Paraguay: La soja mata
Los labriegos paraguayos vuelven a movilizarse contra las fumigaciones intensivas con agroquímicos ante la inminencia de la temporada de cultivo de la soja transgénica.
La Federación Nacional Campesina (FNC), una de las más combativas del país, anunció que resistirá hasta el final las pulverizaciones, que producen efectos devastadores sobre sus cultivos de subsistencia y la salud de sus comunidades. Entre tanto, los productores sojeros se aprestan a iniciar el cultivo de 2 millones de hectáreas de soja transgénica en la Región Oriental del país.
Una vez más, la FNC manifestó su oposición al modelo agroexportador de la soja y fustigó al gobierno por negarse a poner en práctica un plan de desarrollo integral que permita acabar con la pobreza y retornar al cultivo de productos tradicionales como el algodón, la yerba mate, los cítricos, la caña de azúcar y los rubros de subsistencia.
La dirigencia de la Federación, encabezada por su secretario general Odilón Espínola, señaló que sólo con la organización de los sectores representativos de la sociedad y una toma de conciencia de parte de la ciudadanía será posible hacer frente al modelo agroexportador de la soja.
Se estima que dentro de un año la superficie cultivada de soja ascendería a 2.500.000 hectáreas y en un máximo de cuatro años a 4 millones de hectáreas. De verificarse estas previsiones habría severos impactos negativos en el plano social y sobre el medio ambiente, como la pérdida de la biodiversidad (fauna y flora), cambios en los regímenes climáticos, deterioro de los suelos (erosión, pérdida de nutrientes), la contaminación de los recursos hídricos tanto superficiales como subterráneos y la desaparición de los cauces naturales a causa de procesos de sedimentación y colmatación.
El cultivo extensivo de la soja que promueve el gobierno conlleva el aumento de las fumigaciones intensivas con glifosato, un químico que produce intoxicaciones severas, alentando la migración del campo a la ciudad y el consiguiente incremento de los bolsones de pobreza en las grandes urbes.
“Estamos dispuestos a iniciar una campaña para que la ciudadanía comprenda las consecuencias negativas que la producción sojera deja no sólo para el sector rural sino también para las poblaciones urbanas. El modelo de desarrollo económico que nosotros queremos para Paraguay nada tiene nada que ver con el modelo agroexportador defendido por el gobierno”, expresó Odilón Espínola.
La Federación Nacional Campesina (FNC), una de las más combativas del país, anunció que resistirá hasta el final las pulverizaciones, que producen efectos devastadores sobre sus cultivos de subsistencia y la salud de sus comunidades. Entre tanto, los productores sojeros se aprestan a iniciar el cultivo de 2 millones de hectáreas de soja transgénica en la Región Oriental del país.
Una vez más, la FNC manifestó su oposición al modelo agroexportador de la soja y fustigó al gobierno por negarse a poner en práctica un plan de desarrollo integral que permita acabar con la pobreza y retornar al cultivo de productos tradicionales como el algodón, la yerba mate, los cítricos, la caña de azúcar y los rubros de subsistencia.
La dirigencia de la Federación, encabezada por su secretario general Odilón Espínola, señaló que sólo con la organización de los sectores representativos de la sociedad y una toma de conciencia de parte de la ciudadanía será posible hacer frente al modelo agroexportador de la soja.
Se estima que dentro de un año la superficie cultivada de soja ascendería a 2.500.000 hectáreas y en un máximo de cuatro años a 4 millones de hectáreas. De verificarse estas previsiones habría severos impactos negativos en el plano social y sobre el medio ambiente, como la pérdida de la biodiversidad (fauna y flora), cambios en los regímenes climáticos, deterioro de los suelos (erosión, pérdida de nutrientes), la contaminación de los recursos hídricos tanto superficiales como subterráneos y la desaparición de los cauces naturales a causa de procesos de sedimentación y colmatación.
El cultivo extensivo de la soja que promueve el gobierno conlleva el aumento de las fumigaciones intensivas con glifosato, un químico que produce intoxicaciones severas, alentando la migración del campo a la ciudad y el consiguiente incremento de los bolsones de pobreza en las grandes urbes.
“Estamos dispuestos a iniciar una campaña para que la ciudadanía comprenda las consecuencias negativas que la producción sojera deja no sólo para el sector rural sino también para las poblaciones urbanas. El modelo de desarrollo económico que nosotros queremos para Paraguay nada tiene nada que ver con el modelo agroexportador defendido por el gobierno”, expresó Odilón Espínola.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal