jueves, febrero 28, 2008

Semillas


Navdanya significa «nuevas semillas» , un nombre que evoca la riqueza de la diversidad y el deber de defenderla frente a la invasión de las biotecnologías y de los monocultivos de la agricultura industrial. Junto con las patentes que monopolizan los derechos de propiedad intelectual introducidos por la omc, por el Convenio de Diversidad Biológica y por otros acuerdos comerciales, las biotecnologías reducen la diversidad de las formas de vida al papel de materia prima para la industria y los beneficios. Las semillas genéticamente modificadas encierran a los pequeños agricultores en una jaula de deudas y mentiras. Por eso las llamo las “semillas del suicidio”. Se las hace estériles, a fin de que no puedan reproducirse y tengan que ser adquiridas cada año por los campesinos a precios elevados. Las patentes de las semillas son propiedad de transnacionales como Monsanto, que de esta forma se apropian de las fuentes de vida y de los derechos de dos terceras partes de la humanidad.

La desobediencia civil implica la opción por la no-violencia y por la no-cooperación pacífica. Yo creo que también hoy ésta es la vía a seguir, comenzando por la resistencia al patentamiento de las semillas. En India está en discusión una ley que podría traer consigo la prohibición del uso de semillas propias por parte de los campesinos. Semillas que durante miles de años han sido conservadas y transmitidas de generación en generación y de cosecha en cosecha, quedarían así desplazadas para dar lugar a la comercialización de semillas carísimas producidas en los laboratorios de las transnacionales. Nosotros sabemos que la variedad de las semillas indígenas, conservadas y seleccionadas localmente, representa nuestra garantía ecológica y económica, porque esas semillas diversas están en condiciones de adaptarse perfectamente a las condiciones climáticas y geológicas de las diversas regiones de India. No se puede criminalizar a centenares de millones de campesinos que no están dispuestos a someterse al modelo agrícola impuesto por las transnacionales. Para conquistar nuestra libertad económica y política es necesario volver a otra vez la mirada a Gandhi, a sus ideas de autogobierno y de autoproducción local.

- Vandana Shiva, entrevistada por Tommaso Rondinella y Duccio Zola,
Il Manifesto, 10 de octubre de 2006





women in field

La solución propuesta por agra (Alliance for a Green Revolution in Africa), la alianza para llevar una Revolución Verde a África, es construir la infraestructura que facilite el desarrollo de compañías semilleras privadas, algo que la Fundación Rockefeller y el Banco Mundial han intentado por algún tiempo ya, pero con poco éxito. Uno de los primeros pasos de agra entonces sería el establecimiento de redes de “agrointermediarios” (“agrodealers”). que vendan semillas, pesticidas y fertilizantes. agra ya contrató a una ong estadounidense, Citizens’ Network for Foreign Affairs, para realizar este trabajo en Kenya, Tanzania y Malawi. Hasta ahora, la ong estadounidense ha recibido hasta 14 millones de dólares en donaciones… para abastecer a los intermediarios, los donantes de agra también financian a las compañías semilleras privadas. La Fundación Rockefeller es el principal inversionista en African Agricultural Capital, un proyecto con capital de riesgo que invierte en pequeñas compañías semilleras africanas y en parte las controla, compañías que a su vez reciben financiamiento de agra. Con toda seguridad intentan desarrollar mercados entre los campesinos, mercados que siguen siendo muy limitados por la empecinada resiliencia de los sistemas tradicionales de semillas que siempre han abastecido a los campesinos africanos con semillas de alta calidad, adaptada localmente, culturalmente aceptada y muy costeable.


- A new green revolution for Africa?, www.grain.org, diciembre de 2007

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