay lower wages, bring in immigrant workers, increase profits and grow even larger.

It was a grand plan, agribusiness corporations were increasing profit margins quarter after quarter. The bigger they grew the better it worked. Prices paid for animals, milk and grain fell as farms grew larger and produced more. Small farmers couldn't compete as per unit profit margins fell and only the larger producers could survive.

And it continued. Oil prices went up and farmers were urged to grow more corn for ethanol. More land went into corn production, wheat acreage fell, pastures were planted to corn, speculation pushed prices up and food prices soared. The International Monetary Fund estimates that 50% of the increase in food price was due to ethanol production. Instead of feeding the world, industrial agriculture starves it.


READ THE REST: http://www.organicconsumers.org/articles/article_13880.cfm

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Etanol, de héroe a villano

Maria Luisa Mendonça

A pesar del esfuerzo del gobierno brasileño para convencer a la comunidad internacional de que el etanol brasileño es “renovable”, entre 2007 y 2008 hubo un cambio significativo en relación a esa imagen. Recientemente, denuncias de problemas sociales y ambientales gravitaron para que la Unión Europea reduzca su meta de uso de agrocombustibles, fijada inicialmente en 10% hasta 2020.

El 7 de julio de 2008, el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo aprobó la reducción de esa meta a 4% hasta 2015, cuando una nueva resolución será adoptada a partir de estudios más a profundidad sobre sus impactos. La meta del 4% incluye el uso de hidrógeno y energía eléctrica en los transportes, lo que significa una reducción todavía mayor en la utilización de agrocombustibles.

Dos días entes de la votación, la agencia de noticias France Presse había registrado una reunión informal de ministros de energía de la Unión Europea y describió que “lo que parecía ser un impresionante engaño por parte de políticos en Bruselas llega a tal punto que la imagen de los biocombustibles cambió en un periodo de meses, de salvadores del clima a forajidos del clima” (EU ministers 'discover' biofuels not an obligation after all, 5/7/2008).

Según nota de la organización Amigos de Terra, “miembros del Parlamento Europeo votaron para reducir de forma significativa las metas de promoción de biocombustibles ante evidencias crecientes de sus impactos en el precio de los alimentos, en los pueblos y en la biodiversidad, y de su incapacidad para combatir el cambio climático”.

El propio Comité Científico de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA - European Environment Agency) había recomendado la suspensión de la meta de 10% en la utilización de agrocombustibles y evaluado la necesidad de realizar de estudios más amplios sobre sus riesgos.

El problema de muchas investigaciones realizadas anteriormente fue excluir los impactos ambientales del modelo de producción, de utilización de recursos naturales (como tierra y agua) y de la presión sobre áreas de preservación o de producción de alimentos. Un reportaje de la revista Time observa que la mayoría de los estudios ha calculado el potencial de retención de carbono de los agrocombustibles sin tomar en cuenta el impacto de la implantación de monocultivos en áreas donde la vegetación y el suelo acumulan una cantidad mayor de carbono. “Es como si esos científicos imaginasen que los biocombustibles fuesen cultivados en estacionamientos”, comenta la nota (O mito da energía limpa, 14/4/08).

Uno de los estudios más importantes sobre el cambio en las formas de utilización de la tierra y su relación con el aumento en las emisiones de carbono fue publicado por la revista Science (28/2/2008). Los autores afirman que “La mayoría de los estudios anteriores descubrió que sustituir gasolina por biocombustibles podría reducir la emisión de carbono. Esos análisis no consideraron las emisiones de carbono que se producen cuando agricultores, en todo el mundo, responden al incremento de precios y convierten bosques y pastos en nuevas plantaciones, para sustituir cultivos de granos que fueron utilizados para los biocombustibles”.

El artículo cita el aumento del precio de la soja como factor de influencia para acelerar la deforestación en la Amazonia y estima que su cultivo para la producción de diesel produce una “deuda de carbono” que llevaría 319 años para ser compensada. De acuerdo con el investigador Timothy Searchinger, de la Universidad de Princeton, “Bosques y pastos guardan mucho carbono, por lo tanto no hay como conseguir beneficios al transformar esas tierras en cultivos para biocombustibles”.

