jueves, junio 30, 2005

Millones de argentinos sufren hambre en la tierra que alguna vez fuera de las vacas y las mieses; en Paraguay el ejército acompaña a las topadoras, a las máquinas de siembra directa y a los fumigadores y reprimen a los campesinos. En Brasil el Gobierno de Lula retrocede ante las empresas y promulga leyes sobre Biotecnología.

El Modelo Agroexportador y el Rol de Paises Productores de Forraje Configuran la Nueva Situación Neocolonial en el Capitalismo Global

Millones de argentinos sufren hambre en la tierra que alguna vez fuera de las vacas y las mieses; en Paraguay el ejército acompaña a las topadoras, a las máquinas de siembra directa y a los fumigadores y reprimen a los campesinos. En Brasil el Gobierno de Lula retrocede ante las empresas y promulga leyes sobre Biotecnología aceptando las situaciones de hecho establecidas por Monsanto y por los sojeros. En Uruguay y a pocos días de asumir el Gobierno, los líderes del Frente Amplio le demuestran al mundo que tal vez sepan mucho de socialismo municipal pero que lo ignoran todo respecto al medio ambiente y que no son capaces de comprender que las papeleras configuran un modelo de país monocultor de eucaliptos que sería el impuesto destino colonial del Uruguay en el siglo XXI. En Bolivia crece la lucha campesina e indígena por recuperar los recursos naturales y con ello la propia soberanía, pero en el Oeste Boliviano crecen también el secesionismo y las propuestas racistas y oligárquicas que sólo gracias al esfuerzo minero y al sacrificio de la comunidad aymará del Alto, fracasaron en el intento de colocar a uno de sus propios parlamentarios en lugar del Presidente Mesa. Respaldando a ese movimiento secesionista están los intereses de los sojeros de la Provincia de Santa Cruz, cuyas exportaciones crecientes casi equiparan hoy a las exportaciones del gas boliviano.

Hace años manifestamos desde el GRR que: "El proceso de Globalización impuso a la Argentina en los años 90 un modelo de país productor de transgénicos y exportador de forrajes. Las consecuencias son ahora fáciles de advertir: inmensos territorios vaciados de sus poblaciones rurales, cientos de pueblos en estado de extinción, cuatrocientos mil pequeños productores arruinados y muchísimos más endeudados con los Bancos debido al desequilibrio financiero que les causó la adopción de nuevos paquetes tecnológicos con gran dependencia a insumos, semillas OGMs, herbicidas de Monsanto y carísimas maquinarias de siembra directa".

Este modelo de exportación de forrajes es perverso pues su lógica es la del aumento constante de esas exportaciones y ese crecimiento va en desmedro de las producciones de alimentos. El hambre es entonces, y más allá de los discursos hipócritas de la clase política, una consecuencia directa e inevitable del modelo agroexportador de comodities. De esa manera, tanto el éxito del modelo cuanto los record de cosechas que se obtienen, se traducen inmediatamente como mayor pobreza, indigencia y hambre para las poblaciones.

La violencia contra la naturaleza y la gente expresa hoy en todo el continente el Poder desnudo de las transnacionales, pero esa violencia se ejerce especialmente sobre las tierras campesinas devastadas, y esas tierras están distantes de los Foros y de las mesas de consenso donde se pretende debatir sobre el porvenir de nuestros países. Mientras, en esos foros y en las reuniones de la concertación de la Soya florecen los paradigmas del budismo occidentalizado como nueva ideología de sustento del Capitalismo Global, en que los antagonismos de ayer conviven hoy armoniosamente y donde cada cual suele transformares en su contrario. Como si fuera un espacio mágico, un espacio de transmutaciones, las mesas de concertación mezclan y devalúan historias y conductas en un cambalache discepoliano del que no se vuelve....

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