El granero del ALBA, será transgénico?
Miguel Angel Núñez
"Se presagia que los países del ALBA serán inundados con el grano y derivados de soya transgénica provenientes de Bolivia y que conlleva graves impactos sociales y ambientales, destruyendo territorios indígenas, contaminando suelos y aguas, etc. Aún estamos a tiempo de frenar este proceso retrógrado impulsado por los operadores del gobierno boliviano y venezolano respectivamente..."
La última cumbre del ALBA recientemente celebrada en Cumana, Venezuela con la representación de siete países latinoamericanos, marcó un hito en la historia de los procesos de integración en la región. Se logró hilvanar una posición política- ideológica de verdadera vanguardia revolucionaria, al fijar la inédita posición de autodeterminación de nuestros pueblos ante el sentimiento de no seguir con la tutela de los caprichos imperiales-empresariales-norteamericanos y de las transnacionales. Tal posición política causo sorpresa en la precedida Cumbre de las Américas al valorarse este sólido consenso, consustanciado por los avances políticos-económicos, que la propuesta del ALBA nos viene otorgando en los países latinos que allí hacen vida.
Contrario a tal momento de trascendencia y avance, revolucionariamente elevamos nuestra posición de valoración, reflexión, protesta y acción ante una inusitada situación tecno-política que se viene generando ante una de las originarias propuestas de integración como lo fué en el 2006, de parte del Gobierno Venezolano, el comprar a Bolivia anualmente, 200.000 toneladas de soya, con el requisito que dicho grano provenga de pequeños productores y no sea transgénico. Explicito en la firma del Tratado de Comercio entre los Pueblos (TCP) y la Alternativa Bolivariana de las Américas –ALBA, el cual promovió el intercambio comercial entre Bolivia , Cuba y Venezuela en primera instancia.
Este proceso que si bien se inició con buenos augurios y como un ejemplo de integración comercial en base a criterios de responsabilidad social y ambientalmente sustentable, se fue distorsionando debido a que en la implementación de dicho acuerdo, por parte del gobierno boliviano, surgieron acciones contrarias a los objetivos del TCP-ALBA.
En primer lugar, el gobierno boliviano creó EMAPA, una empresa estatal para promover la producción de alimentos, por parte de los pequeños productores, la misma que no cumplió con los requisitos establecidos para la producción de soya y no se enmarcó en el apoyo que requieren los pequeños productores para la producción de un cultivo destinado al mercado interno y a las exportaciones. Esta distorsión se continua expresando en el incumplimiento de EMAPA para el apoyo a los pequeños productores, violando las políticas nacionales con referencia a la producción de alimentos y que ha generado como consecuencia, la introducción masiva de la soya transgénica que se ha incrementado de un 40 a un 60% con el consiguiente aumento del herbicidas en un 40%. Tampoco no ha solucionado la falta de combustible y ni ha superado la capacidad de pagos atrasados y con descuentos injustificados, falta de apoyo en centros de acopio y transporte. Lo que está llevando a la pérdida de credibilidad en esta iniciativa por parte de los pequeños productores pertenecientes a los movimientos sociales y que se ha agudizado además, en actos de corrupción mediante la otorgación de recursos a asociaciones fantasmas, sobreprecios y otras trampas generando controversias entre los pequeños productores quienes cuestionan además la falta de conocimiento en el apoyo a la seguridad alimentaria, ya que EMAPA ha llegado a apoyar apenas el 20% de lo que requieren los pequeños productores para satisfacer el mercado interno y los compromisos suscritos en el marco del TCP-ALBA. Como consecuencia, el déficit alimentario es cubierto por las medianas y grandes empresas que se han fortalecido económica y políticamente y ha generado una creciente dependencia a la importación de alimentos.
