lunes, noviembre 28, 2005


Por noveno año consecutivo, la industria biotecnológica y sus aliados festejan una continua expansión de los cultivos transgénicos, el área global estimada de cultivos liberados comercialmente en 2004 fue de 81 millones de hectáreas, lo que se considera un triunfo ya que alcanzaron a 22 países.

La expansión de la soja en América Latina representa una reciente y poderosa amenaza sobre la biodiversidad del Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay.

La soja transgénica es ambientalmente mucho más perjudicial que otros cultivos porque además de los efectos directos derivados de los métodos de producción, principalmente del copioso uso de herbicidas y la contaminación genética, requieren proyectos de infraestructura y transporte masivo (hidrovías, autopistas, ferrovías y puertos) que impactan sobre los ecosistemas y facilitan la apertura de enormes extensiones de territorios a prácticas económicas degradantes y actividades extractivistas.

La producción de sojas resistentes a los herbicidas conlleva también a problemas ambientales como la deforestación, la degradación de suelos, polución con severa concentración de tierras e ingresos, expulsión de la población rural a la frontera amazónica por ejemplo o áreas urbanas, fomentando la concentración de los pobres en las ciudades.

La expansión sojera distrae también fondos públicos que podrían haber sido destinados a la educación, la salud o la investigación de métodos agroecológicos alternativos de producción.

Entre los múltiples impactos de la expansión sojera, se destaca la reducción de la seguridad alimentaria de los países objetivo, al destinarse la tierra que previamente se utilizaba para la producción lechera, granos o fruticultura y que ahora se dedica a la soja de exportación.

Mientras estos países continúen impulsando modelos neoliberales de desarrollo y respondan a las señales de los mercados externos (especialmente China) y a la economía globalizada, la rápida proliferación de la soja seguirá creciendo y por supuesto, lo harán también sus impactos ecológicos y sociales asociados.


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