viernes, noviembre 19, 2004

Café, ataúdes, transgénicos


A pesar del hambre que hay en el mundo, sobra comida. Para combatirla no se requiere aumentar los rendimientos, sino acabar con la marginación y la exclusión. No hacen falta productos transgénicos, inciertos para la salud y propiciadores de dependencia para los agricultores; lo que se necesita es poner fin a un mo-delo que condena a los campesinos a ser simples sobrantes.

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