El no apoyar a los pequeños productores de granos, ha implicado apoyar a sectores agroempresariales de oscuros, nefastos y criminales intereses políticos al tener participación activa en todo este proceso y consustanciarse con las grotescas e irreversible ganancias que se derivan en las tantas transacciones y como dijimos antes, se vierten en los fétidos canales de la corrupción y la cleptocracia integracionista. Estamos seguros que sectores revolucionarios de los pequeños productores de granos, no tardarán en solicitar a las autoridades competentes una auditoría y fiscalización social, para valorar la práctica anti-socialista, antinacional y excluyente, que funcionarios públicos de los gobiernos implícitos ingenuamente se a-maniatan a los seudo-agro-empresarios de granos. Recordemos que los pequeños productores pueden abastecer sostenidamente las 200.000 toneladas de soya no transgenica al año demandas por el gobierno venezolano. El aporte Venezolano:
Por otra parte, y ante el incumplimiento del gobierno boliviano en los acuerdos suscritos en el marco del TCP-ALBA, es que el gobierno venezolano adquirió de empresarios privados bolivianos, una de las plantas de acopio y procesamiento de grano de soya más grande en Bolivia, llamada GRAVETAL, la misma que procesa cerca de 800.000 toneladas de grano al año. Instalaciones que apuestan en convertirse en el Granero del ALBA.
Lo preocupante de este proceso es, que una oportunidad histórica de integración regional, establecida en el marco de los principios del TCP-ALBA , ha sido distorsionada y violados dichos principios por parte del gobierno boliviano y que se agudiza con la puesta en operaciones de GRAVETAL que impulsará en mayor medida el uso de semillas transgénicas, herbicidas, fertilizantes de alto impacto ambiental y social, generando fuerte dependencia a las empresas transnacionales y la habilitación de tierras ricas en biodiversidad y declaradas sitios RAMSAR (Como es el caso del Pantanal boliviano), para la promoción de agrocombustibles. Lo preocupante es que GRAVETAL será la empresa que viabilizará la producción y comercialización del grano y derivados del grano de soya a los países suscriptores del ALBA. ¿Conoce estas intenciones el gobierno venezolano? ¿Conocen de estas intenciones las organizaciones de pequeños productores bolivianas, venezolanas, ecuatorianas, nicaragüenses, salvadoreñas y cubanas que serán afectadas con alimentos provenientes de soya transgénica? La cual constitucionalmente no forma parte de las políticas de seguridad y soberanía alimentarias establecidas por el estado venezolano. En esta situación y como lo ha exigido el Presidente Chavéz quien NO CLAUDICA su PREDICA y LUCHA FRONTAL CONTRA LOS TRANSGÉNICOS Como el dice! ¿Donde está o se expresa el Socialismo? Nuestro agregado! Con este tipo de integración, se pone en riesgo la diversidad genética de distintas especies autóctonas de cultivos provenientes de la diversidad biológica existentes en el territorio boliviano, por la potencial contaminación-genética (transgenia) que ello estamos seguro ocurrirá en tantos cultivos polinizadores, en especial el maíz.Lo anterior reafirma también una violación al proceso de cambio impulsado mediante la aprobación de la nueva Constitución Política del estado boliviano, una violación a los principios del TCP-ALBA, supone la pérdida de la seguridad y soberanía alimentaria y fortalece un modelo de producción extractivo, irresponsable, dependiente é insostenible, donde las empresas transnacionales son las mas beneficiadas.
En otras palabras, se presagia que los países del ALBA serán inundados con el grano y derivados de soya transgénica provenientes de Bolivia y que conlleva graves impactos sociales y ambientales, destruyendo territorios indígenas, contaminando suelos y aguas, etc.
Aun estamos a tiempo de frenar este proceso retrógrado impulsado por los operadores del gobierno boliviano y venezolano respectivamente. Por esta razón, hacemos un llamado a las organizaciones y movimientos sociales y a los gobiernos involucrados a fin de que asuman REVOLUCIONARIAMENTE medidas y correctivos para evitar que esta grave amenaza se consolide en momentos en que soplan inéditos y nuevos vientos de cambio en nuestro continente.
