Aún no hay punto final en debate sobre transgénicos
http://www.jornada.unam.mx/2016/07/22/opinion/018a2pol
La etiología de un padecimiento humano es más difícil de esclarecer si es de naturaleza crónica subclínica que si es aguda. El reto es aún mayor cuando están de por medio intereses mercantiles asociados a productos de consumo. La etiología del tabaco como causa de cáncer pulmonar es un ejemplo clásico que tardó 40 años hasta su esclarecimiento. Ahora se sabe que ese daño requiere largos años para su manifestación, si bien con desenlace normalmente fatal.
Actualmente, el mundo vive la disyuntiva si producir sus alimentos con cultivos transgénicos o con normales. Tal es el centro del debate: ¿son los cultivos transgénicos inocuos o no para la salud y la ecología? Las semillas genéticamente modificadas, producidas y comercializadas por un puñado de corporaciones multinacionales, ya se cultivan en 188 millones de hectáreas: 13 por ciento de la superficie total mundial de tierras de labor. Este es un notorio éxito empresarial de un puñado de corporaciones trasnacionales de esas semillas. Su poder e influencia ha crecido enormemente hasta crear, según Ralph Nader, una autocracia comercial. Por la vía de consolidación, aquella concentra cada vez más poder. Como los hoyos negros, las grandes concentraciones de poder atrapan a organizaciones científicas, a científicos, a instituciones gubernamentales reguladoras, a productores agrícolas y, al menos parcialmente, hasta los mismos tres poderes de algunas naciones. Léase a: 1) El Mundo según Monsanto, de Marie-Monique Robin, 2008, Barcelona; y 2) Altered Genes, Twisted Truth, de Steven M. Druker, 2015, Salt Lake City, USA.
- Antonio Turrent Fernández
La etiología de un padecimiento humano es más difícil de esclarecer si es de naturaleza crónica subclínica que si es aguda. El reto es aún mayor cuando están de por medio intereses mercantiles asociados a productos de consumo. La etiología del tabaco como causa de cáncer pulmonar es un ejemplo clásico que tardó 40 años hasta su esclarecimiento. Ahora se sabe que ese daño requiere largos años para su manifestación, si bien con desenlace normalmente fatal.
Actualmente, el mundo vive la disyuntiva si producir sus alimentos con cultivos transgénicos o con normales. Tal es el centro del debate: ¿son los cultivos transgénicos inocuos o no para la salud y la ecología? Las semillas genéticamente modificadas, producidas y comercializadas por un puñado de corporaciones multinacionales, ya se cultivan en 188 millones de hectáreas: 13 por ciento de la superficie total mundial de tierras de labor. Este es un notorio éxito empresarial de un puñado de corporaciones trasnacionales de esas semillas. Su poder e influencia ha crecido enormemente hasta crear, según Ralph Nader, una autocracia comercial. Por la vía de consolidación, aquella concentra cada vez más poder. Como los hoyos negros, las grandes concentraciones de poder atrapan a organizaciones científicas, a científicos, a instituciones gubernamentales reguladoras, a productores agrícolas y, al menos parcialmente, hasta los mismos tres poderes de algunas naciones. Léase a: 1) El Mundo según Monsanto, de Marie-Monique Robin, 2008, Barcelona; y 2) Altered Genes, Twisted Truth, de Steven M. Druker, 2015, Salt Lake City, USA.
- Antonio Turrent Fernández
Etiquetas: es, La Jornada
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