viernes, marzo 23, 2007

Altieri contra los biocombustibles



Diálogo con el doctor Miguel Altieri
“Los biocombustibles son un modo de imperialismo biológico"
Por Roberto Aguirre | Desde la Redacción de APM
El especialista en agroecología conversó con APM sobre la actualidad de América Latina. Criticó duramente el desarrollo del etanol y destacó el rol de los movimientos sociales en la lucha por la soberanía alimentaria.
El doctor Miguel Angel Altieri es uno de los mayores referentes de la agroecología en el mundo. Nacido en Chile y actualmente dictando clases en la Universidad de Berkeley, en California, el especialista define a esta disciplina como una ciencia que plantea un nuevo paradigma científico para el desarrollo de la agricultura, que rechaza la dependencia de agrotóxicos y el uso de transgénicos, y rescata los saberes tradicionales de los campesinos.

En ocasión del Seminario de Agroecología realizado en la ciudad de La Plata, Argentina, auspiciado por el Instituto para la Pequeña Agricultura Familiar de la región pampeana (IPAF Pampeana) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata, Miguel Altieri ofreció una conferencia donde explicó el desarrollo de su modelo. APM pudo conversar con el académico sobre temas vinculados a la realidad latinoamericana.

Con la visita del presidente de Estados Unidos, George Bush, a América Latina, más específicamente a Brasil, se desató una polémica alrededor de la viabilidad del desarrollo de los biocombustibles. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Los biocombustibles son una tragedia ecológica y social. Con su producción se creará un problema muy grande de soberanía alimentaria, ya que hay miles de hectáreas de soja, caña de azúcar y palma africana que se van a expandir, lo que va a producir una deforestación masiva muy grande. Esto ya está pasando en Colombia y en el Amazonas de Brasil. Además va a aumentar la escala de producción de monocultivos mecanizados, con altas dosis de fertilizantes y específicamente Atrazina, que es un herbicida muy nocivo con irrupción endocrina. Digamos que los problemas de la agricultura industrial se potenciarán de una forma tremenda.

Por otra parte, el desarrollo de los biocombustibles no tiene ningún sentido energético, ya que todos los estudios que se han hechos demuestran que se necesita más petróleo para fabricar biocombustible. Por ejemplo, en el caso del etanol de maíz se necesitan 1,3 kilocalorías de petróleo para producir una kilocaloría de bioetanol. Esto no tiene ningún sentido. Lo que está ocurriendo, básicamente, es el diseño de una nueva estrategia de reproducción por parte del capitalismo, que está tomando el control de los sistemas alimentarios. Aquí se está produciendo la alianza inédita de multinacionales petroleras biotecnológicas, de autos, los grandes mercaderes de granos y algunas instituciones conservacionistas. Entonces, hay un conglomerado que va a decidir junto a China, debido a su demanda de soja, cuáles van a ser los grandes destinos de los paisajes rurales de América Latina. Yo creo que en ese sentido tenemos que tener mucho cuidado de que nuestros gobiernos, a pesar de que quieran utilizar esta oportunidad, prioricen la soberanía alimentaria como un elemento de desarrollo estratégico.

Por estos días trascendieron estudios que confirman que en Estados Unidos y la Unión Europea no alcanzan las tierras para cumplir con las metas impuestas de desarrollo de biocombustibles. Esto implica que ya se tomó una decisión: América Latina y los países del tercer mundo son los que proveerán los recursos necesarios…

Cito sólo un ejemplo. Para que Estados Unidos produzca todo el etanol que necesita para reemplazar su petróleo, debería cultivar seis veces su superficie. Entonces, está claro que lo van a hacer en los países de América Latina y, de hecho, ya están en camino; ese fue el convenio que firmó Bush con Lula (Da Silva) y esos son los mercados que van a dictar qué se va a empezar a producir.

¿Estamos ante una nueva forma de colonialismo?

Totalmente, es un imperialismo ecológico. Pero también nosotros, como países, tendríamos que tener la dignidad suficiente para meternos en este negocio, privilegiando la soberanía alimentaria: la tierra que sobre, la destinaremos a los biocombustibles. Tiene que haber decisiones importantes porque es demasiado lo que está en juego.

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