Miguel Angel Núñez - IPIAT
Miguel Angel Núñez
"Se presagia que los países del ALBA serán inundados con el grano y derivados de soya transgénica provenientes de Bolivia y que conlleva graves impactos sociales y ambientales, destruyendo territorios indígenas, contaminando suelos y aguas, etc. Aún estamos a tiempo de frenar este proceso retrógrado impulsado por los operadores del gobierno boliviano y venezolano respectivamente..."
La última cumbre del ALBA recientemente celebrada en Cumana, Venezuela con la representación de siete países latinoamericanos, marcó un hito en la historia de los procesos de integración en la región. Se logró hilvanar una posición política- ideológica de verdadera vanguardia revolucionaria, al fijar la inédita posición de autodeterminación de nuestros pueblos ante el sentimiento de no seguir con la tutela de los caprichos imperiales-empresariales-norteamericanos y de las transnacionales. Tal posición política causo sorpresa en la precedida Cumbre de las Américas al valorarse este sólido consenso, consustanciado por los avances políticos-económicos, que la propuesta del ALBA nos viene otorgando en los países latinos que allí hacen vida.
Contrario a tal momento de trascendencia y avance, revolucionariamente elevamos nuestra posición de valoración, reflexión, protesta y acción ante una inusitada situación tecno-política que se viene generando ante una de las originarias propuestas de integración como lo fué en el 2006, de parte del Gobierno Venezolano, el comprar a Bolivia anualmente, 200.000 toneladas de soya, con el requisito que dicho grano provenga de pequeños productores y no sea transgénico. Explicito en la firma del Tratado de Comercio entre los Pueblos (TCP) y la Alternativa Bolivariana de las Américas –ALBA, el cual promovió el intercambio comercial entre Bolivia , Cuba y Venezuela en primera instancia.
Este proceso que si bien se inició con buenos augurios y como un ejemplo de integración comercial en base a criterios de responsabilidad social y ambientalmente sustentable, se fue distorsionando debido a que en la implementación de dicho acuerdo, por parte del gobierno boliviano, surgieron acciones contrarias a los objetivos del TCP-ALBA.
En primer lugar, el gobierno boliviano creó EMAPA, una empresa estatal para promover la producción de alimentos, por parte de los pequeños productores, la misma que no cumplió con los requisitos establecidos para la producción de soya y no se enmarcó en el apoyo que requieren los pequeños productores para la producción de un cultivo destinado al mercado interno y a las exportaciones. Esta distorsión se continua expresando en el incumplimiento de EMAPA para el apoyo a los pequeños productores, violando las políticas nacionales con referencia a la producción de alimentos y que ha generado como consecuencia, la introducción masiva de la soya transgénica que se ha incrementado de un 40 a un 60% con el consiguiente aumento del herbicidas en un 40%. Tampoco no ha solucionado la falta de combustible y ni ha superado la capacidad de pagos atrasados y con descuentos injustificados, falta de apoyo en centros de acopio y transporte. Lo que está llevando a la pérdida de credibilidad en esta iniciativa por parte de los pequeños productores pertenecientes a los movimientos sociales y que se ha agudizado además, en actos de corrupción mediante la otorgación de recursos a asociaciones fantasmas, sobreprecios y otras trampas generando controversias entre los pequeños productores quienes cuestionan además la falta de conocimiento en el apoyo a la seguridad alimentaria, ya que EMAPA ha llegado a apoyar apenas el 20% de lo que requieren los pequeños productores para satisfacer el mercado interno y los compromisos suscritos en el marco del TCP-ALBA. Como consecuencia, el déficit alimentario es cubierto por las medianas y grandes empresas que se han fortalecido económica y políticamente y ha generado una creciente dependencia a la importación de alimentos.
