miércoles, abril 06, 2005

"Por error"

"Por error" desembarcaron miles de toneladas de maíz transgénico durante cuatro años en Europa

Dos artículos publicados en la revista Nature los pasados 24 y 31 de marzo cubren la operación montada por la empresa Syngenta con relación a la comercialización en Europa de dos variedades de maíz transgénico, la Bt10 y la Bt11

Una de estas variedades fue expresamente vetada por los organismos europeos y prohibida su comercialización. Por su parte la organización ambientalista Amigos de la Tierra ha acusado a Syngenta de haber engañado concientemente a los gobiernos y el público en general, ya que la compañía ha ocultado que el maíz genéticamente modificado no aprobado que ha vendido a los agricultores estadounidenses y europeos por años es idéntico a un maíz transgénico aprobado para el consumo.

Syngenta ha debido admitir públicamente que el maíz llamado Bt10 contiene un gen que lo hace resistente a un importante grupo de antibióticos, entre ellos la ampicilina. En cambio la variedad transgénica Bt11 supuestamente no contiene ese gen y ha sido aprobado hace algunos años para su comercialización.

Adrian Bebb, integrante de Amigos de la Tierra dijo que los gobiernos alrededor del mundo han sido engañados por el intento de Syngenta de maquillar la escala real de su error.

El artículo de Nature del 31 de marzo afirma que miles de toneladas de semillas transgénicas de la variedad Bt10 fueron comercializadas “por error” por un plazo de cuatro años, sin que ningún organismo de control advirtiera el engaño.

Sin embargo, solamente una semana antes de esa edición, la Revista Nature citó a fuentes de la empresa Syngenta que argumentaron que “no existen diferencias significativas entre las estructuras genéticas de las dos variedades de maíz transgénico”.

La variedad Bt11 presenta resistencia a las plagas mediante la producción de proteínas tóxicas que rechazan los insectos. La variedad Bt10 posee, aparte de esa propiedad genética, otra que genera resistencia a la ampicilina.

El uso de genes resistentes a los antibióticos ha sido ampliamente condenado por diversos organismos como la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Instituto Pasteur, quienes han manifestado su preocupación sobre si los genes podrían fluir desde los cultivos hasta microorganismos, difundiendo problemas de resistencia a antibióticos en humanos y animales.

En una primera instancia la Comisión Europea apoyó la visión de Syngenta declarando a la prensa que el Bt10 es genéticamente lo mismo que el Bt11, que ya ha sido aprobado en la Unión Europea.

Sin embargo en abril del año 2004, la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria resolvió que los genes que proporcionan resistencia a la ampicilina deberían ser restringidos a la experimentación y no estar presentes en plantas genéticamente modificadas en el mercado.

Una vez que la propia empresa Syngenta debió admitir el error de haber comercializado una variedad por otra, la Comisión Europea resolvió emitir un comunicado afirmando que “deploraba” las importaciones no autorizadas de Bt10 y admitir en base a informes de sus propios organismos internos de control que los envíos de esa variedad estaban siendo realizados por lo menos desde el año 2001 hacia países como España y Francia.

Fuente: Radio Mundo Real

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