Esa investigación demuestra que los efectos de la producción de agrocombustibles deben ser evaluados a partir de todo el ciclo de la expansión de monocultivos. En Brasil, sabemos que las plantaciones de caña avanzan rápidamente, al tiempo que “empujan” la frontera agrícola de las haciendas de ganado y soja. Ante esto, un estudio fiable de impacto ambiental tendría que incluir todo el sector agrícola.

En enero de 2008, el Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian constató que el etanol producido a partir de la caña de azúcar y el biodiesel hecho a partir de la soja causan más daños al medioambiente que los combustibles fósiles. La investigación alerta sobre la destrucción ambiental en Brasil, causada por el avance de las plantaciones de caña y soja en la Amazonia, en la Mata Atlántica y en el Cerrado. Según el investigador William Laurance, “la producción de combustible, sea de soja o de caña, también causa un aumento en el coste de los alimentos, tanto de forma directa como indirecta” (Agencia Lusa, 9/1/2008).

Un informe de la entidad The Rights and Resources Initiative (RRI) reveló que la actual demanda de alimentos, nuevas fuentes de energía y fibras de madera para fabricación de papel debe causar “más deforestación, más conflicto, más emisiones de carbono, más cambios climáticos y menos prosperidad para todos” (BBC News, 14/7/2008, Forests to fall for food and fuel).

La divulgación de esos estudios confirma las denuncias de organizaciones sociales y demuestra el cambio de tono en el debate internacional. Como observó el periódico El País “diversos centros de investigación y la mayor parte de los grupos ecológicos y de derechos humanos emiten a diario declaraciones, afirmando que los biocombustibles no contribuyen a combatir los cambios climáticos, que provocan graves impactos ambientales en regiones de alto valor ecológico, alteran el precio de los alimentos y que consolidan un modelo agrícola de explotación laboral y alta dependencia de grandes multinacionales” (Biocombustíveis perdem o rótulo ecológico, 31/3/2008). En Brasil, hay evidencias de sobra para comprobar estos impactos. Como recuerda la sabiduría popular, la peor ceguera es de aquellos que no quieren ver. (Traducción ALAI)


- Maria Luisa Mendonça es periodista y coordinadora de la Red Social de Justicia y Derechos Humanos.



http://alainet.org/active/25442

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viernes, agosto 01, 2008

Genes climáticos y comerciantes de hambre


Ante la crisis alimentaria creciente y los desastres provocados por el cambio climático, las grandes corporaciones de los transgénicos y los agronegocios vuelven a la carga con nuevos bríos, como si no estuvieran entre sus principales causantes. Su propuesta más reciente es enfrentar el cambio climático y el hambre con cultivos "resistentes al clima".

Hace una década, las mismas empresas prometían que la agricultura industrial de exportación, reforzada por el uso de semillas transgénicas, iba a acabar con el hambre en el mundo. Sucedió exactamente lo contrario: aumentó. Luego se montaron en la ola de los agrocombustibles, recibieron millones de dólares en subsidios públicos y cosecharon ganancias récord en cualquiera de los escenarios: por la escasez y especulación con los alimentos, vendieron más caro, por los subsidios a los agrocombustibles y la demanda artificial creada por los porcentajes obligatorios en Estados Unidos y Europa, ganaron más y vendieron más caro, por el aumento de los precios del petróleo, también vendieron más caro –no sólo por las semillas y los granos, sino también porque las mismas empresas son las mayores empresas de venta de agrotóxicos, todos derivados de petróleo. Ahora vuelven a ganar, vendiendo granos al Programa Mundial de Alimentos, para que lleguen a los que sufren la hambruna que ellos colaboraron activamente para provocar.

