Contaminación transgénica en Centroamérica y el Caribe
Monitoreo confirma alta contaminación transgénica en Centroamérica y El Caribe
En Costa Rica, un 48% de las muestras analizadas dieron positivo. Maíz amarillo comprado en el mercado central de San José es transgénico. En Guatemala se corroboró que poblaciones vulnerables están siendo alimentadas por el PMA con alimentos transgénicos no autorizados para el consumo humano
Un monitoreo realizado por la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad y confirmado por el prestigioso laboratorio estadounidense "Genetic ID" demostró que un 80% de las muestras en granos y cereales recolectadas en cinco países de Centroamérica y República Dominicana estaban contaminadas con transgénicos.
Si usted fuera a una tienda y viera un anuncio de galletas que dice "no hay pruebas de que sean malas para la salud", ¿Las compraría? La reconocida investigadora uruguaya Silvia Ribeiro afirma que "ella no" y "creo que nadie más lo haría".
Pues, precisamente, eso es lo que ocurre con los alimentos transgénicos, los cuales provienen de seres vivos modificados en laboratorios, cuyos efectos sobre la salud y el ambiente están en la mesa de discusión y existen contrastadas discusiones al respecto.
El monitoreo demostró que millones de centroamericanos están consumiendo, y posiblemente cultivando, transgénicos sin saberlo y lo más grave es que los gobiernos muestran gran indiferencia hacia el tema y hacen caso omiso del principio de precaución, estipulado en el convenio de Biodiversidad Biológica. "En los resultados obtenidos del análisis de laboratorio, se indica que del total de las muestras analizadas, el 80% son positivas, confirmándose la presencia de Organismos Modificados Genéticamente (OGMs) en maíz, soya y cereales en la región centroamericana y República Dominicana", aseguró un documento dado a conocer hoy miércoles 16 de febrero de forma simultánea en todos los países involucrados.
En el total de muestras de maíz positivas, se identificó la presencia de un 87% del gen Maíz Mon GA21 (variedad de maíz transgénico producido por la transnacional Monsanto y no aprobado por la Unión Europea para el consumo humano) y un 13% correspondiente a otros tipos de genes. Otro aspecto del análisis indica que el 68% de las muestras positivas provienen de introducción por la vía de importaciones o comercialización en puestos de venta al público. El otro 32% proviene de introducción de maíz por la vía de ayuda alimentaria, mayoritariamente distribuida por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.
Uno de los hallazgos alarmantes lo constituye la identificación del MAÍZ STARLINK, no autorizado para el consumo humano en el mundo entero, destinado como ayuda alimentaria para niños y niñas guatemaltecas en localidades colindantes con la frontera hondureña (ver documentos adjuntos). Es importante indicar que esta variedad fue producida por la multinacional biotecnológica Aventis y fue prohibida en septiembre del 2000 por la FDA de Estados Unidos convirtiéndose en la primera variedad no autorizada para consumo humano en el mundo.
Las demandas
Tras realizar el monitoreo, la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad demanda que:
1. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA):
a) Junto con los Gobiernos de Centroamérica y el Caribe retire de inmediato la Ayuda Alimentaria que contenga el maíz Starlink.
b) No introduzca ni distribuya semillas, granos y cereales con cualquier tipo de OGM en sus proyectos.
c) En sus planes de ayuda alimentaria priorice la adquisición y distribución de semillas locales dirigido a los sectores vulnerables..
2. Los Gobiernos de la región con base en el Principio de Precaución (del Convenio sobre la Diversidad Biológica) decreten una moratoria de OGM, considerando que la coexistencia de los cultivos transgénicos con la agricultura en general es imposible técnica, cultural y políticamente.
3. Los Gobiernos de Honduras, Guatemala, Costa Rica, y República Dominicana ratifiquen de inmediato el Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la Biotecnología.
4. Se incluya e implemente el componente de bioseguridad como prioridad en los programas de gobiernos y se impulsen iniciativas de leyes nacionales de Bioseguridad, con énfasis en el Principio de Precaución.
5. Las Instancias regionales del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), en especial la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), incluyan a los organismos de sociedad civil con criterio de equidad en las discusiones alrededor de los marcos jurídicos de bioseguridad regionales.
¿Y Costa Rica?
