jueves, mayo 05, 2016

Hambre, transgénicos y la izquierda

DOCUMENTO DEL FRENTE SOCIALISTA DE PUERTO RICO, JULIO 2013



sobre el Hambre,  transgénicos y la izquierda

Puerto Rico desempeña un importante -y por eso poco conocido- rol para las compañías transnacionales de biotecnología agrícola como finca de experimentación y plataforma para la propagación y diseminación de semillas transgénicas (1). Tan temprano como en la década de los 1980, cuando los cultivos y alimentos transgénicos aún no habían sido aprobados para siembra comercial o consumo humano, ya se estaban probando en terrenos puertorriqueños siembras transgénicas resistentes a herbicida.
Hoy día, agroempresas semilleras como Monsanto, Pioneer y Syngenta utilizan a Puerto Rico para criar y propagar semillas transgénicas que son enviadas a Estados Unidos y otros lugares del mundo. Según datos del propio ministerio de agricultura de Estados Unidos (USDA), Puerto Rico contiene la mayor concentración por kilómetro cuadrado de cultivos transgénicos experimentales dentro del territorio nacional de EEUU, con la posible excepción de Hawaii. Y casi toda esta experimentación toma lugar en solo cinco municipios en el sur y noroeste de la isla grande de Puerto Rico. Lo que es peor aún, las semillas de estas corporaciones son todas patentadas, son la vanguardia de una agricultura neoliberal la cual va encaminada a crear un mundo en el que los agricultores del mundo serán requeridos a pagar regalías por patentes para poder sembrar. 
Y todo esto, mientras los estudios de alimentación de animales de laboratorio que no son financiados por la industria de biotecnología, por científicos de renombre como G. Seralini, I. Ermakova, A. Carrasco y A. Pusztai, han encontrado consistentemente que los alimentos transgénicos causan serios daños a la salud, incluyendo alergias y cáncer (2). 

Los y las socialistas sabemos que el hambre no es causada por falta de tecnología ni por una supuesta falta de productividad sino por la desigualdad económica, por la naturaleza excluyente y depredadora del sistema capitalista, por medidas neoliberales que destruyen los apoyos públicos a la agricultura, por la terrible combinación de dumping, subsidios y proteccionismo de Europa y Estados Unidos, por la concentración de la tierra en manos de oligarquías terratenientes, y -especialmente hoy día- por el capitalismo desregulado que ha provocado una especulación y acaparamiento de productos agrícolas sin precedente (3).
Para erradicar el hambre en el planeta es indispensable la redistribución de la riqueza y de los medios de producción, como el acceso y manejo de la tierra, y por lo tanto debemos recordar que el proceso tecnológico capitalista nunca debe ser un sustituto para la lucha contra la desigualdad, pues bajo el capitalismo las teconologías sirven para acrecentar el control de unos pocos, en detrimento de los muchos.
Esto presenta un formidable reto a la izquierda. No es que debamos oponernos al avance científico y la innovación tecnólogica, nuestro deber es enfrentar los retos del cambio climático, el cénit petrolero, y las crisis financiera y alimentaria sin perder nuestra orientación revolucionaria y sin recurrir a paradigmas obsoletos o remiendos tecnológicos como los transgénicos, que si bien son tentadores definitivamente NO son parte de la solución, si no elemento bien cosustancial al problema. No nos confundamos: los transgénicos no se desarrollaron para mejorar la agricultura, si no para facilitar la conversión del suelo en fábrica de mercancía vendible en las grandes cadenas. La izquierda debe evitar caer en el engaño de su retórica científica, que viene del mismo saco de promesas de que el DDT eliminaría las plagas de la agricultura, el ALCA sería la autopista para la prosperidad hemisférica, que las soluciones a lo Menem en Argentina enderezarían las finanzas o que las alternativas pinochetistas traerían estabilidad… ¡Vamos!
NO necesitamos transgénicos para alimentar el mundo; eso es un dato. Y las supuestas ventajas de estos cultivos de la biotecnología son ficciones bien vendidas. Se puede alimentar al mundo, afirmar la soberanía de las naciones y a la vez proteger el ambiente gracias a las alternativas que ofrece la soberanía alimentaria y la agroecología (4).
La propuesta de la izquierda continental NO puede ser reproducir modelos fallidos con leves mejoras en la distribución de los beneficios. Respetemos y defendamos las sabidurías de nuestros pueblos como fuente de ciencia frente a las justificaciones agroterroristas de las Monsantos. ¡NO a los transgénicos! ¡NO a las patentes sobre semillas! 

1) Carmelo Ruiz Marrero “Más transgénicos en Puerto Rico” http://www.80grados.net/mas-transgenicos-en-puerto-rico-%C2%BFdebemos-preocuparnos/
2) Carmelo Ruiz Marrero “Transgénicos? No Gracias” http://www.ciudadccs.info/?p=290298
3) Carmelo Ruiz Marrero “Especulando con el Hambre”. http://www.80grados.net/especulando-con-el-hambre/
4) Miguel Altieri y Clara Nicholls “Agroecologia: Única esperanza para la soberania alimentaria y la resiliencia climatica”. http://www.agroeco.org/socla/archivos_documentos_claves/SOCLA-Rio+20-espanol.pdf
Miguel Altieri habla sobre la agroecologia. http://www.youtube.com/watch?v=EAV-RlDDirI

Documento de trabajo del Frente Socialista de Puerto Rico
Responsable principal: Carmelo Ruiz Marrero

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