sábado, julio 31, 2010

Colombia se hunde en los transgénicos

Según información aparecida en los diarios colombianos o publicada por dependencias e instituciones de gobierno y empresas, y recogida por el Grupo Semillas, “Colombia cerró el 2009 con 35 700 hectáreas sembradas con semillas transgénicas. Empero, también se están realizando acciones para detener la siembra de éstas en territorio colombiano, como en el caso de Córdoba, donde Conalgodón, como representante del gremio algodonero, solicitó una acción administrativa al Instituto Colombiano Agropecuario, que sancionó con 515 millones de pesos colombianos [267 400 dólares] a Coacol, empresa que representa a la multinacional Monsanto en Colombia, por la información errónea, engañosa e insuficiente con la que publicitaron la semilla de algodón DP 164 B2RF en la campaña 2008-2009”. Según una nota de El tiempo (20 de febrero de 2010) hay en Colombia 35 700 hectáreas sembradas con semillas genéticamente modificadas (transgénicas). La Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola (Agro-Bio), encargada de la promoción de este insumo agrícola reportó que son diez los departamentos del país donde ya se utilizan: Antioquía, Santander, Tolima, Huila, Córdoba, Cesar, Meta, Cundinamarca, Sucre y Valle. En estos diez departamentos se siembra maíz GM y, en cuatro, algodón GM.

“Los que sembraron mayor cantidad de maíz fueron: Valle (7801 hectáreas), Córdoba (4 042) y Meta (3138), y la mayor cantidad de algodón fue en Córdoba (10186 hectáreas), Tolima (4088), Cesar (3799) y Huila (801)”.

La nota de El Tiempo aclara: “Dentro de las variedades de semillas transgénicas de maíz y algodón utilizadas, se encuentran los llamados stacked o eventos combinados, que tienen dos rasgos simultáneos: resistencia a insectos y la tolerancia a herbicidas. Para el 2009, las autoridades aprobaron nuevas siembras comerciales y ensayos en invernadero; por ejemplo, se dio luz verde a la importación para consumo humano y animal de dos semillas de algodón de Monsanto, una de maíz de la misma compañía y dos más de maíz a DuPont”.

Es claro que esto significa una andanada completa a favor de los cultivos trasngénicos, unos en fase experimental y otros ya en plena siembra comercial: entre los cultivos se destacan las especies de flores ornamentales azules (claveles, rosas y crisantemos) “que son desarrollos biotecnológicos de Florigen, propiedad de Suntory, un conglomerado empresarial japonés, con intereses en siete sectores de la producción de alimentos, bebidas y servicios”.

“Además del maíz, el algodón, los claveles y las rosas azules, en el país se llevan a cabo investigaciones en biotecnología agrícola, ya en etapas avanzadas (con financiamiento gubernamental), y ensayos en invernadero de empresas multinacionales con papa, soya, yuca, caña, arroz y pastos (brachiaria y stylozantes).

Por fortuna, no todo es fluido y fácil para esta avalancha de siembras por la mismas malas mañas de las empresas. Según nota de Juan Carlos Domínguez (Economía y Negocios, 17 de marzo), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) sancionó con 217400 dólares a la Compañía Agrícola Colombiana (Coacol), representante de Monsanto, por el hecho de que semillas GM de algodón le ocasionaron pérdidas a los cultivadores durante la temporada 2008/2009.

“Inicialmente, la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) presentó la reclamación ante el ICA por información errónea, engañosa e insuficiente con la que la empresa publicitó la semilla de algodón, conocida técnicamente como DP 164 B2RF. Luz Amparo Fonseca, presidente del gremio algodonero, afirma que la publicidad hablaba de una resistencia de hasta 97 por ciento al ataque de la plaga Spodóptera, por lo cual los agricultores casi que ni la tuvieron en cuenta para hacer las labores de prevención y control. ‘Sin embargo, las pérdidas por esa plaga fueron inmensas, perjudicando a 2400 agricultores que sembraron 7 mil hectáreas’, anotó la dirigente gremial.”

“En razón a esas pérdidas, no se descarta que los agricultores, bien sea de forma individual o grupal (a través de sus cooperativas) puedan demandar a Monsanto por los daños económicos ocasionados”, continua la nota.

“Previo a este escándalo, Monsanto ya había tenido un conflicto con los cultivadores de algodón transgénico de Tolima y Huila, en marzo del 2009, quienes denunciaron la venta de semillas de apariencia ‘vieja’ y cuyos índices de germinación no fueron aceptables (menor al 80 por ciento). Para los dos casos, la multinacional explicó que la quiebra de los agricultores obedeció al mal uso del insumo y al inclemente invierno que azotó las zonas algodoneras. En un comunicado entregado a El Tiempo, la empresa dijo que respeta de las leyes y las normas que rigen en cada uno de los países en los que opera”.

Lo cual, de ser cierto, hablaría muy mal de las leyes y normas que rigen en Colombia, Chile, Argentina, Paraguay, Ecuador, México y otros muchísimos países de América Latina y del mundo.

Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Documentos/Ataques_politicas_resistencia_relatos4

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