El no apoyar a los pequeños productores de granos, ha implicado apoyar a sectores agroempresariales de oscuros, nefastos y criminales intereses políticos al tener participación activa en todo este proceso y consustanciarse con las grotescas e irreversible ganancias que se derivan en las tantas transacciones y como dijimos antes, se vierten en los fétidos canales de la corrupción y la cleptocracia integracionista. Estamos seguros que sectores revolucionarios de los pequeños productores de granos, no tardarán en solicitar a las autoridades competentes una auditoría y fiscalización social, para valorar la práctica anti-socialista, antinacional y excluyente, que funcionarios públicos de los gobiernos implícitos ingenuamente se a-maniatan a los seudo-agro-empresarios de granos. Recordemos que los pequeños productores pueden abastecer sostenidamente las 200.000 toneladas de soya no transgenica al año demandas por el gobierno venezolano. El aporte Venezolano:
Por otra parte, y ante el incumplimiento del gobierno boliviano en los acuerdos suscritos en el marco del TCP-ALBA, es que el gobierno venezolano adquirió de empresarios privados bolivianos, una de las plantas de acopio y procesamiento de grano de soya más grande en Bolivia, llamada GRAVETAL, la misma que procesa cerca de 800.000 toneladas de grano al año. Instalaciones que apuestan en convertirse en el Granero del ALBA.
Lo preocupante de este proceso es, que una oportunidad histórica de integración regional, establecida en el marco de los principios del TCP-ALBA , ha sido distorsionada y violados dichos principios por parte del gobierno boliviano y que se agudiza con la puesta en operaciones de GRAVETAL que impulsará en mayor medida el uso de semillas transgénicas, herbicidas, fertilizantes de alto impacto ambiental y social, generando fuerte dependencia a las empresas transnacionales y la habilitación de tierras ricas en biodiversidad y declaradas sitios RAMSAR (Como es el caso del Pantanal boliviano), para la promoción de agrocombustibles. Lo preocupante es que GRAVETAL será la empresa que viabilizará la producción y comercialización del grano y derivados del grano de soya a los países suscriptores del ALBA. ¿Conoce estas intenciones el gobierno venezolano? ¿Conocen de estas intenciones las organizaciones de pequeños productores bolivianas, venezolanas, ecuatorianas, nicaragüenses, salvadoreñas y cubanas que serán afectadas con alimentos provenientes de soya transgénica? La cual constitucionalmente no forma parte de las políticas de seguridad y soberanía alimentarias establecidas por el estado venezolano. En esta situación y como lo ha exigido el Presidente Chavéz quien NO CLAUDICA su PREDICA y LUCHA FRONTAL CONTRA LOS TRANSGÉNICOS Como el dice! ¿Donde está o se expresa el Socialismo? Nuestro agregado! Con este tipo de integración, se pone en riesgo la diversidad genética de distintas especies autóctonas de cultivos provenientes de la diversidad biológica existentes en el territorio boliviano, por la potencial contaminación-genética (transgenia) que ello estamos seguro ocurrirá en tantos cultivos polinizadores, en especial el maíz.Lo anterior reafirma también una violación al proceso de cambio impulsado mediante la aprobación de la nueva Constitución Política del estado boliviano, una violación a los principios del TCP-ALBA, supone la pérdida de la seguridad y soberanía alimentaria y fortalece un modelo de producción extractivo, irresponsable, dependiente é insostenible, donde las empresas transnacionales son las mas beneficiadas.
En otras palabras, se presagia que los países del ALBA serán inundados con el grano y derivados de soya transgénica provenientes de Bolivia y que conlleva graves impactos sociales y ambientales, destruyendo territorios indígenas, contaminando suelos y aguas, etc.
Aun estamos a tiempo de frenar este proceso retrógrado impulsado por los operadores del gobierno boliviano y venezolano respectivamente. Por esta razón, hacemos un llamado a las organizaciones y movimientos sociales y a los gobiernos involucrados a fin de que asuman REVOLUCIONARIAMENTE medidas y correctivos para evitar que esta grave amenaza se consolide en momentos en que soplan inéditos y nuevos vientos de cambio en nuestro continente.
Miguel Angel Núñez - IPIAT
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