Para los pueblos indígenas de Mesoamérica, el maíz es nuestra sangre, nuestros huesos, nuestra carne. Sin maíz no somos nada, un pueblo sin maíz es un pueblo muerto; por eso no vamos a permitir que desfiguren al maíz, que le quiten su esencia, que lo maten, que nos maten.
La contaminación del maíz descubierta en la Sierra Juárez de Oaxaca, México, a finales del año 2000 por Ignacio Chapela y David Quist y confirmada en el año 2001 por el Instituto Nacional de Ecología de México, es un hecho lamentable que no podemos pasar desapercibido. Es una herida profunda que pone en riesgo a la humanidad entera y solo beneficia a las grandes corporaciones transnacionales que nos quieren imponer un modelo de consumo que privilegia sus intereses.
Etiquetas: Contamination, Maíz, Mexico
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