Monsanto, Bush y los transgénicos
Los ensayos de producción transgénica se iniciaron en México en 1982. Hoy se han otorgado unos 200 permisos a empresas y universidades para cultivar esta modalidad agrícola. Ya en 2000 Monsanto acaparaba casi 40 por ciento de ellos.
La mayor parte de estos permisos son para el cultivo de maíz, seguido de algodón, tomate y soya, principalmente. Oficialmente se han beneficiado una treintena de empresas, pero la Rural Advancement Foundation International (RAFI) concluyó en 2000 que en realidad se trata de unas cuantas: Monsanto (o sus filiales Asgrow y Calgene), Pulsar (vía Seminis), DuPont (y su subsidiaria Pioneer) y Aventis.
La diseminación de transgénicos fuera de control ha sido detectada repetidamente en Chiapas (sobre todo en los municipios de Las Margaritas, Ocosingo, Palenque y Playas de Catazajá, es decir, la selva lacandona y sus alrededores), según análisis de Global Exchange. Este organismo ha señalado que la industria biotecnológica se vio fortalecida con la llegada de George W. Bush a la presidencia de Estados Unidos, cuyo padre promovió al abogado de Monsanto, Clarence Thomas, como juez en la Corte Suprema de Justicia.
"No es casualidad que Thomas haya sido quien dio el voto final para que Bush hijo ganara las elecciones de 2000". Por lo demás, Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, fue presidente de Searle, adquirida por Monsanto. Ann Veneman, secretaria de Agricultura, fue integrante de la mesa directiva de Pharmaceuticals, subsidiaria de Monsanto. CalgeneMitch Daniels, director de la oficina de Gestión y Presupuesto, era vicepresidente de Eli Lilly cuando desarrolló varios productos con Monsanto. Tommy Thompson, secretario de Salud, y John Ashcroft, ex procurador general, tienen vínculos fuertes con la trasnacional.
"Desde el gobierno estadunidense, ejecutivos e investigadores de Monsanto han evitado que legalmente se separen las semillas transgénicas de las no transgénicas en los productos agropecuarios para la exportación. Este asalto de las empresas trasnacionales a los gobiernos para determinar las políticas agropecuarias comienza a suceder en México. Alfonso Romo, de Pulsar, amigo cercano del presidente Vicente Fox, también va imponiendo la dirección en materia de biotecnología y su concepción sobre la producción alimentaria en México. "Por cierto, Monsanto suministra glifosfato y otros desfoliantes para el Plan Colombia. Según Global Exchange, "esto ha provocado las denuncias de campesinos colombianos por la destrucción de árboles y cultivos, además de producir la muerte de animales domésticos y la contaminación de fuentes de agua". Cabe señalar que los herbicidas Rival, Faena y Rangel, que se distribuyen en Chiapas por medio de proyectos gubernamentales, contienen el glifosfato de Monsanto.
No olvidemos que la empresa de San Luis, Missouri proporcionó al ejército estadunidense los defoliantes que arrasaron 2.5 millones de hectáreas en Vietnam durante la guerra, en la operación secreta Ranch Hand, cuando fueron rociados sobre el país asiático 76 millones de litros de defoliantes; más de la mitad correspondieron al siniestro agente naranja de Monsanto. Como recapitula hoy la trasnacional biotecnológica en la inocente promoción de su actividad agropecuaria: "el equipo Monsanto está llevando a cabo todo esto hoy. Imagínese las posibilidades que tendremos mañana". Habrá que imaginarlas.
La mayor parte de estos permisos son para el cultivo de maíz, seguido de algodón, tomate y soya, principalmente. Oficialmente se han beneficiado una treintena de empresas, pero la Rural Advancement Foundation International (RAFI) concluyó en 2000 que en realidad se trata de unas cuantas: Monsanto (o sus filiales Asgrow y Calgene), Pulsar (vía Seminis), DuPont (y su subsidiaria Pioneer) y Aventis.
La diseminación de transgénicos fuera de control ha sido detectada repetidamente en Chiapas (sobre todo en los municipios de Las Margaritas, Ocosingo, Palenque y Playas de Catazajá, es decir, la selva lacandona y sus alrededores), según análisis de Global Exchange. Este organismo ha señalado que la industria biotecnológica se vio fortalecida con la llegada de George W. Bush a la presidencia de Estados Unidos, cuyo padre promovió al abogado de Monsanto, Clarence Thomas, como juez en la Corte Suprema de Justicia.
"No es casualidad que Thomas haya sido quien dio el voto final para que Bush hijo ganara las elecciones de 2000". Por lo demás, Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, fue presidente de Searle, adquirida por Monsanto. Ann Veneman, secretaria de Agricultura, fue integrante de la mesa directiva de Pharmaceuticals, subsidiaria de Monsanto. CalgeneMitch Daniels, director de la oficina de Gestión y Presupuesto, era vicepresidente de Eli Lilly cuando desarrolló varios productos con Monsanto. Tommy Thompson, secretario de Salud, y John Ashcroft, ex procurador general, tienen vínculos fuertes con la trasnacional.
"Desde el gobierno estadunidense, ejecutivos e investigadores de Monsanto han evitado que legalmente se separen las semillas transgénicas de las no transgénicas en los productos agropecuarios para la exportación. Este asalto de las empresas trasnacionales a los gobiernos para determinar las políticas agropecuarias comienza a suceder en México. Alfonso Romo, de Pulsar, amigo cercano del presidente Vicente Fox, también va imponiendo la dirección en materia de biotecnología y su concepción sobre la producción alimentaria en México. "Por cierto, Monsanto suministra glifosfato y otros desfoliantes para el Plan Colombia. Según Global Exchange, "esto ha provocado las denuncias de campesinos colombianos por la destrucción de árboles y cultivos, además de producir la muerte de animales domésticos y la contaminación de fuentes de agua". Cabe señalar que los herbicidas Rival, Faena y Rangel, que se distribuyen en Chiapas por medio de proyectos gubernamentales, contienen el glifosfato de Monsanto.
No olvidemos que la empresa de San Luis, Missouri proporcionó al ejército estadunidense los defoliantes que arrasaron 2.5 millones de hectáreas en Vietnam durante la guerra, en la operación secreta Ranch Hand, cuando fueron rociados sobre el país asiático 76 millones de litros de defoliantes; más de la mitad correspondieron al siniestro agente naranja de Monsanto. Como recapitula hoy la trasnacional biotecnológica en la inocente promoción de su actividad agropecuaria: "el equipo Monsanto está llevando a cabo todo esto hoy. Imagínese las posibilidades que tendremos mañana". Habrá que imaginarlas.
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