Estos comerciantes del hambre de otros, se presentan ahora como salvadores del clima, y aparentando preocupación porque los agrocombustibles compiten con la producción de alimentos, proponen una segunda generación de éstos, basada en cultivos y árboles transgénicos, más peligrosos que cualquiera de los transgénicos anteriores y con un potencial de contaminación más riesgoso y mucho más vasto. Como cereza en el pastel, aducen que es imprescindible aplicar la tecnología Terminator (que crea semillas suicidas en segunda generación) para controlar la contaminación que crean. Lo único seguro es que así obligarían a todos los agricultores a comprarles semillas nuevas en cada estación.

Como estrategia complementaria, los gigantes genéticos, Monsanto, Syngenta, DuPont-Pioneer, Basf, Dow, Bayer, que controlan la totalidad del mercado mundial de semillas transgénicas y la mayoría del mercado mundial de semillas comerciales de cualquier tipo, afirman ahora que habrá que usar semillas que resistan los debacles del cambio climático, que según ellos solamente se podrá hacer con modificaciones genéticas.

Un nuevo informe del Grupo ETC ("La apropiación de la agenda climática", www.etcgroup.org) , muestra que estas transnacionales no están realmente preocupadas del cambio climático y sus consecuencias, sino en como lucran con el desastre. Existen 532 solicitudes de patentes monopólicas aprobadas o en trámite (En Estados Unidos, Europa, Argentina, México, Brasil, China, Sudáfrica, entre otros) relacionadas a caracteres genéticos de plantas que podrían resistir presiones ambientales relacionadas con el clima, como sequía, calor, frío, inundaciones, suelos salinos y otras. En algunos casos, la cobertura de las patentes solicitadas es tan vasta, que cualquier cultivo que tenga la misma secuencia genética quedaría bajo el control de la empresa. El barón de las patentes de "genes climáticos" es Monsanto, que en asociación con BASF y con algunas empresas biotecnológicas más pequeñas, controlan las dos terceras partes del germoplasma "resistente al clima".

Un aspecto trágico, es que las formas de agricultura altamente tecnificadas, como la llamada "agricultura de precisión", en realidad ha empeorado los problemas que decían solucionar. Por ejemplo, el riego controlado para "ahorrar" agua, que sólo llega a la superficie de las raíces de las plantas, ha provocado mayor salinización del suelo, destruyendo o disminuyendo drásticamente las posibilidades de sembrar cualquier cultivo. Los cultivos "resistentes al clima", prometen aplicar la misma lógica, por lo que además de los nuevos problemas que provocarán por ser transgénicos, afectarían muy negativamente los suelos y la posibilidad de ir hacia soluciones reales.

La crisis climática y alimentaria es crudamente real, pero la respuesta no vendrá con más de lo mismo que la creó. Son los campesinos y agricultores familiares quienes tienen la experiencia, el conocimiento y la diversidad de semillas que se necesitan para afrontar los cambios del clima y la crisis alimentaria. Mientras que la industria semillera afirma que desde la década de los sesenta ha creado 70,000 nuevas variedades vegetales (la mayoría flores), se estima que los campesinos del mundo crean por lo menos un millón de nuevas variedades cada año, adaptadas a miles de condiciones diferentes en todo el mundo. Y lo que menos se necesita en esta situación, son nuevos monopolios para impedir que lo sigan haciendo.

* Investigadora del Grupo ETC

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Agrocombustibles "devoraron" 100 millones de toneladas de cereales y atraen cada vez más inversión en América

agrocombustibles

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Mientras esta semana la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) manifestó a través de su máxima autoridad sus críticas al efecto del furor mundial por los agrocombustibles sobre el precio y la disponibilidad de alimentos, en América Latina y el Caribe fluyen cada vez con más fuerza las inversiones en esta nefasta industria.

El lunes 21 el director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, sostuvo en la capital cubana que la producción de agrocombustibles despojó al mundo de casi 100 millones de toneladas de cereales como maíz y trigo, que podrían haberse destinado a la alimentación.

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