tomado de la Revista del Tercer Mundo, abril-junio 2005
Gobiernos forman zonas libres de transgénicos
por Chee Yoke Heong
A medida que aumenta la preocupación por los efectos de los organismos transgénicos sobre el ambiente y la salud humana y animal, algunos gobiernos toman medidas para proteger a su población y su territorio.
Mientras el tren de la biotecnología avanza, más y más países, provincias y ciudades, especialmente en el mundo industrializado, adoptan zonas libres de transgénicos o prohíben este tipo de cultivos, como reflejo de la creciente resistencia a esos productos.
En febrero, un grupo de gobiernos regionales de Europa se reunieron en Toscana, Italia, para discutir medidas de protección a la agricultura convencional y orgánica del riesgo de la modificación genética. Los gobiernos emitieron una carta con el fin de salvaguardar los productos genuinos y de alta calidad, y preservar la biodiversidad agrícola de la contaminación por semillas transgénicas.
La carta fue firmada por una red de veinte gobiernos regionales de Italia, Austria, Gran Bretaña, Alemania, Francia, España y Grecia. Los gobiernos se comprometieron a diseñar proyectos específicos para apoyar la agricultura tradicional y orgánica, a adoptar medidas contra el ingreso de transgénicos y a proteger los productos de calidad y la biodiversidad previniendo la contaminación por genotipos externos, incluso los modificados mediante ingeniería genética.
Los representantes discutieron también posibles sanciones a aplicar por daño ambiental, así como la imposición de gravámenes a los agricultores para que los gobiernos regionales cuenten con los fondos necesarios para cubrir todos los costos. Asimismo, prometieron favorecer la “investigación segura”, es decir, observar estrictamente los protocolos de seguridad, y promover y asegurar técnicamente el uso de semillas libres de transgénicos.
Los gobiernos regionales acordaron también proteger áreas agrícolas, como las que practican agricultura orgánica, de posible contaminación genética, impidiendo o desalentando el cultivo de transgénicos en esas áreas. También prometieron impulsar acuerdos internacionales que garanticen reservas de materias primas certificadas como “libres de transgénicos” para el futuro.
La carta emitida es quizá la iniciativa más amplia de un grupo de gobiernos regionales sobre la cuestión de los transgénicos.
Ley de “coexistencia”
A escala nacional, el Senado de Italia dio en enero de 2005 la aprobación final a una ley que permitirá a las regiones y provincias autónomas adoptar “medidas de coexistencia” para evitar la presencia de transgénicos en otros productos. Esto implica que aquellas regiones y provincias que no adopten esas medidas tendrán prohibido el cultivo de organismos transgénicos. La violación de esta prohibición temporal podrá castigarse con un máximo de dos años de prisión o una multa de 50.000 euros.
Actualmente, no existe en la Unión Europea una ley de coexistencia similar, aunque la Comisión Europea levantó en mayo de 2004 la llamada “moratoria de facto”, consistente en la paralización –desde 1998- de las autorizaciones de nuevos organismos genéticamente modificados porque varios estados miembros no querían comercializarlos en su territorio.
En Gran Bretaña, la Asamblea Regional del Sudoeste se transformó en la primera autoridad regional en adoptar una posición contraria a los transgénicos. La Asamblea emitió una declaración de principios que exhorta a proteger los alimentos y la agricultura frente a los organismos modificados genéticamente, imponer un estricto mecanismo de responsabilidad para las empresas de biotecnología y realizar exhaustivas pruebas a los cultivos transgénicos para demostrar que no tendrán un efecto negativo sobre la sociedad, la economía o el ambiente.
La Institución Real de Investigadores Diplomados británicos también presentó una propuesta para crear un registro en línea de tierras con cultivos transgénicos, lo que ofrecería opciones y trazabilidad a productores y consumidores. Esta medida responde a la creciente preocupación pública sobre los transgénicos y al reclamo del derecho de los consumidores a saber de dónde proceden los cultivos y si son o no libres de transgénicos.
Prohibiciones
Algunos países europeos decidieron prohibir directamente algunos organismos transgénicos. Las leyes de la Unión Europea autorizan el cultivo de esos organismos, pero cada país miembro puede decidir prohibirlo en su territorio nacional, en base a una cláusula de salvaguardia de la legislación del bloque.
Invocando esa cláusula, Polonia y Hungría anunciaron que prohibirán la importación y el cultivo de semillas del maíz insecticida MON810. Austria ya lo había prohibido debido a preocupaciones sobre el efecto de ese maíz transgénico sobre otros organismos, aparte de los insectos. La Comisión Europea trató de derogar esa prohibición, pero no tuvo éxito.
Mientras, en Estados Unidos legisladores del estado de Oregon consideran una moratoria a los cultivos modificados genéticamente para producir drogas o vacunas. Y en California, los condados de Mendocino, Trinity y Marin se declararon “zonas libres de transgénicos”.
Algunas ciudades también se incorporaron a esta tendencia. Una de ellas fue Arcata (California), cuyo concejo municipal adoptó en noviembre de 2004 una ordenanza que penaliza la venta, la distribución y el cultivo de organismos transgénicos.
Por otra parte, los gobiernos de algunos estados tratan de frenar ese tipo de medidas. Pennsylvania, Georgia, Dakota del Norte, Iowa, Idaho, Indiana, Oklahoma, Arizona y Virginia Occidental propusieron o aprobaron leyes para impedir que ciudades y condados restrinjan la venta de semillas transgénicas.