En el caso específico de Costa Rica, en el monitoreo participaron varias organizaciones como la Asociación de Ecología Social (AESO), COECOCEIBA Amigos de la Tierra, Frente Ecologista Universitario, Sol de Vida, Red de Coordinación en Biodiversidad, Defensoría de los Habitantes y el Departamento de Cuarentena Vegetal de Ministerio de Agricultura y Ganadería. Los resultados del proceso de investigación y análisis realizado en Costa Rica evidencian que las importaciones de granos que ingresan por los muelles de Caldera y Mohín son utilizadas por numerosas industrias que elaboran alimentos para humanos y/o para animales. Lo anterior significa que diariamente miles de costarricenses están consumiendo alimentos contaminados con transgénicos sin saberlo y sin derecho a escoger como consumidores si desean hacerlo.
Ante la evidencia expuesta y la incapacidad del Estado en resguardar la bioseguridad nacional exigimos:
-El establecimiento "urgente" de una legislación estricta que impida la entrada de granos transgénicos en forma de moratoria, considerando que éstos podrían ser sembrados por agricultores, lo cual daría inicio a un proceso de contaminación genética incontrolada sobre las semillas nativas del país.
-La ratificación del Protocolo de Cartagena, como un primer paso para resguardar la bioseguridad nacional. Dicho protocolo -acordado en enero de 2000 y vigente desde setiembre del 2003- establece un sistema reglamentario para la transferencia, manejo y utilización "segura" de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) sujetos a movimientos transfronterizos, reconociendo que éstos son diferentes a los organismos naturales.
-El establecimiento de un sistema de etiquetado a los alimentos de origen transgénico como una primera medida de emergencia que facilitaría el proceso de información a los consumidores. El etiquetado permite la autogestión del "principio de precaución" por parte de los consumidores. Sin embargo, el etiquetado no debe ser un objetivo final, ya que éste es una forma de legalizar la contaminación transgénica en la alimentación y de burlar el principio precautorio.
-El desarrollo de programas de investigación y enseñanza en las diversas instituciones nacionales, como son las universidades, en aras de ampliar los conocimientos acerca de los riesgos e impactos de los transgénicos sobre la salud y el ambiente.
-Asimismo, hacemos un llamado a la sociedad civil en general, y a los campesinos e indígenas en particular, para que se comprometan a:
-Resguardar y rescatar la agrodiversidad nativa de la región fortaleciendo la soberanía alimentaria de sus comunidades.
-Establecer marcos comunitarios de bioseguridad declarando áreas y territorios libres de granos, semillas y cultivos producto de la ingeniería genética.
-Rechazar enérgicamente los alimentos transgénicos o con presencia de OGMs.
-Establecer mecanismos de educación, resistencia y construcción de alternativas frente a los transgénicos.
¿Cómo se hizo el monitoreo?
Mediante el proceso de monitoreo se obtuvieron muestras en todos los países, de las cuales se seleccionó para análisis de laboratorio un 65% de muestras representativas en ayuda alimentaria, importaciones, productos comerciales de consumo y semillas.
Durante el proceso de análisis, se implementó tecnología de campo de acuerdo a los estándares establecidos por el Servicio Federal de Inspección de Granos (Federal Grain Inspection Service - FGIS) de Estados Unidos. Se realizaron análisis cuantitativos y cualitativos en el laboratorio "Genetic ID" de Estados Unidos, reconocido por la Administración de los Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y acreditado a nivel internacional por ISO/IEC 17025.
En cada país se realizó un análisis preliminar en un laboratorio local. En el caso de Costa Rica, se realizó en el laboratorio 117 de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Cabe destacar que Centroamérica y el Caribe poseen una gran riqueza en biodiversidad. Los países centroamericanos son centro de origen y diversidad biológica de muchos cultivos como maíz, frijol, tomate y chile, entre otros.
Existe gran cantidad de especies nativas silvestres y domesticadas parientes de variedades cultivadas, pero sin ninguna regulación apropiada y adecuada en bioseguridad, por lo cual la región es altamente vulnerable a la contaminación transgénica.
Preocupados por los riesgos de los OGMs en la región, en un encuentro celebrado en diciembre del 2003 en Managua (Nicaragua), organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la soberanía alimentaria así como con la protección de la diversidad biológica y cultural, resolvieron constituir la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad.
En esta Alianza participan organizaciones de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica en coordinación con República Dominicana. En el 2004, la Alianza realizó un proceso de monitoreo en la región (Centroamérica y el Caribe). El monitoreo se hizo en sitios en donde se entrega ayuda alimentaria y se han introducido comercialmente granos, semillas y productos elaborados de maíz y soya (Ver detalle para Costa Rica en documentos adjuntos).
"Por un mundo socialmente justo y ambientalmente sano"
Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad
Etiquetas: Centroamerica
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