Biopiratas
Biopiratería
Hernán Sorhuet Gelós
Hernán Sorhuet Gelós
No es necesario afirmar que Sudamérica es una de las regiones del planeta más ricas en diversidad biológica. El problema es que el uso que estamos haciendo de ella está muy alejado de ser el conveniente para los intereses de nuestras comunidades
La degradación, contaminación, sobreexplotación, y piratería que sufre, se identifican entre las principales causas de la miseria que padecen millones de latinoamericanos. Uno de los asuntos más sensibles a tratar es la lucha contra la biopiratería -o sea el uso ilegal de los recursos genéticos y de los conocimientos tradicionales de los pueblos, que hacen posible darle un uso concreto a esos recursos. Hasta ahora ha sido moneda corriente, permitiéndole a grandes empresas de los países industrializados obtener pingües ganancias, sin compartirlas con los dueños originales. Pero las cosas están cambiando. La Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), con el apoyo de Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, suscribieron un convenio para luchar contra la biopiratería en los países andinos, que debe servir de ejemplo. Entre otros aspectos, el acuerdo procura asegurar el respeto a los derechos de los países y de los pueblos indígenas, a la hora de conceder patentes que incorporen recursos genéticos y conocimientos ancestrales. Si lográramos avanzar en esa dirección, el futuro de la región se presentará muy auspicioso. Por lo tanto debemos trabajar duro en ello, y mostrarnos cada vez mejor preparados para defender nuestros derechos.
El País, Uruguay, 2-9-05
La degradación, contaminación, sobreexplotación, y piratería que sufre, se identifican entre las principales causas de la miseria que padecen millones de latinoamericanos. Uno de los asuntos más sensibles a tratar es la lucha contra la biopiratería -o sea el uso ilegal de los recursos genéticos y de los conocimientos tradicionales de los pueblos, que hacen posible darle un uso concreto a esos recursos. Hasta ahora ha sido moneda corriente, permitiéndole a grandes empresas de los países industrializados obtener pingües ganancias, sin compartirlas con los dueños originales. Pero las cosas están cambiando. La Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), con el apoyo de Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, suscribieron un convenio para luchar contra la biopiratería en los países andinos, que debe servir de ejemplo. Entre otros aspectos, el acuerdo procura asegurar el respeto a los derechos de los países y de los pueblos indígenas, a la hora de conceder patentes que incorporen recursos genéticos y conocimientos ancestrales. Si lográramos avanzar en esa dirección, el futuro de la región se presentará muy auspicioso. Por lo tanto debemos trabajar duro en ello, y mostrarnos cada vez mejor preparados para defender nuestros derechos.
El País, Uruguay, 2-9-05
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