miércoles, junio 11, 2008

La soya invade a Uruguay

Imagen:Uruguay fisico.png

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La soja en Uruguay: La creación de un nuevo bloque de poder

Raúl Zibechi | 10 de junio de 2008



Programa de las Américas

Como sucede en todos los países de la región, la expansión de los monocultivos y la fuerte presencia de empresas multinacionales está creando las condiciones para la formación de nuevos bloques de poder que son los que están orientando las grandes decisiones políticas.

Probablemente Uruguay tenga el récord de expansión de soja en la región, al haber sido el país donde más creció en menos tiempo. Desde el año 2003, la superficie sembrada se multiplicó por 15. En tan pocos años, la soja desplazó otros cultivos tradicionales, como el girasol, el trigo y el sorgo, modificó las formas de siembra y se convirtió en el cultivo estrella. Pero no es, en absoluto, el único cambio que registra el Uruguay luego de la crisis de 2002.

Como acaba de asegurar el magnate mexicano Carlos Slim, "las crisis son oportunidades"1. De la mano de la crisis financiera de 2002, un 25% de la tierra cultivable del país pasó a manos extranjeras. Las mayores compras fueron realizadas por capitales argentinos que controlan la mitad de la producción de soja. Pero no es el único sector: la industria de la carne, la más importante del país, ha sido controlada por brasileños, al igual que el arroz, el mayor cultivo de exportación.

El poder de la soja

En la campaña 2001-2002 había sólo 28,900 hectáreas sembradas con soja. En la campaña 2007-2008 ya son 450,000 hectáreas. Pero se cree que puede llegar al millón. Las razones de este brutal crecimiento hay que buscarlas en Argentina, país de donde proceden quienes cultivan el 54% de la soja en Uruguay. El precio de la tierra es la mitad que en Argentina y no existen impuestos a las exportaciones. Aunque la productividad es menor, la elevada presión tributaria decidida por el gobierno de Cristina Fernández, que ha sido la excusa para el actual conflicto con los agricultores, parece destinada a incrementar la oleada de empresarios que se decidieron por Uruguay desde el año 2003.

En el Litoral—donde están las mejores tierras—ya desplazó a la gandería y amenaza con desplazar a la lechería. De las 16 millones de hectáreas disponibles para la agropecuaria, 13 millones se utilizan para la ganadería, un millón para la agricultura y otro millón están destinadas a la forestación. La ganadería estaría perdiendo unas 350,000 hectáreas al año por la expansión de la soja y se estima que puede caer hasta las nueve millones de hectáreas, en tanto la agricultura pasará de una a tres ó cuatro millones. En la década de 1950, la agricultura llegó a 1,6 millones de hectáreas para caer a un mínimo de 400,000 hectáreas en 20012.

En la zafra actual, "seis empresas, la mayoría extranjeras o relacionadas a capital extranjero, plantan aproximadamente un 25% del área agrícola"3. Sólo el grupo Los Grobo, del argentino Gustavo Grobocopatel, tiene 40,000 hectáreas con soja bajo el nombre Agronegocios del Plata. No son los únicos: el grupo El Tejar cultiva unas 50,000 hectáreas, la mitad con soja; MSU (Manuel Santos Uribelarrea), el Grupo Ceres Tolvas y Calyx Agro (vinculado a la multinacional Dreyfus), todos provenientes de Argentina, combinan la soja cona otros cerales.

El precio de la tierra es una de las claves. Las buenas tierras argentinas para cultivo de soja se cotizan a unos 10,000 dólares la hectárea. En Uruguay oscilan entre dos y cinco mil dólares. Pero en el año 2000, esas mismas tierras valían unos 400 dólares la hectárea. Por eso tantos productores, ávidos de ganancias fáciles, deciden arrendar sus tierras a los pools de siembra de soja. Una hectárea de tambo (lechería) se paga en arriendo a unos 70 dólares. Para soja puede superar los 200 dólares. La rentabilidad de la producción agrícola es entre seis y siete veces superior a la que ofrece la ganadería, por los altos precios internacionales de los granos.

Con la soja la agricultura se convierte en puro negocio gestionado por los "gerenciadores agrícolas", quienes no diferencian entre agricultura y finanzas. Para cubrirse de eventuales riesgos, contratan seguros y fijan precios en función del mercado de futuros de Chicago, diversifican los clientes y los cultivos, la siembra se dispersa en el país y la región, lo que hace que "el negocio no sea más riesgoso que otras actividades financieras"4.

La soja ocupa alrededor del 60% de las tierras dedicadas a la agricultura, pero sigue creciendo todos los años. El girasol, que representaba alrededor del 40% de la superficie cultivada, se redujo al 8.5% en 2007 y el maíz pasó del 30 a sólo el 11.6%.

En 2001, las explotaciones de más de mil hectáreas ocupaban el 7% de la superficie agrícola. Para 2006 ya controlaban el 15% y producían el 57% de la soja pese a que representan sólo el 7% del total de productores. O sea, sólo 54 productores concentran más de la mitad de la producción de soja5. Entre 2000 y 2005, el 47% de los productores agrícolas familiares (con un promedio de 216 hectáreas), abandonaron la agricultura. En el otro extremo, los grandes empresarios agrícola-ganaderos pasaron, en el mismo período, de un promedio de 1,878 a 3,309 hectáreas por productor6.

Por último, la soja no crea puestos de trabajo por la abundante utilización de herbicidas y la absoluta mecanización del cultivo. La lechería ocupa unos 22 trabajadores cada mil hectáreas, la agricultura cerealera da empleo a 10, mientras la soja emplea dos a cinco trabajadores cada mil hectáreas. Sólo la forestación crea menos empleo que la soja.

Imagen:Bandera de Uruguay.jpg

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